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Esta es la región Khannos
Toda una basta y amplia región donde se puede circular tranquilamente, y en paz. Actualmente, algunos pokémon legendario comenzaron a despertar de su largo sueño por una fuerza extraña que los provoca a surgir y causar destrucción.
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Las hojas comienzan a caer, algunos arboles están cambiando su color y el clima se tiñe de colores anaranjados y rojizos. El frío es cada vez más fuerte, no estaría mal tomar un poco de té y disfrutar de como la brisa se lleva todo.
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Personajes y conceptos de Pokémon no son propiedad del foro. Pokémon es perteneciente a Satoshi Tajiri y Nintendo.
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¡Monta en Rapidash, decían! ¡Será divertido y no te quemará, decían!
2 participantes
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¡Monta en Rapidash, decían! ¡Será divertido y no te quemará, decían!
¡Monta en Rapidash, decían! ¡Será divertido y no te quemará, decían!
Crate no pensaba lo mismo, estando como estaba con el culo chamuscado en el campo de combate del Centro Pokémon de Pira Town. Rapidash les miraba a ella, Empoleon y Raichu desde el otro lado de éste, con las fosas nasales dilatadas. Empoleon había tenido que extinguir el incendio del culo de Crate cuando ella se había intentado montar sobre la pokémon caballo y ahora reía sin intentar disimularlo, al contrario que Raichu, que al menos se tapaba la boca aunque no lograra mucho, la verdad.
Crate suspiró y se acercó a Rapidash, exhasperada.
–¡Oh, vamos! Porfaaaa. ¿Sabes la caminata que hay desde aquí hasta Skyblue Pooooort? ¡Por tu culpa me van a salir ampollas –protestó, señalándose los pies. Rapidash se acercó a ella, le frotó la cabeza contra el brazo y salió disparada a comerse uno de los pokochos buenos que habían caído al suelo cuando Crate le había intentado ofrecer uno, y la entrenadora fue tras ella, suplicándole de todas las formas posibles. Al final, con los ojos entornados, Rapidash movió la oreja en un gesto que Crate quería entender que era un sí. Sonrió, animada.
–¡Ya verás como no te arrepientes! –y sin ningún tipo de preámbulo saltó sobre la grupa de su pokémon, que primero relinchó con sorpresa y luego pareció acostumbrarse al peso. Contenta, la joven castaña recogió a Empoleon en su poké ball y dejó que Raichu trepara a su hombro. A la entrenadora le seguía resultando curioso el que al evolucionar la pokémon eléctrico se hubiera quedado en el tamaño de un Pikachu, pero estaba resultando más una ventaja que otra cosa.
–¡A Skyblue Port! –gritó Crate con energía, inclinándose sobre su pokémon cuando ella salió al galope de Pira Town.
Lo primero que notaron Crate, Rapidash y Raichu al llegar al lugar fueron las suaves brisas del mar y el olor al agua salada. Aspiraron profundamente, el olor les gustaba, y entonces Crate descendió del lomo de la pokémon fuego para sacar a Empoleon de su poké ball y proseguir a pie hasta el puerto. Le gustaba ver el agua del mar, y los peces que había bajo ella. Y seguro que sería un buen lugar para descansar cuando terminara lo que tenía pensado para Empoleon.
Cuando llegó al muelle, se dio la vuelta, encarando a Empoleon, y sonriendo decididamente.
–Te prometí un entrenamiento de rapidez, y tendrás tu entrenamiento de rapidez. Como tienes la mejor entrenadora pokémon del mundo, seguro que serás el Empoleon más rápido del mundo –aseguró, golpeándose el pecho y cerrando los ojos con mucho orgullo. Empoleon volteó los ojos, resignado, Rapidash sacudió la cabeza como negando y Raichu se fue a dar una vuelta a lo suyo tras entrecerrar los ojos.
Mientras Crate se ponía a la obra con Empoleon, mandándole hacer diversos ejercicios tanto dentro como fuera del agua, Rapidash y Raichu eran libres de hacer lo que quisieran. Rapidash se quedó cerca de Crate, inspeccionando la profundidad del agua del embarcadero donde estaban como midiendo si podría subir a la superficie desde tan hondo. Raichu, por su parte, salió a las calles moviendo la cola. Quería curiosear un poco.
La ocasión perfecta se presentó con forma de un entrenador con un Pikachu. Raichu sonrió malévolamente, se preparó y saltó justo cuando ellos pasaban por su lado a la cabeza del chico.
–¡Rai, raichu! –comentó alegremente, asomándose bajo la gorra para ver la cara del muchacho y luego volviéndose para inspeccionar al Pikachu. Nunca había visto uno de su especie, aunque fuera su preevolución. Aunque no importaba mucho, en realidad ella se seguía sintiendo igual que cuando era Pikachu gracias a no haber cambiado de tamaño.
Olisqueó al pokémon y, al querer jugar a las carreras, salió corriendo al muelle donde su entrenadora seguía con Empoleon, completamente segura de que el Pikachu le seguiría.
Crate no pensaba lo mismo, estando como estaba con el culo chamuscado en el campo de combate del Centro Pokémon de Pira Town. Rapidash les miraba a ella, Empoleon y Raichu desde el otro lado de éste, con las fosas nasales dilatadas. Empoleon había tenido que extinguir el incendio del culo de Crate cuando ella se había intentado montar sobre la pokémon caballo y ahora reía sin intentar disimularlo, al contrario que Raichu, que al menos se tapaba la boca aunque no lograra mucho, la verdad.
Crate suspiró y se acercó a Rapidash, exhasperada.
–¡Oh, vamos! Porfaaaa. ¿Sabes la caminata que hay desde aquí hasta Skyblue Pooooort? ¡Por tu culpa me van a salir ampollas –protestó, señalándose los pies. Rapidash se acercó a ella, le frotó la cabeza contra el brazo y salió disparada a comerse uno de los pokochos buenos que habían caído al suelo cuando Crate le había intentado ofrecer uno, y la entrenadora fue tras ella, suplicándole de todas las formas posibles. Al final, con los ojos entornados, Rapidash movió la oreja en un gesto que Crate quería entender que era un sí. Sonrió, animada.
–¡Ya verás como no te arrepientes! –y sin ningún tipo de preámbulo saltó sobre la grupa de su pokémon, que primero relinchó con sorpresa y luego pareció acostumbrarse al peso. Contenta, la joven castaña recogió a Empoleon en su poké ball y dejó que Raichu trepara a su hombro. A la entrenadora le seguía resultando curioso el que al evolucionar la pokémon eléctrico se hubiera quedado en el tamaño de un Pikachu, pero estaba resultando más una ventaja que otra cosa.
–¡A Skyblue Port! –gritó Crate con energía, inclinándose sobre su pokémon cuando ella salió al galope de Pira Town.
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Lo primero que notaron Crate, Rapidash y Raichu al llegar al lugar fueron las suaves brisas del mar y el olor al agua salada. Aspiraron profundamente, el olor les gustaba, y entonces Crate descendió del lomo de la pokémon fuego para sacar a Empoleon de su poké ball y proseguir a pie hasta el puerto. Le gustaba ver el agua del mar, y los peces que había bajo ella. Y seguro que sería un buen lugar para descansar cuando terminara lo que tenía pensado para Empoleon.
Cuando llegó al muelle, se dio la vuelta, encarando a Empoleon, y sonriendo decididamente.
–Te prometí un entrenamiento de rapidez, y tendrás tu entrenamiento de rapidez. Como tienes la mejor entrenadora pokémon del mundo, seguro que serás el Empoleon más rápido del mundo –aseguró, golpeándose el pecho y cerrando los ojos con mucho orgullo. Empoleon volteó los ojos, resignado, Rapidash sacudió la cabeza como negando y Raichu se fue a dar una vuelta a lo suyo tras entrecerrar los ojos.
Mientras Crate se ponía a la obra con Empoleon, mandándole hacer diversos ejercicios tanto dentro como fuera del agua, Rapidash y Raichu eran libres de hacer lo que quisieran. Rapidash se quedó cerca de Crate, inspeccionando la profundidad del agua del embarcadero donde estaban como midiendo si podría subir a la superficie desde tan hondo. Raichu, por su parte, salió a las calles moviendo la cola. Quería curiosear un poco.
La ocasión perfecta se presentó con forma de un entrenador con un Pikachu. Raichu sonrió malévolamente, se preparó y saltó justo cuando ellos pasaban por su lado a la cabeza del chico.
–¡Rai, raichu! –comentó alegremente, asomándose bajo la gorra para ver la cara del muchacho y luego volviéndose para inspeccionar al Pikachu. Nunca había visto uno de su especie, aunque fuera su preevolución. Aunque no importaba mucho, en realidad ella se seguía sintiendo igual que cuando era Pikachu gracias a no haber cambiado de tamaño.
Olisqueó al pokémon y, al querer jugar a las carreras, salió corriendo al muelle donde su entrenadora seguía con Empoleon, completamente segura de que el Pikachu le seguiría.
Re: ¡Monta en Rapidash, decían! ¡Será divertido y no te quemará, decían!
Podía sentirse la brisa marina por toda la ciudad, el gran puerto de Skyblue era un sitio realmente apacible, un sitio totalmente tranquilo y relajante, en donde la gente corría por todos lados haciendo sus actividades cotidianas, disfrutando del clima tropical que su región les otorgaba, después de todo, ¿para qué vivir amargados si tienen una hermosa playa a su merced? Aquello era para disfrutar, y sin duda alguna era lo que ellos hacían, vivir la vida pesquera en su mayor esplendor, aquella era su principal actividad ecónomica, siendo inculcados a la pesca desde corta edad, como se podía apreciar en los niños que corrían con sus cañas buenas en sus brazos, un sitio pacífico, aparentemente.
Me abría paso por las calles mostrando una enorme confianza en mi rostro, me encontraba en un pequeño viaje de exploración, sin ningún motivo más que el de conocer cada vez más la región de Khannos, un sitio que día a día me sorprendía más y más con sus maravillosos lugares e increíbles lugareños, quienes no dudaban ni un segundo en otorgar su hospitalidad, como buenos ciudadanos. -Creo que fue buena idea tomar un descanso para tomar un baño en la playa, Pikachu- Mencione a mi compañero que se encontraba en mi hombro, el cual asentía gustosamente a mis palabras mientras sonreía ampliamente al igual que yo, sin duda disfrutaba de la brisa del sitio. -Aunque ahora que lo pienso...No hemos traído toalla ni nada por el estilo...Eso puede ser malo, haha- Rasque mi nuca torpemente sin detener mi marcha dirigiéndome hacia la orilla de la playa, quizás ahí haya un vendedor o algo, por lo que el día no estaba totalmente perdido aún.
Me encontraba perdido en mis propios asuntos, intentando planear el que sería "mi día de descanso playero", un día para simplemente disfrutar y pasarla bien, después de todo, desde mi llegada a Khannos, todo había sido combate tras combate, sin ni un descanso, y consideraba que mis compañeros se merecían unas breves "vacaciones" . Y en el momento más inoportuno, un viejo amigo mío decidía entrometerse en mi travesía, aquel viejo compañero que me había acompañado durante toda mi vida, literalmente...Mi estómago rugió poderosamente, exigiendo alimento de inmediato. -...¡Olvide por completo que no he comido nada durante 2 días!- Solté un grito mientras me llevaba las manos a la cabeza con un rostro que parecía desesperado, captando la atención de todos los citadinos que me rodeaban, los cuales simplemente me observaban con cara de "¿Qué le pasa a este jovenazo chido y guapo?" ...
Pero antes de que pudiese desviar dicha atención, un extraño pokemon brincaba sobre mi cabeza, este se asomo por encima de mi gorra soltando el típico sonido de un Raichu pero por alguna razón, su tamaño no representaba aquello, parecía pesar inclusive lo mismo que Pikachu, era algo fuera de lo común. -wow, un ¿Raichu?...¿Qué tal amigo, andas perdido?- Mencione sonriente hacia el pokemon esperando alguna señal o algo pero este simplemente olisqueo a Pikachu, el cual se sorprendió y retrocedió levemente ante tal acto, era raro y por ende, eso era una nueva aventura para mi, el descanso podía esperar.
El raichu pego un brinco para caer en la calle e iniciar una increíble carrera. -¡Seguramente quiere que le sigamos!- Solté anímicamente mientras ajustaba mi gorra a mi cabeza firmemente e iniciaba una especie de persecución contra el pokemon. Este era veloz, tenía que admitirlo, gracias a que aparentemente había conservado su tamaño al evolucionar, su velocidad se conservaba perfectamente. Me abrí paso con agilidad, evadiendo a todos los peatones que deambulaban por las calles e incluso brincando alguno que otro obstáculo, y a lo lejos lo pude ser, parecía ser un gran muelle que se extendía por el mar, era simplemente majestuoso. El Raichu pareció acercarse a una chica de extraña vestimenta, la cual se mantenía totalmente enfocada en una especie de "entrenamiento" , si se le podía llamar así, junto a un Empoleon y un Rapidash, sin duda alguna aquel Raichu pertenecía a ella.
-¡Vaya, ese es un empoleon bastante rápido!- Mencione con un tono de voz decidido mientras me acercaba hasta la chica, parándome junto a ella observando detenidamente a su empoleon. -Sin duda alguna parece que esta muy bien entrenado- Sonreí gustoso mientras giraba a mirar a la chica, asintiendo con la cabeza. -¡Oh, lo siento! ¿Donde están mis modales?...Mi nombre es Satoshi Ketchum de Pueblo Paleta, y este es mi amigo Pikachu...¡Y seremos los campeones de la región de Khannos!- Mencione eufóricamente y repleto de emoción, mientras me señalaba a mi mismo con el pulgar, sin duda alguna siempre estaba eufórico y más cuando me encontraba con otros entrenadores, después de todo, siempre surgía un combate, que era la mejor manera de entrenar.
Me abría paso por las calles mostrando una enorme confianza en mi rostro, me encontraba en un pequeño viaje de exploración, sin ningún motivo más que el de conocer cada vez más la región de Khannos, un sitio que día a día me sorprendía más y más con sus maravillosos lugares e increíbles lugareños, quienes no dudaban ni un segundo en otorgar su hospitalidad, como buenos ciudadanos. -Creo que fue buena idea tomar un descanso para tomar un baño en la playa, Pikachu- Mencione a mi compañero que se encontraba en mi hombro, el cual asentía gustosamente a mis palabras mientras sonreía ampliamente al igual que yo, sin duda disfrutaba de la brisa del sitio. -Aunque ahora que lo pienso...No hemos traído toalla ni nada por el estilo...Eso puede ser malo, haha- Rasque mi nuca torpemente sin detener mi marcha dirigiéndome hacia la orilla de la playa, quizás ahí haya un vendedor o algo, por lo que el día no estaba totalmente perdido aún.
Me encontraba perdido en mis propios asuntos, intentando planear el que sería "mi día de descanso playero", un día para simplemente disfrutar y pasarla bien, después de todo, desde mi llegada a Khannos, todo había sido combate tras combate, sin ni un descanso, y consideraba que mis compañeros se merecían unas breves "vacaciones" . Y en el momento más inoportuno, un viejo amigo mío decidía entrometerse en mi travesía, aquel viejo compañero que me había acompañado durante toda mi vida, literalmente...Mi estómago rugió poderosamente, exigiendo alimento de inmediato. -...¡Olvide por completo que no he comido nada durante 2 días!- Solté un grito mientras me llevaba las manos a la cabeza con un rostro que parecía desesperado, captando la atención de todos los citadinos que me rodeaban, los cuales simplemente me observaban con cara de "¿Qué le pasa a este jovenazo chido y guapo?" ...
Pero antes de que pudiese desviar dicha atención, un extraño pokemon brincaba sobre mi cabeza, este se asomo por encima de mi gorra soltando el típico sonido de un Raichu pero por alguna razón, su tamaño no representaba aquello, parecía pesar inclusive lo mismo que Pikachu, era algo fuera de lo común. -wow, un ¿Raichu?...¿Qué tal amigo, andas perdido?- Mencione sonriente hacia el pokemon esperando alguna señal o algo pero este simplemente olisqueo a Pikachu, el cual se sorprendió y retrocedió levemente ante tal acto, era raro y por ende, eso era una nueva aventura para mi, el descanso podía esperar.
El raichu pego un brinco para caer en la calle e iniciar una increíble carrera. -¡Seguramente quiere que le sigamos!- Solté anímicamente mientras ajustaba mi gorra a mi cabeza firmemente e iniciaba una especie de persecución contra el pokemon. Este era veloz, tenía que admitirlo, gracias a que aparentemente había conservado su tamaño al evolucionar, su velocidad se conservaba perfectamente. Me abrí paso con agilidad, evadiendo a todos los peatones que deambulaban por las calles e incluso brincando alguno que otro obstáculo, y a lo lejos lo pude ser, parecía ser un gran muelle que se extendía por el mar, era simplemente majestuoso. El Raichu pareció acercarse a una chica de extraña vestimenta, la cual se mantenía totalmente enfocada en una especie de "entrenamiento" , si se le podía llamar así, junto a un Empoleon y un Rapidash, sin duda alguna aquel Raichu pertenecía a ella.
-¡Vaya, ese es un empoleon bastante rápido!- Mencione con un tono de voz decidido mientras me acercaba hasta la chica, parándome junto a ella observando detenidamente a su empoleon. -Sin duda alguna parece que esta muy bien entrenado- Sonreí gustoso mientras giraba a mirar a la chica, asintiendo con la cabeza. -¡Oh, lo siento! ¿Donde están mis modales?...Mi nombre es Satoshi Ketchum de Pueblo Paleta, y este es mi amigo Pikachu...¡Y seremos los campeones de la región de Khannos!- Mencione eufóricamente y repleto de emoción, mientras me señalaba a mi mismo con el pulgar, sin duda alguna siempre estaba eufórico y más cuando me encontraba con otros entrenadores, después de todo, siempre surgía un combate, que era la mejor manera de entrenar.
Satoshi- Entrenador
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Edad : 30
Localización : ¡Khannos!
Re: ¡Monta en Rapidash, decían! ¡Será divertido y no te quemará, decían!
Empoleon realizaba todo tipo de movimientos para aligerarse y acostumbrarse por completo al peso extra que representaba su defensa ahora más pronunciada. Habían hecho de todo, desde correr de un lado al otro del muelle con el ancla que ahora reposaba al lado de Rapidash hasta lo que ahora estaban practicando, aprovechar los movimientos para aumentar su velocidad en combate de una forma que no hubieran logrado conseguir corriendo. Con Pico Taladro, el pokémon iba muy rápido, y eso sumado a la velocidad que comenzaba a aumentar naturalmente, hacía que se viese como el doble de rápido girando de lo que se vería normalmente. Tal hecho hacía enorgullecerse a Crate.
De repente, Raichu llegó y de un par de saltos escaló por la ropa de Crate hasta sentarse sobre la cabeza de la chica, haciendo que ésta mirase hacia arriba con fastidio, a pesar de no poder ver más allá de su flequillo.
–A éste paso me vas a acabar rompiendo el cuello –protestó.
No obstante, su atención se vio atraída por un chaval que venía a toda pastilla corriendo hacia ellas. Empoleon siguió haciendo pesas con el ancla, levantándola para lanzarla y luego moviéndose rápidamente para esquivarla, ajeno a todo, pero Rapidash levantó la cabeza con espectación. Crate levantó la ceja derecha con algo de desdén.
"¿Y éste de dónde sale?" pensó, extrañada.
No obstante, se adelantó con gesto desafiante, casi pareciendo intimidante.
–A ver, ¿qué ha hecho ésta vez Raichu? –inquirió con los ojos a punto de fulminar al contrario, esperando quejas sobre alguna broma de Raichu. No pensaba regañarla, como demostraba su actitud de matona, pero lo que estaba haciendo al otro era desafiarlo a criticar a su pokémon delante de sus narices.
No obstante, el contrario parecía no darse cuenta de ésto, y le interrumpió halagando a Empoleon, que seguía a lo suyo con el ancla. Crate medio abrió los ojos con sorpresa, pero cuando empezaron los halagos se infló de orgullo tanto que si seguía pensó que se acabaría convirtiendo en un globo. Si hay alguna forma de ganarse a Crate de la manera rápida, es halagándola. Al ver la reacción de su entrenadora, Rapidash sacudió la cabeza, como dándola por caso perdido y Raichu se rascó la cabeza con la cola, avergonzada.
Crate abrió los ojos cuando el chico mencionó su nombre y se le quedó inspeccionando fuertemente, clavando sus ojos con tal intensidad que cualquiera pensaría que quería ver a través de él.
–No habrás luchado en la Liga Sinnoh, ¿no? –inquirió, pues su cara le sonaba mucho. Cintia siempre le llevaba a ver la liga, y ella solía quedarse con las caras de todos los participantes, sobre todo los que llegaban a las semifinales y las finales, es decir, a los últimos.
–Pues yo pienso ser la Maestra Pokémon más fuerte que haya existido –anunció, cerrando un ojo y sonriendo pícaramente. Ser líder de liga era como ser el de un gimnasio, te atabas a la región, y aunque fuera en menor medida que la de los líderes de gimnasio, Crate tenía bien claro que no lo quería ser sólo por el hecho de las pocas vacaciones que su hermana Cintia podía tomarse. Sin embargo, ser Maestra Pokémon no te ataba a nada, te dejaba libre para viajar... Muy propio de ella.
–Pues hola, Sato. ¡Yo soy Crate, y vengo del Pueblo Caelestis en Sinnoh! –se presentó, poniéndole directamente el apodo. No era de las que se esperaban a tener confianzas con alguien, ciertamente–. Y ésta es Raichu, ella es Rapidash y él Empoleon.
Rapidash se acercó con un ligero trote a olisquear al chaval, mientras Empoleon de un potente aletazo mandaba el ancla a tomar por culo en el fondo del mar y se acercaba a inspeccionar a los recién llegados. Raichu correteaba a su alrededor, queriendo jugar con el Pikachu.
A Crate le rugieron las tripas, atrayendo la atención de los pokémon de su equipo.
–Eh... eso... ¡ha sido el Charizard que me tragué hace tiempo! –se excusó, causando las risas en sus pokémon–. Okno, es que tengo hambre. Vamos a comer unas hamburguesas, ¿te vienes? Yo puedo invitar –sonrió, lanzando al aire una bolsita llena de dinero que había ganado a un pescador al vencer a su Milotic.
Sin esperar respuesta, echó a andar en busca de un lugar donde diesen comida basura decente, sin percatarse de que, entre los callejones oscuros, una tipa de pelo rosa, uno de pelo azul y un pokémon con algo brillante en la frente les observaban con atención.
Re: ¡Monta en Rapidash, decían! ¡Será divertido y no te quemará, decían!
Las habilidades de aquel Empoleon parecían bastantes buenas, un pokemon que sin duda me gustaría enfrentar , uno que podría significar un tremendo rival, su fuerza al controlar el ancla era sumamente descomunal, parecía estar realmente entrenada, la chica parecía tomarse realmente enserio el ser una entrenadora pokemon, una chica que sin duda me daría gusto enfrentar. Solté una sonrisa al escuchar las palabras de la chica haciendo referencia a Sinnoh, región en la cual había llegado a ubicarme entre los 4 mejores pero por cosas del destino y de falta de habilidad, había sido derrotado por un cazador de pokemon legendarios...No lo veía como algo malo, si no como toda una enorme experiencia enriquecedora.
-Si, hace un par de años estuve por Sinnoh y participe en la liga Pokemon, ¡Quede en las semifinales!- Mencione bastante animado y con una sonrisa de oreja a oreja, sintiéndome algo orgulloso de mi mismo, después de todo parecía ser que mi nombre se comenzaba a hacer "famoso" entre los demás entrenadores, era verdad que mi lista de "logros" de primer lugar eran casi escasos, pudiendo mencionar tan solo unos cuantos pero al menos había participado en todas las ligas existentes hasta el momento, quedando hasta en los 8 mejores, algo que no cualquier persona conseguía. Pikachu se encontraba mirando con detenimiento e interés a los pokemon de la chica, todos parecían presentar una personalidad bastantes contrastadas pero a pesar de eso, mostraban una relación estrecha y buena.
-Pues yo pienso ser la Maestra Pokémon más fuerte que haya existido - Las palabras de la chica me sacaban de mis pensamientos como una fuerte bofetada en el rostro, su expresión mostraba picardía y una gran convicción en sus palabras, parecía decidida en su meta. -Es curioso...Porque yo también pienso convertirme en el Mejor maestro Pokemon de todo el mundo..Y creo que solo uno de los 2 podrá lograrlo- Infló el pecho con una mirada desafiante a la chica, lanzando directamente un reto, después de todo ambos eran entrenadores, estaba en su sangre el competir, no podían haber dos "mejores", tan solo 1...Y todos los entrenadores deseaban aquello.
Solté una sonrisa animada al escuchar su nombre, asintiendo con la cabeza con calma y observando con detenimiento a sus 3 pokemon, no sabía la razón pero sentía que aquella chica me iba a resultar una gran rival en el futuro, una corazonada me hacía sentir que no sería la primera vez que me la encontraría. Noté como los 3 pokemon ajenos se acercaban a mí como si me inspeccionaran, Pikachu por su parte soltaba un grito animado saludando con su pequeña mano a los presentes, sonriendo dulcemente. -¡Es un placer, Cráter! - No era un apodo ni nada por el estilo, tan solo había escuchado mal el nombre de la chica debido a la distracción y debido a eso, la había bautizado con aquel nombre tan...peculiar.
Un extraño pero conocido ruido resonó en nuestro alrededor, lo reconocía a la perfección, se trataba del sonido del hambre pero...¡No venía de mi! ...¡Estaba seguro de eso!. Miré a todos lados un tanto preocupado, ¿Alguien nos observaba con hambre? ¿Un pokemon salvaje?...Toda duda fue dejada a lado al escuchar las palabras de Crate. -¡¿De verdad te has comido un Charizard?! - Las risas de los Pokemon de Crate me confundían bastante sobre si era verdad o no...Pero le daba el beneficio de la duda. -¿Hamburguesas?...¡Pues vale! ¡Todo lo gratis es bueno!- Exclamé con una gran sonrisa y sonrojo en mi rostro, al mismo tiempo que rascaba mi nuca avergonzado, la verdad era que los últimos días las bayas habían sido mi único alimento, y eso no era buen alimento para un viajante como yo.
La chica comenzó a avanzar sin siquiera dar aviso, por lo que le seguía tan solo unos pasos atrás, observando con calma el camino que me había perdido por la gran carrera que había pegado con anterioridad. -¿Y qué tal te va con los gimnasios, Crate? Supongo que ya has de tener unas cuantas, ¿Me equivoco?...- Aceleré el paso un poco para colocarme junto a la chica, mirándola con curiosidad mientras sostenía las correas de mi mochila que colgaba en mi espalda. -Aunque, por la suciedad de tu ropa...Puedo deducir que no llevas mucho tiempo en Khannos, ¿No?... A veces la suciedad te dice mucho sobre un entrenador, las heridas, las cicatrices, todas cuentan una magnifica historia de una persona...He viajado por tantas ciudades, regiones, visto tantos pokemon y entrenadores, que puedo decir que mi historia es extensa...Es por eso que apesto y tal...- Bromeé al final, intentando hacer máss tranquila la relación entre ambos, intentando quitar un poco la tensión.
-Si, hace un par de años estuve por Sinnoh y participe en la liga Pokemon, ¡Quede en las semifinales!- Mencione bastante animado y con una sonrisa de oreja a oreja, sintiéndome algo orgulloso de mi mismo, después de todo parecía ser que mi nombre se comenzaba a hacer "famoso" entre los demás entrenadores, era verdad que mi lista de "logros" de primer lugar eran casi escasos, pudiendo mencionar tan solo unos cuantos pero al menos había participado en todas las ligas existentes hasta el momento, quedando hasta en los 8 mejores, algo que no cualquier persona conseguía. Pikachu se encontraba mirando con detenimiento e interés a los pokemon de la chica, todos parecían presentar una personalidad bastantes contrastadas pero a pesar de eso, mostraban una relación estrecha y buena.
-Pues yo pienso ser la Maestra Pokémon más fuerte que haya existido - Las palabras de la chica me sacaban de mis pensamientos como una fuerte bofetada en el rostro, su expresión mostraba picardía y una gran convicción en sus palabras, parecía decidida en su meta. -Es curioso...Porque yo también pienso convertirme en el Mejor maestro Pokemon de todo el mundo..Y creo que solo uno de los 2 podrá lograrlo- Infló el pecho con una mirada desafiante a la chica, lanzando directamente un reto, después de todo ambos eran entrenadores, estaba en su sangre el competir, no podían haber dos "mejores", tan solo 1...Y todos los entrenadores deseaban aquello.
Solté una sonrisa animada al escuchar su nombre, asintiendo con la cabeza con calma y observando con detenimiento a sus 3 pokemon, no sabía la razón pero sentía que aquella chica me iba a resultar una gran rival en el futuro, una corazonada me hacía sentir que no sería la primera vez que me la encontraría. Noté como los 3 pokemon ajenos se acercaban a mí como si me inspeccionaran, Pikachu por su parte soltaba un grito animado saludando con su pequeña mano a los presentes, sonriendo dulcemente. -¡Es un placer, Cráter! - No era un apodo ni nada por el estilo, tan solo había escuchado mal el nombre de la chica debido a la distracción y debido a eso, la había bautizado con aquel nombre tan...peculiar.
Un extraño pero conocido ruido resonó en nuestro alrededor, lo reconocía a la perfección, se trataba del sonido del hambre pero...¡No venía de mi! ...¡Estaba seguro de eso!. Miré a todos lados un tanto preocupado, ¿Alguien nos observaba con hambre? ¿Un pokemon salvaje?...Toda duda fue dejada a lado al escuchar las palabras de Crate. -¡¿De verdad te has comido un Charizard?! - Las risas de los Pokemon de Crate me confundían bastante sobre si era verdad o no...Pero le daba el beneficio de la duda. -¿Hamburguesas?...¡Pues vale! ¡Todo lo gratis es bueno!- Exclamé con una gran sonrisa y sonrojo en mi rostro, al mismo tiempo que rascaba mi nuca avergonzado, la verdad era que los últimos días las bayas habían sido mi único alimento, y eso no era buen alimento para un viajante como yo.
La chica comenzó a avanzar sin siquiera dar aviso, por lo que le seguía tan solo unos pasos atrás, observando con calma el camino que me había perdido por la gran carrera que había pegado con anterioridad. -¿Y qué tal te va con los gimnasios, Crate? Supongo que ya has de tener unas cuantas, ¿Me equivoco?...- Aceleré el paso un poco para colocarme junto a la chica, mirándola con curiosidad mientras sostenía las correas de mi mochila que colgaba en mi espalda. -Aunque, por la suciedad de tu ropa...Puedo deducir que no llevas mucho tiempo en Khannos, ¿No?... A veces la suciedad te dice mucho sobre un entrenador, las heridas, las cicatrices, todas cuentan una magnifica historia de una persona...He viajado por tantas ciudades, regiones, visto tantos pokemon y entrenadores, que puedo decir que mi historia es extensa...Es por eso que apesto y tal...- Bromeé al final, intentando hacer máss tranquila la relación entre ambos, intentando quitar un poco la tensión.
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