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Personajes y conceptos de Pokémon no son propiedad del foro. Pokémon es perteneciente a Satoshi Tajiri y Nintendo.
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El emo y la loli: Un encuentro curioso
2 participantes
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El emo y la loli: Un encuentro curioso
-¿Todavía me vas siguiendo? ¡Ya te he dicho que eres libre, que puedes dejar de seguirme!-
Nada, ni caso, el poochyena me seguía a todas partes. Recientemente me habían echado del Team Ylision por varios motivos y me había visto obligado a dejar el equipo. Desde entonces había viajado desde Skyblue Port hasta cualquier otro lugar. En este caso los vientos me habían llevado hasta Alexandrite Valley. Yo quería ir a Darkdust City, pero hace unas horas me había enterado de que iba en dirección contraria.
Estaba decidido a dar la vuelta hasta que unos turistas me comentaron que por allí había un valle famoso por sus pokemon dragon. Es pokemon me intrigaban bastante, y ya que estaba tan cerca decidí ir al sitio a echarle un vistazo. Mi intención era venir solo, pero el dichoso Poochyena trotaba alegremente a mi lado.
El Team Ylision me había entregado ese pokemon al integrarme, pero yo mismo me había prohibido encariñarme con el. ¡No pensaba aceptar un pokemon robado de esos traidores! Por desgracia fue al revés, el pokemon se encariño conmigo. Por mucho que yo hubiera intentado liberarlo desde Skyblue port, el bicho me seguía a todas partes.
Ya prácticamente me había acostumbrado a la presencia del animalillo y no me quejaba, pero me seguía intrigando su afán por perseguirme. De pronto, el animal se quedo completamente inmóvil sin apartar la vista de un grupo de arbustos frondosos. Tras varios segundos de concentración, empezó a correr y salto hacia delante, atravesando los arbustos con un ladrido.
-Oh, estupendo. Ya se ha largado.-
Comente mientras me encogía de hombros. Iba a marcharme cuando escuche una voz detrás el matorral, y estaba bastante seguro de que el poochyena no hablaba.
Nada, ni caso, el poochyena me seguía a todas partes. Recientemente me habían echado del Team Ylision por varios motivos y me había visto obligado a dejar el equipo. Desde entonces había viajado desde Skyblue Port hasta cualquier otro lugar. En este caso los vientos me habían llevado hasta Alexandrite Valley. Yo quería ir a Darkdust City, pero hace unas horas me había enterado de que iba en dirección contraria.
Estaba decidido a dar la vuelta hasta que unos turistas me comentaron que por allí había un valle famoso por sus pokemon dragon. Es pokemon me intrigaban bastante, y ya que estaba tan cerca decidí ir al sitio a echarle un vistazo. Mi intención era venir solo, pero el dichoso Poochyena trotaba alegremente a mi lado.
El Team Ylision me había entregado ese pokemon al integrarme, pero yo mismo me había prohibido encariñarme con el. ¡No pensaba aceptar un pokemon robado de esos traidores! Por desgracia fue al revés, el pokemon se encariño conmigo. Por mucho que yo hubiera intentado liberarlo desde Skyblue port, el bicho me seguía a todas partes.
Ya prácticamente me había acostumbrado a la presencia del animalillo y no me quejaba, pero me seguía intrigando su afán por perseguirme. De pronto, el animal se quedo completamente inmóvil sin apartar la vista de un grupo de arbustos frondosos. Tras varios segundos de concentración, empezó a correr y salto hacia delante, atravesando los arbustos con un ladrido.
-Oh, estupendo. Ya se ha largado.-
Comente mientras me encogía de hombros. Iba a marcharme cuando escuche una voz detrás el matorral, y estaba bastante seguro de que el poochyena no hablaba.
Seth Goldenbell- Entrenador
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 10/07/2014
Edad : 31
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
-Ooh vamos, no puede ser tan difícil llegar al centro Pokemon… a este paso ya no hará ni falta porque habréis descansado todos…- Me quejé en voz baja mientras caminaba junto a Narga, mi Noibat. Había llegado hace poco a Alexandrite Valley, y en muy poco también ya me había hecho amiga de dos pokemons. Bueno, amiga…amiga de por lo menos Narga, no sé si podía decir lo mismo de Uminoko…aquella Seadra parecía tener muy mal carácter, o simplemente me odiaba por haberla tomado con ella al enfadarme por recibir tantos pokemons a la cara.
Suspiré de nuevo mientras caminaba. Si, llevaba un buen rato caminando y seguía sin encontrar ni el más mínimo rastro del pueblo de Alexandrite. Creo que me faltaba muy poco para finalmente poder admitir que me había perdido entre tanta hierba alta. A lo mejor me habría sido más fácil encontrar el camino de vuelta al pueblo si no fuera tan baj--- ¡AAAARGH lo dijo yo misma! Me paré en medio de la hierba alta para lloriquear. ¡Yo misma me acababa de llamar canija en la cara! Esto no podía seguir así por mucho tiempo, esto era malo…
Caminé a lo largo de la hierba alta, sin atreverme a pasar a través de esta. ¿Qué iba a pasar si me atacaba otro Abomasnow como en Blossom City? No quería volver a repetir esa horrible experiencia. Eché otro suspiro de desesperación, haciendo una pequeña pausa cerca de la hierba alta. Habia estado caminando un buen rato. Llevando en brazos un huevo y el otro lo tenía en la bolsa, pero eso no quitaba el hecho de que pesaban bastante, sobre todo para una chica de mi tamaño y que encima no está acostumbrada a este tipo de cosas…
Nada más decidir volver a caminar escuché algo moverse en la hierba, y poco después una sombra ENORME tirarse sobre mí. –¡KYAAA!- Grité por el susto y caí por cuarta o quinta vez al suelo, salvando el huevo que tenía en brazos el apartarlo de mi, pero aun sujetándolo con fuerza para que no se caiga mientras que el otro huevo que tenía en mi bolsa cayó a salvo al lado mía sin ningún rasguño. Intenté quitarme de encima el bicho de cuatro patas que tenía encima…sin ningún resultado. –¿!P-porque me pasa esto a miiii?!- Me quejé susurrando entre sollozos al estar harta de recibir pokemons salvajes en la cara.
Suspiré de nuevo mientras caminaba. Si, llevaba un buen rato caminando y seguía sin encontrar ni el más mínimo rastro del pueblo de Alexandrite. Creo que me faltaba muy poco para finalmente poder admitir que me había perdido entre tanta hierba alta. A lo mejor me habría sido más fácil encontrar el camino de vuelta al pueblo si no fuera tan baj--- ¡AAAARGH lo dijo yo misma! Me paré en medio de la hierba alta para lloriquear. ¡Yo misma me acababa de llamar canija en la cara! Esto no podía seguir así por mucho tiempo, esto era malo…
Caminé a lo largo de la hierba alta, sin atreverme a pasar a través de esta. ¿Qué iba a pasar si me atacaba otro Abomasnow como en Blossom City? No quería volver a repetir esa horrible experiencia. Eché otro suspiro de desesperación, haciendo una pequeña pausa cerca de la hierba alta. Habia estado caminando un buen rato. Llevando en brazos un huevo y el otro lo tenía en la bolsa, pero eso no quitaba el hecho de que pesaban bastante, sobre todo para una chica de mi tamaño y que encima no está acostumbrada a este tipo de cosas…
Nada más decidir volver a caminar escuché algo moverse en la hierba, y poco después una sombra ENORME tirarse sobre mí. –¡KYAAA!- Grité por el susto y caí por cuarta o quinta vez al suelo, salvando el huevo que tenía en brazos el apartarlo de mi, pero aun sujetándolo con fuerza para que no se caiga mientras que el otro huevo que tenía en mi bolsa cayó a salvo al lado mía sin ningún rasguño. Intenté quitarme de encima el bicho de cuatro patas que tenía encima…sin ningún resultado. –¿!P-porque me pasa esto a miiii?!- Me quejé susurrando entre sollozos al estar harta de recibir pokemons salvajes en la cara.
Melba Frahma- Coordinador
- Mensajes : 266
Fecha de inscripción : 09/07/2014
Edad : 26
Localización : Detrás de ti (?)
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
¿Había oído bien? Estaba casi seguro de haber oído un grito femenino. Me abrí paso entre los arbustos movido por la curiosidad. Lo que vi me dejó de una pieza. El poochyena estaba sentado sobre el pecho de una chica joven, que se quejaba de su suerte. El pequeño pokemon ladraba de alegría y orgullo, como si acabara de capturar una presa y quisiera presumir de ello.
-Venga, quita, quita, que no le está haciendo mucha gracia.-
Aparte al pokemon con un gesto de las manos como si fuera un insecto molesto, o algún tipo de bicho al que no quisiera ni verle la cara. Solo entonces me permití fijarme en la chica. Tenia el pelo cobrizo, largo y ondulado desparramado por el suelo. Además, llevaba un vestido claro que ahora estaba lleno de tierra y tenia gesto de fastidio en el rostro. A pesar de todo eso era bastante hermosa.
-¿Te has hecho daño?-
Pregunté por cortesía mientras me acuclillaba a su lado. El Poochyena vino trotando y se sentó a mi lado con la cabeza ladeada y la lengua fuera, como una mascota. Ya ni me molesté en decirle que se largara, total, no iba a obedecer. Me fije en que la chica traía consigo dos huevos, uno de los cuales estaba junto a mi pie, en el suelo.
-Oh… ¿Qué hace una cría como tu en medio del valle con dos huevos? ¿No deberías estar en el colegio? –
Por la estatura de la chica deduje que aun estaba en la academia. No podía tener mas de quince años ¿No? Pero lo de los huevos si que era extraño. ¿Acaso criaba pokemon? Cogí el huevo que estaba a mi lado y lo examiné desde todos los ángulos.
-Venga, quita, quita, que no le está haciendo mucha gracia.-
Aparte al pokemon con un gesto de las manos como si fuera un insecto molesto, o algún tipo de bicho al que no quisiera ni verle la cara. Solo entonces me permití fijarme en la chica. Tenia el pelo cobrizo, largo y ondulado desparramado por el suelo. Además, llevaba un vestido claro que ahora estaba lleno de tierra y tenia gesto de fastidio en el rostro. A pesar de todo eso era bastante hermosa.
-¿Te has hecho daño?-
Pregunté por cortesía mientras me acuclillaba a su lado. El Poochyena vino trotando y se sentó a mi lado con la cabeza ladeada y la lengua fuera, como una mascota. Ya ni me molesté en decirle que se largara, total, no iba a obedecer. Me fije en que la chica traía consigo dos huevos, uno de los cuales estaba junto a mi pie, en el suelo.
-Oh… ¿Qué hace una cría como tu en medio del valle con dos huevos? ¿No deberías estar en el colegio? –
Por la estatura de la chica deduje que aun estaba en la academia. No podía tener mas de quince años ¿No? Pero lo de los huevos si que era extraño. ¿Acaso criaba pokemon? Cogí el huevo que estaba a mi lado y lo examiné desde todos los ángulos.
Seth Goldenbell- Entrenador
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 10/07/2014
Edad : 31
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
Poco después de intentar quitarme de encima al Pokemon que me asaltó me rendí. No había manera de quitármelo de encima, y para el colmo este se sentó cómodamente sobre mi pecho, moviendo su cola de un lado a otro. Siento que acabo de ser presa de un depredador y ahora mismo tenía cara de trofeo del cual se presume. Me quedé quieta un buen rato, tumbada por el suelo con el pelo esparcido por toda la hierba de lo largo que era. Tras esperar un rato, escuché el ruido de alguien pasar por la hierba alta, llegando hacia mí para quitarme al Pokemon de encima. Genial, ahora acababa de quedar en ridículo delante de alguien.
Por fin se me quitó de encima el Poochyena, que seguramente pertenecía a aquel muchacho. Este se puso de cuclillas a mi lado, preguntando si me había hecho daño. Me quedé mirándolo un buen rato de arriba a abajo, examinándolo. Tenía el pelo negro y corto, bastante despeinado. Pero en lo que más me fijé fue en contraste a sus ojos de color celeste. Me di cuenta más tarde que estaba mirándolo durante seguramente demasiado tiempo. Noté como mi cara empezaba a ruborizarse y aparté la mirada, recordando su pregunta. Asentí para responderle y enseguida me tapé la cara con las dos manos, retrocediendo un poco como podía aun estando sentada en el suelo.
Abrí un espacio entre mis dedos con la mano aun llevada a la cara, para poder ver al chico de nuevo. Si no había escuchado mal me acababa de llamar cría, añadiendo que debería estar en el colegio. -N-no soy una cria…t-t-tengo 19 años! Ya me he graduado.- Intenté responderle algo molesta, pero mi voz apenas salía al estar frente a aquel chico, aunque era audible. Entonces el chico cogía uno de los dos huevos que llevaba, el que acabó a sus pies. Me incorporé, sentándome de rodillas aun algo alejada del chico. Extendí los brazos para intentar recuperar mi huevo, pero no conseguía decirle que me lo devuelva.
Por fin se me quitó de encima el Poochyena, que seguramente pertenecía a aquel muchacho. Este se puso de cuclillas a mi lado, preguntando si me había hecho daño. Me quedé mirándolo un buen rato de arriba a abajo, examinándolo. Tenía el pelo negro y corto, bastante despeinado. Pero en lo que más me fijé fue en contraste a sus ojos de color celeste. Me di cuenta más tarde que estaba mirándolo durante seguramente demasiado tiempo. Noté como mi cara empezaba a ruborizarse y aparté la mirada, recordando su pregunta. Asentí para responderle y enseguida me tapé la cara con las dos manos, retrocediendo un poco como podía aun estando sentada en el suelo.
Abrí un espacio entre mis dedos con la mano aun llevada a la cara, para poder ver al chico de nuevo. Si no había escuchado mal me acababa de llamar cría, añadiendo que debería estar en el colegio. -N-no soy una cria…t-t-tengo 19 años! Ya me he graduado.- Intenté responderle algo molesta, pero mi voz apenas salía al estar frente a aquel chico, aunque era audible. Entonces el chico cogía uno de los dos huevos que llevaba, el que acabó a sus pies. Me incorporé, sentándome de rodillas aun algo alejada del chico. Extendí los brazos para intentar recuperar mi huevo, pero no conseguía decirle que me lo devuelva.
Melba Frahma- Coordinador
- Mensajes : 266
Fecha de inscripción : 09/07/2014
Edad : 26
Localización : Detrás de ti (?)
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
La cría se quejó diciendo que tenia diecinueve años y ya se había graduado. Mi rostro se contrajo en una mueca de sorpresa y risa.
-¿En serio? ¡Venga ya!-
Estallé en una ruidosa carcajada. Acto seguido utilice la mano para medir la distancia que había entre nuestras alturas. Si, le sacaba casi dos cabezas, pero una de ellas era por estar acuclillado mientras ella seguía sentada. Yo nunca había sido alto, pero delante de esta chica parecía una torre. La chica estiro los brazos para mostrarme las palmas de las manos, señal de que quería recuperar su huevo. Por desgracia el Poochyena entendió eso como una señal de afecto e intento volver a tirarse encima de la chica. Por suerte conseguir agarrarle el pescuezo en el aire para que no la placara por segunda vez.
-Quieto parao… No molestes mas a la señorita. Piérdete por ahí y vete a placar caterpies o lo que sea que quieras hacer. Aquí no se te ha perdido nada.-
Solté al animal a mi lado, esperando que se fuera corriendo y se largara de una vez. No, el poochyena se me quedó mirando con adoración. Nunca me iba a librar de ese bicho… Decidí devolverle el huevo a su dueña con una sonrisa traviesa en el rostro.
-Y dime, señorita graduada. ¿Qué hace una chica sola en medio de un monte infestado de dragones? No me parece el lugar mas adecuado para hacer un picnic precisamente.-
Me levanté mientras me recolocaba la chaqueta y le ofrecí una mano para que se levantara, por pura cortesía mas que nada. Si no era estudiante debía ser criadora, sin duda. Un entrenador normal y corriente no iba por ahí con dos huevos cargados a la espalda. Además, la chica parecía demasiado inocente como para usar a los pokemon como animales de batalla o escudos de carne. Ya que le había preguntado su nombre, decidí que también debía presentarme.
-Me llamo Seth Goldenbell.-
-¿En serio? ¡Venga ya!-
Estallé en una ruidosa carcajada. Acto seguido utilice la mano para medir la distancia que había entre nuestras alturas. Si, le sacaba casi dos cabezas, pero una de ellas era por estar acuclillado mientras ella seguía sentada. Yo nunca había sido alto, pero delante de esta chica parecía una torre. La chica estiro los brazos para mostrarme las palmas de las manos, señal de que quería recuperar su huevo. Por desgracia el Poochyena entendió eso como una señal de afecto e intento volver a tirarse encima de la chica. Por suerte conseguir agarrarle el pescuezo en el aire para que no la placara por segunda vez.
-Quieto parao… No molestes mas a la señorita. Piérdete por ahí y vete a placar caterpies o lo que sea que quieras hacer. Aquí no se te ha perdido nada.-
Solté al animal a mi lado, esperando que se fuera corriendo y se largara de una vez. No, el poochyena se me quedó mirando con adoración. Nunca me iba a librar de ese bicho… Decidí devolverle el huevo a su dueña con una sonrisa traviesa en el rostro.
-Y dime, señorita graduada. ¿Qué hace una chica sola en medio de un monte infestado de dragones? No me parece el lugar mas adecuado para hacer un picnic precisamente.-
Me levanté mientras me recolocaba la chaqueta y le ofrecí una mano para que se levantara, por pura cortesía mas que nada. Si no era estudiante debía ser criadora, sin duda. Un entrenador normal y corriente no iba por ahí con dos huevos cargados a la espalda. Además, la chica parecía demasiado inocente como para usar a los pokemon como animales de batalla o escudos de carne. Ya que le había preguntado su nombre, decidí que también debía presentarme.
-Me llamo Seth Goldenbell.-
Seth Goldenbell- Entrenador
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 10/07/2014
Edad : 31
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
Miré temblando como el chico se partía la caja cuando le dije mi edad. No era la primera y seguramente no será la última vez que ocurre, pero cada una de esas veces en las que se burlaban de mi no podía evitar enfurecerme, aunque no lo pareciera. Hinché los mofletes como reacción al chico, sin poder hablar. Acto seguido el chico usó su mano para medir nuestras alturas. Vale que soy pequeña, pero él era un chico de tamaño normal, ¡claro que sería más alto que yo! Intenté apartar su mano que estaba por encima de mi cabeza rápidamente, pero me entró flojera al pensar que debería tener contacto físico con alguien y acabé apartando su mano suavemente. Aaaah…¿Por qué nunca salían las cosas como quería?
Cuando extendí mis brazos como signo al chico para que me devolviera mi huevo, su Pokemon lo entendió de otra manera y intentó tirarse sobre mi otra vez. Por reflejos volví a traer enseguida mis brazos hacia mí, encogiéndome sobre mí misma. Por suerte su entrenador tenia mejores reflejos que yo y atrapó por el pescuezo en el aire a su Poochyena. Abracé con cariño mi huevo nada más recibirlo de vuelta. Lo examiné un poco antes, para ver si no tenía ni un rasguño. Entonces levanté la mirada al escuchar que el chico se burlaba de mí de nuevo, preguntando porque montaría un picnic aquí. Decidí ignorar su comentario apartando la mirada de el algo enfurruñada. ¿Acaso no iba a dejar de burlarse de mí?
Volví a girar la mirada hacia al chico, al ver que me ofrecía la mano para ayudarme a levantarme. Pese a que se haya burlado de mi, por lo menos por ese lado parecía ser algo cortés. Cogí en un brazo el huevo, dispuesta a aceptar su ayuda. Acerqué mi mano a la suya, dudando durante un instante. Cogí su mano, sonrojándome en el momento mientras me levantaba. –A-ah…M-me llamo Melba…Melba Frahma.- ¡Maldita sea! Por mucho que lo intentara no había manera de tranquilizarme cuando se trataba de hablar con otra persona…
Cuando extendí mis brazos como signo al chico para que me devolviera mi huevo, su Pokemon lo entendió de otra manera y intentó tirarse sobre mi otra vez. Por reflejos volví a traer enseguida mis brazos hacia mí, encogiéndome sobre mí misma. Por suerte su entrenador tenia mejores reflejos que yo y atrapó por el pescuezo en el aire a su Poochyena. Abracé con cariño mi huevo nada más recibirlo de vuelta. Lo examiné un poco antes, para ver si no tenía ni un rasguño. Entonces levanté la mirada al escuchar que el chico se burlaba de mí de nuevo, preguntando porque montaría un picnic aquí. Decidí ignorar su comentario apartando la mirada de el algo enfurruñada. ¿Acaso no iba a dejar de burlarse de mí?
Volví a girar la mirada hacia al chico, al ver que me ofrecía la mano para ayudarme a levantarme. Pese a que se haya burlado de mi, por lo menos por ese lado parecía ser algo cortés. Cogí en un brazo el huevo, dispuesta a aceptar su ayuda. Acerqué mi mano a la suya, dudando durante un instante. Cogí su mano, sonrojándome en el momento mientras me levantaba. –A-ah…M-me llamo Melba…Melba Frahma.- ¡Maldita sea! Por mucho que lo intentara no había manera de tranquilizarme cuando se trataba de hablar con otra persona…
Melba Frahma- Coordinador
- Mensajes : 266
Fecha de inscripción : 09/07/2014
Edad : 26
Localización : Detrás de ti (?)
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
El ligero sonrojo de la chica era extremadamente adorable. Siempre me habían gustado las chicas tímidas. En mi opinión aquel sonrojo la hacia aun mas atractiva, pero obviamente no se lo iba a confesar. Mientras me aclaraba la voz me froté la nuca, incomodo.
-Si tu no me vas a contar por que estas aquí, deja que empiece yo. Me he perdido de camino a Darkdust City. ¿No tendrás por casualidad un mapa?-
Efectivamente, Melba tenia un mapa. Al ver que lo sacaba del bolso lo cogi sin pedirle permiso y le eche un vistazo, concentrado en encontrar nuestra posición y ver la distancia que nos separaba de Darkdust City. Por desgracia era bastante y tardaría mas de un día en llegar hasta si cogía transporte publico en vez de ir andando.
-Vaya, me cago en mi estampa. Si que estaba yendo en dirección contraria.-
Tras leer el mapa durante unos instantes mas, lo enrolle de golpe y señale al horizonte, motivado con el viaje.
-¡Vamos Melba! Darkdust City nos espera.-
La incluí en aquel viaje sin su consentimiento. Cuando me gire hacia ella su cara de confusión lo decía todo. Al menos le debía una explicación de por que la iba a arrastrar conmigo hasta Darkdust.
-Bueno, yo tengo que llegar allí de alguna forma y tu eres la dueña del mapa. Yo no pienso separarme del mapa y me sabe mal robar asique… ¡Te vienes conmigo!-
-Si tu no me vas a contar por que estas aquí, deja que empiece yo. Me he perdido de camino a Darkdust City. ¿No tendrás por casualidad un mapa?-
Efectivamente, Melba tenia un mapa. Al ver que lo sacaba del bolso lo cogi sin pedirle permiso y le eche un vistazo, concentrado en encontrar nuestra posición y ver la distancia que nos separaba de Darkdust City. Por desgracia era bastante y tardaría mas de un día en llegar hasta si cogía transporte publico en vez de ir andando.
-Vaya, me cago en mi estampa. Si que estaba yendo en dirección contraria.-
Tras leer el mapa durante unos instantes mas, lo enrolle de golpe y señale al horizonte, motivado con el viaje.
-¡Vamos Melba! Darkdust City nos espera.-
La incluí en aquel viaje sin su consentimiento. Cuando me gire hacia ella su cara de confusión lo decía todo. Al menos le debía una explicación de por que la iba a arrastrar conmigo hasta Darkdust.
-Bueno, yo tengo que llegar allí de alguna forma y tu eres la dueña del mapa. Yo no pienso separarme del mapa y me sabe mal robar asique… ¡Te vienes conmigo!-
Seth Goldenbell- Entrenador
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 10/07/2014
Edad : 31
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
Seth no tardó en explicar el porqué estaba aquí conmigo, puesto que yo no estaba dispuesta a explicarle el porqué estaba aquí, y tampoco es que tenía nada especial que contar, vine a capturar Pokemon. El chico me explicó que se había perdido de camino a Darkdust City. Y si que se había perdido, ¡esa ciudad estaba lejísimos! Viniese de donde viniese seguro que caminaba en dirección contraria. Asentí algo nerviosa al escuchar que me preguntaba por un mapa. Le entregué sin preguntar el huevo que tenía en brazos para empezar a rebuscar en mi bolsa. Estaba costándome lo mío encontrar mi mapa entre tantas baratijas que tenia y el huevo estorbando, y eso me estaba poniendo cada vez más nerviosa.
Después de lo que a mí me parecía una eternidad por los nervios, conseguí sacar mi mapa de la bolsa. Seth lo cogió sin siquiera preguntar mientras recuperaba mi huevo. Me quedé mirando al chico con curiosidad mientras él examinaba el mapa con atención. Tal y como adiviné, estaba caminando en dirección contaría. Me traje una mano a la boca para taparla con un dedo, intentando no reírme de su torpeza, pero deje escapar una pequeña risa sin querer.
Pasó un rato, y Seth enrolló de nuevo mi mapa sin decir nada. Con mi mapa aun en mano señaló hacia el horizonte, decidiendo llevarme consigo a Darkdust City. - ¿¡ E-eeeeeeh?!- Lo único que conseguí soltar fue un quejido de confusión.¡¿Cómo que me llevaría consigo?! ¡Ni siquiera le había dado mi consentimiento! Entonces el chico explicó el porqué tenía que acompañarle hasta allí. Me quedé de piedra al escuchar su lógica aplastante, con una cara de póker impresionante. –A-ah.- Fue lo único que conseguí pronunciar, tenía sentido y todo.
Después de lo que a mí me parecía una eternidad por los nervios, conseguí sacar mi mapa de la bolsa. Seth lo cogió sin siquiera preguntar mientras recuperaba mi huevo. Me quedé mirando al chico con curiosidad mientras él examinaba el mapa con atención. Tal y como adiviné, estaba caminando en dirección contaría. Me traje una mano a la boca para taparla con un dedo, intentando no reírme de su torpeza, pero deje escapar una pequeña risa sin querer.
Pasó un rato, y Seth enrolló de nuevo mi mapa sin decir nada. Con mi mapa aun en mano señaló hacia el horizonte, decidiendo llevarme consigo a Darkdust City. - ¿¡ E-eeeeeeh?!- Lo único que conseguí soltar fue un quejido de confusión.¡¿Cómo que me llevaría consigo?! ¡Ni siquiera le había dado mi consentimiento! Entonces el chico explicó el porqué tenía que acompañarle hasta allí. Me quedé de piedra al escuchar su lógica aplastante, con una cara de póker impresionante. –A-ah.- Fue lo único que conseguí pronunciar, tenía sentido y todo.
Melba Frahma- Coordinador
- Mensajes : 266
Fecha de inscripción : 09/07/2014
Edad : 26
Localización : Detrás de ti (?)
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
Al ver que Melba no oponía resistencia ni nada sonreí. ¡Todo estaba organizado! Ahora solo teníamos que bajar de esa montaña infestada de dragones para buscar la ruta que nos llevaría a la ciudad mas cercana para coger un transporte publico. ¡Tal vez incluso lo podíamos encontrar aquí?
-Estupendo, pues vámonos. Espero que no te moleste el autostop.-
Agarre el brazo de Melba y tire de ella cuesta abajo para ir al pueblo en la base de la colina. Ahora que estábamos los dos de pie podía apreciar realmente la altura de la chica. Era una cabeza mas bajita que yo. ¡Hasta Kathleen era mas alta que ella! Y yo que estaba acostumbrado a llamar enana a mi hermana… Tendría que encontrar un adjetivo nuevo para mi compañera de viaje.
-Si vamos a ser compañeros de viaje es mejor que vayamos fifty, fifty. Dame uno de tus huevos para que lo lleve yo. No vaya a ser que te nos mueras de agotamiento por el camino.-
Le dediqué una sonrisa socarrona mientras cogía sin permiso el huevo que ella llevaba en brazos, dejándole el otro a ella. Además, esa era una excusa mas para que no me vendiera a mitad de camino. ¡Ahora tenia un rehén! Obviamente el poochyena también trotaba detrás de mi. Solté un suspiro desesperado al ver que el animal se negaba a dejar de perseguirme. ¡Era como una acosadora enamorada!
-¿Qué tengo que hacer para que te vayas?-
Pregunté frustrado. El pokemon se me quedo mirando con la cabeza ladeada y la lengua fuera, jadeando y con una expresión de diversión y felicidad en los ojos. Con un quejido agónico me frote la cara, maldiciéndome a mi mismo.
-Vale, puedes venir. Pero al mínimo problema, te largas. ¿Entendido?-
-Estupendo, pues vámonos. Espero que no te moleste el autostop.-
Agarre el brazo de Melba y tire de ella cuesta abajo para ir al pueblo en la base de la colina. Ahora que estábamos los dos de pie podía apreciar realmente la altura de la chica. Era una cabeza mas bajita que yo. ¡Hasta Kathleen era mas alta que ella! Y yo que estaba acostumbrado a llamar enana a mi hermana… Tendría que encontrar un adjetivo nuevo para mi compañera de viaje.
-Si vamos a ser compañeros de viaje es mejor que vayamos fifty, fifty. Dame uno de tus huevos para que lo lleve yo. No vaya a ser que te nos mueras de agotamiento por el camino.-
Le dediqué una sonrisa socarrona mientras cogía sin permiso el huevo que ella llevaba en brazos, dejándole el otro a ella. Además, esa era una excusa mas para que no me vendiera a mitad de camino. ¡Ahora tenia un rehén! Obviamente el poochyena también trotaba detrás de mi. Solté un suspiro desesperado al ver que el animal se negaba a dejar de perseguirme. ¡Era como una acosadora enamorada!
-¿Qué tengo que hacer para que te vayas?-
Pregunté frustrado. El pokemon se me quedo mirando con la cabeza ladeada y la lengua fuera, jadeando y con una expresión de diversión y felicidad en los ojos. Con un quejido agónico me frote la cara, maldiciéndome a mi mismo.
-Vale, puedes venir. Pero al mínimo problema, te largas. ¿Entendido?-
Seth Goldenbell- Entrenador
- Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 10/07/2014
Edad : 31
Re: El emo y la loli: Un encuentro curioso
Sin previo aviso, Seth me agarró del brazo, tirando de mi cuesta abajo. ¿¡ Era esto lo que llamaban secuestro?! Lo único que salía de mi boca en ese momento era un gemido de socorro mientras correteaba detrás del chico que caminaba a zancadas más grandes que yo por tener las piernas más largas. Entonces fue cuando propuso ayudarme con mis cargas extra, cogiendo de mis manos el huevo que solía tener en brazos. Me quedé extendiendo un poco los brazos mientras él me había cogido el huevo, como intentando recuperarlo por inercia. Dejé caer los brazos, algo sonrojada por la ayuda que me estaba prestando aquel chico.
Seguimos los dos caminando, yo ahora con un peso de menos encima, lo cual se agradecía mucho. Llevaba demasiados días con esos dos huevos que ni se dignaban a eclosionar. Y cada vez que tenía que caminar con tanto peso encima me cansaba enseguida. La verdad es que ya tenía pocas capacidades físicas de por sí, me costaba muchísimo mantener el ritmo cuando se trataba de recorrer largas distancias. Ahora que estaba con Seth, no sabía si podría tomarme la libertad de pausar nuestro recorrido para que recupere el aliento…
Entonces me fijé en como Seth le hablaba a su Poochyena. ¿De verdad eran compañeros? Porque con la manera con la que hablaba el entrenador a su Pokemon de verdad… no parecían llevarse bien. Por lo menos por parte del chico. El Poochyena por su lado parecía ser muy feliz con el chico, demasiado. Sin darme cuenta había acabado quedando un poco atrás. –¡A-ah! ¡Espérame!- Conseguí decirle al chico para que me esperara mientras correteaba para intentar seguirle de nuevo el ritmo mientras agarraba con fuerza mi bandolera de la bolsa.
Seguimos los dos caminando, yo ahora con un peso de menos encima, lo cual se agradecía mucho. Llevaba demasiados días con esos dos huevos que ni se dignaban a eclosionar. Y cada vez que tenía que caminar con tanto peso encima me cansaba enseguida. La verdad es que ya tenía pocas capacidades físicas de por sí, me costaba muchísimo mantener el ritmo cuando se trataba de recorrer largas distancias. Ahora que estaba con Seth, no sabía si podría tomarme la libertad de pausar nuestro recorrido para que recupere el aliento…
Entonces me fijé en como Seth le hablaba a su Poochyena. ¿De verdad eran compañeros? Porque con la manera con la que hablaba el entrenador a su Pokemon de verdad… no parecían llevarse bien. Por lo menos por parte del chico. El Poochyena por su lado parecía ser muy feliz con el chico, demasiado. Sin darme cuenta había acabado quedando un poco atrás. –¡A-ah! ¡Espérame!- Conseguí decirle al chico para que me esperara mientras correteaba para intentar seguirle de nuevo el ritmo mientras agarraba con fuerza mi bandolera de la bolsa.
Melba Frahma- Coordinador
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