Fría amistad [Priv w/ Naminé]

El frío invadía poco a poco mi cuerpo.... tal vez debí abrigarme un poco mas antes de partir de Diamond City, pero igualmente ¿Que iba a coger? No tenía nada mas que lo que llevaba y tampoco es que fuera demasiado... Por si fuera poco no tardó en empezar a nevar. Era normal teniendo en cuenta que aún estaba en Diamond, y si por algo era famosa aquella ciudad era por su estación invernal constante. El páramo de aquella zona era siempre blanco, una capa de nieve invadía por completo las calles y el tejado de las casas de aquella ciudad, y lo sabía por experiencia ya que había vivido en ella muchos años.

Me tapé por completo con mi capa mientras me abrazaba a mi mismo para entrar en calor. En aquel momento envidiaba a Pawniard... seguramente estaría a gusto, cómodo y calentito en su pokéball y mientras tanto yo estaba pasándola canutas... No aguantaría mucho mas así, debía encontrar algún lugar para refugiarme. Fue entonces cuando encontré el lugar perfecto: el palacio de cristal. Una de las maravillas de Khannos por así decirlo. Había oído que muchas historias rondaban sobre aquel lugar tales como que fue construida por una antigua civilización perdida e incluso algunos decían que estaba encantada. -¿Encantada?...je... que gracia.-Comenté burlón ya que aquello de que estuviese embrujada me parecía imposible... tal vez las personas llegaran a esa conclusión por algunos ruidos que provenían de ella durante la noche, pero yo sabía que en verdad solo eran los gruñidos de algunos pokémon de la zona que actualmente habitaban en el castillo, pero obviamente eso eran solo suposiciones mías.

Finalmente,tras un largo camino que llevaba al palacio, a llegué a las puertas de este y las empujé con suavidad para que se abriesen. En el interior no daba la impresión de que hiciese mas calor que afuera, pero al menos era un buen lugar en el que establecerme hasta que dejara de nevar. Con un poco de suerte dejaría de nevar pronto y podría continuar mi camino y abandonar la "ciudad blanca".

Hacía varias semanas que había comenzado mi viaje por la región de Khannos y ya había visistado la mayoría de las ciudades. No había capturado a muchos pokemon pero estaba segura que en todos los combates en los que había combatido, mi pequeño Ralts había mejorado mucho sus habilidades. En realidad no sabía donde ir ahora, estaba cansada de mirar folleto y mirar sin mucho entusiasmo las fotografías. Hasta que vi una que realmente me sorprendió. Se trataba del Palacio de Cristal situado en Diamond City. -Mira Ralts-le dije mientras este se acercaba. Ralts siempre estaba fuera de su pokeball teletransportándose de un lado a otro; me ponía un poco nerviosa.

Según el folleto, las leyendas decían que, por la noche, se escuchaban ruidos extraños en el interior del Palacio. La idea de que hubiera fantasmas allí me asustaba pero también tenía mucha curiosidad por comprobarlo por mi misma, además de ver aquella hermosa construcción tan antigua. -¿Ralts te apetecería ir?-dije mientras ella me miraba con curiosidad. A Ralts también  le gustaba la idea de visitar aquella fría ciudad. Preparé sin perder ni un segundo el equipaje e intenté meter a Ralts en la pokeball para que no tuviese que pasar frío, pero ella se negaba a dejarme sola. Sabía lo nerviosa que me ponía cuando me asustaba y ella me tranquilizaría. Cogí el primer medio de transporte que me llevase allí y una vez que me encontré en Diamond City, me arrepentí de no haber cogido nada de abrigo. Se había desatado una tormenta de nieve y el frió me calaba hasta los huesos. Me ajusté la bufanda y el gorro y caminé en dirección a aquel palacio.

Llevaba ya un rato andando sin saber muy bien el camino que debía tomar para llegar a mi destino, cuando Ralts comenzó a avisarme. -¿Que ocurre? Miré al horizonte y pude ver a lo lejos aquel enorme Palacio que parecía muy pequeño desde mi posición. -¡Ralts, un último esfuerzo y llegamos! Comencé a correr en contra de la tormenta para llegar lo antes posible y resguardarme de este frío helador.

Me encontraba sentado en el suelo y apoyado contra una pared y frotando mis manos con fuerza para mantenerlas un poco en calor. Cada vez que soltaba el aire por la boca, una pequeña nube de vaho aparecía a consecuencia del cambio de temperatura. Para no aburrirme demasiado comencé a contemplar el interior del palacio que tal y como su nombre indicaba, era de cristal hasta el mas mínimo detalle, aunque por la localización de esta y por el temporal que hacía siempre por estas zonas, casi parecía mas bien un palacio de hielo... Algunas estalactitas había aparecido en el techo de la sala en la que me encontraba, las cuales no me daban demasiado confianza ya que no parecían estables, pero aún así confié en que no se derrumbarían.

Lo único que oía en ese instante era el viento correr, golpeando el enorme palacio pero por lo demás... calma... Je, era raro sentir tanta calma... hacía tiempo que no la sentía y la verdad es que era genial, ni una sola persona que me diera ordenes ni que me dijera lo que debía hacer... no como en Diamond city. Por unos instantes comencé a plantearme un poco lo que haría ahora... Pertenecía al Team Ylision y tenía que relacionarme con mas miembros de este equipo, pero no ahora... Ahora solo buscaba soledad...

Pasados unos minutos pude oír los pasos de alguien que se acercaba al palacio, probablemente para refugiarse de la tormenta o quizás para visitarlo simplemente, la verdad es que no estaba seguro pero me incorporé de un pequeño salto y me acerqué con un paso lento a la puerta de cristal. Cuando la abrí pude ver que una chica rubia que se acercaba a bastante velocidad acompañada de un ralts. -¡Rápido, entra aquí!- Exclamé en voz alta mientras veía como la chica estaba cada vez mas cerca. Aunque perteneciera al Team Ylision, no podía dejar que aquella chica estuviera en la calle en un día tan nefasto como ese... En cierto modo me recordaba a mi... solo que yo no tenía ni la oportunidad de resguardarme del frío, tenía que pasar las noches en la calle sin mas compañía que mi pokémon, no dejaría que eso le pasara a  nadie.

El tiempo seguía empeorando y me parecía que la distancia al Palacio de Cristal no se acortaba. Escuché a alguien que me decía que me apresurara desde la puerta del palacio, pero no era tan fácil. El fuerte viento me impedía correr y, a veces, tropezaba y retrocedía. Ralts lo llevaba mejor que yo porque simplemente uso teletransporte y llego hasta el palacio. Después de un último esfuerzo, llegue a las puertas y ví como un chico me daba la mano para ayudarme a entrar. Agarré su mano y de un último tirón me introdujo en el palacio y caí al suelo agotada. -Gracias...-dije casi sin aliento. Escuché como aquel chico cerraba la puerta para impedir que entrase más frío del necesario.

Una vez recuperada me levanté del suelo y me di la vuelta para ver quien me había ayudado. Se trataba de un chico un poco mas mayor que yo. Tenía el pelo rubio y una gabardina negra. -Tiene un aspecto un tanto extraño...-pensé. El chico se había apoyado en una de las ventanas y miraba al exterior, con cara de preocupación. -El tiempo va a empeorar...-murmuró. Me acerqué hasta el y vi a que se refería. Los árboles del exterior comenzaban a agitarse con fuerza y algunos postes de la luz los había arrancado del suelo y ahora eran movidos por el viento.

Por suerte, dentro del palacio no habría peligro de que nos hiciéramos daño. -Aquí estamos a salvo-dije con una sonrisa para animarle. El chico me miró y se alejó de allí hacia el interior del castillo. -¡Espera!-le grité. No quería quedarme sola en un palacio tan grande como este y mas con el frío que hacía. Empece a correr tras él cuando comenzó a temblar el suelo. Los temblores no cesaban y el suelo parecía agrietarse. Fue en ese momento cuando escuché un ruido y miré hacia arriba. Las estalactitas temblaban tanto que acabaron cayendo sobre mi. -¡Aaahhh!-grité atemorizada.