Anybody's here...? [ Captura ]

Finalmente la batalla terminó, con una habitación destrozada y varias almas enfurecidas. Tsugumi se estremeció, quizá sería lo mejor irse de allí... - ¡Nay! Tenemos que enfrentarnos a ello. - se dijo para sí misma, apretando el puño. Helioptile había salido un poco herida por efectos del gran poder que utilizó, pero tenía la suficiente energía como para subirse al hombro de Tsugumi y morderle una oreja, como era costumbre en ella. Morder, morder, morder. Sin embargo, la peliazul ya se había terminado acostumbrando a ello. - Buena pelea, Sunny. - le revolvió las largas orejas que le colgaban de las orejas, y esta sonrió, soltando algún voltio de felicidad. - Ahora veamos, este travieso fantasmita... - rebuscó en su bolsa azulada una nueva Pokéball sin usar, y la tiró al frente para intentar capturar al Banette. Lizbeth y Lucius se bajaron de sus sillas y fueron con Tsugumi.

Inesperadamente, al acabar victoriosos de la batalla contra Banette, la pequeña Helioptile empezó a brillar tan intensamente en aquel oscuro lugar, que tanto Tsugumi como la pareja de Meowstics tuvieron que cerrar los ojos con fuerza. Aún a pesar del dolor que aquello le pudiera provocar, Tsugumi forzó sus ojos para abrirlos, y eventualmente fue acostumbrándose a aquella cantidad dañina de luz. Una vez que por fin pudo distinguir lo que había delante; se encontró con una silueta mayor de la que recordaba de su Helioptile bajo aquella luz. Esta se fue apagando, lentamente, y dio lugar a una gran y... más loca Heliolisk en su lugar.

- ¡Vaya, Sunny! Mira cómo has crecido... - tragó saliva, la verdad es que ahora le daba un poco de miedo... Y con razón, puesto que la Heliolisk se acercaba peligrosamente hacia ella. - ¡Uwaaaa! - cuando quiso darse cuenta, estaba tirada en el suelo y con la Heliolisk encima lamiéndole la cara. - Nyahaha, es que con esta entrenadora tan awesome, ¿quién no evoluciona? - apartó su pelo de su hombro en un gesto de superioridad, a la vez que Heliolisk se reía. - No, pero en serio, ¡buen trabajo, chica! - llevó su mano hasta la cabeza ajena y la empezó a acariciar. Lucius se acercó para chocar puños con la Heliolisk. Después se levantaron y continuaron la tenebrosa travesía por aquella casa... aunque, ahora no les daba tanto miedo con los sucesos que habían ocurrido.

- ¡Já! ¿Quién demonios le tiene miedo a esta casucha aho- - Tsugumi fue interrumpida, o más bien se calló ella misma, cuando la puerta detrás de ella se cerró. Tragaron saliva y voltearon lentamente, sin encontrarse con algo. Suspiraron 'aliviados', y siguieron caminando, pero entonces Tsugumi soltó un sonoro chillido, al ver que un Litwick estaba frente a ellos. - ¡Joder, que susto! - tomó aire tratando de calmarse. Rápidamente, el Luxio salió de su Pokéball ya recuperado para una nueva batalla. Mientras Tsugumi cogía aire, Luxio se lanzaba a morder a aquel pequeño Litwick.

Tsugumi se temía que aquel primer ataque no funcionara, pues morder a un tipo fantasma normalmente no tenía efecto... pero, todo lo contrario. El Luxio fue lo bastante rápido y astuto como para hacer creer a Litwick que usaría un mordisco normal, pero cuando estuvo a pocos centímetros del cuerpo del Litwick, liberó su energía siniestra convirtiéndolo en un fuerte Triturar. El Litwick pudo darse cuenta, pero no a tiempo, y salió herido en aquella primera ronda. Tsugumi, ya calmada y dispuesta a aniquilar a ese Litwick, apretó el puño con una sonrisa victoriosa. Leonard se alejó para evitar algún golpe por parte del Litwick, que nunca llegó... por suerte. Y fortuna, ya que iban ganando por una aplastante diferencia.

- ¡GJ, Leonard! - le felicitó Tsugumi, para acto seguido seguir con la batalla. - Ahora continúa usando Rayo, ¡rápido! Tienes que aprovechar la ventaja. - se apresuró a indicarle, a lo que el Luxio sin pensarlo mucho empezó a cargar su energía eléctrica que luego lanzaría en forma de un gran rayo hacia el Litwick.

Sí, claro, la ventaja... Todo lo que quedaba de esa tal "ventaja" se había esfumado. Inesperadamente, el Litwick tomó el control de la batalla en pocos segundos, dejando bastante aturdido a Leonard. Bastó con un Lanzallamas para que esto ocurriera, justo cuando Luxio se disponía a lanzar su Rayo. Tsugumi se sorprendió de la velocidad que empleó el Litwick, fue como... un ninja. Estaba tirado en el suelo, y de repente, remontando la batalla en escasos segundos. Pero eso no significa que la hubiera ganado.

- Resiste, Leonard. - miró con preocupación a su Luxio, quien se levantó del suelo con varias quemaduras. - ¡Ahora verás...! Leo, ¡Triturar! - le ordenó rápidamente al Luxio, quien se sacudió para centrarse, y se dirigió a atacar al Litwick de nuevo.

Esta vez fue Luxio que le arrebató de las manos el mango de la batalla a Litwick. Aquella pelea era una constante moneda dando vueltas y cambiando de caras. Tsugumi se sentía un poco raro ante eso, pero decidió que debía adaptarse y... ¡ganar! Por el momento, así iban. El Triturar por parte de Luxio dio buenos frutos, causándole un dolor al Litwick que éste describió con un chillido. Los dos Meowstic respondieron a ello bajando sus orejas. Luxio despegó su mandíbula del pobre fantasma adolorido, quien no tuvo oportunidad de contraatacar. Ésta era su oportunidad.

- Vale, Leonard, sigamos. ¡Rayo! - le ordenó con total rapidez al Luxio, quien volvió a hacer uso de sus poderes para cargar energía eléctrica y canalizarla en forma de un potente Rayo, que se dirigía en dirección Litwick. Tsugumi cogió a los dos Meowstic en sus brazos, mientras que guardaba a Heliolisk en su Pokéball.

'¡Ugh! Vaya batalla más agotadora, demonios' pensó Tsugumi. El Luxio, finalmente, liberó todo su poder eléctrico, formando un Rayo que cegó a todos los de aquella habitación, y penetró el cuerpo del Litwick. Sin embargo, como si de un nulo conductor de eléctricidad fuera, aquello no le hizo mucho daño. Tsugumi pestañeó, espectante. Por otro lado, el fantasma ésta vez hizo uso de su ataque más representativo: fuego fatuo. Este ataque hirió con gravedad a Luxio, sin embargo, no llegó a debilitarlo casi nada.

- Golpe de gracia, Leo, es nuestro momento... ¡colmillo rayo! - le ordenó rápidamente, señalando al Litwick que parecía estar recuperándose del anterior golpe realizado.

Y la batalla definitivamente dio su fin, dando por victorioso a Luxio, con una gran diferencia. El Litwick había sido abatido con los poderes electrizantes de Luxio, y ahora solo faltaba temrinar la batalla con una captura. - Buen trabajo, Leonard. Ahora descansa, te lo mereces. - el Luxio pilló su Pokéball, conforme con la decisión de Tsugumi, y se metió dentro a descansar. Los dos Meowstic se bajaron de los brazos de Tsugumi, para ver al Liwtick debilitado. Entonces, Tsugumi utilizó una Pokéball para tirársela e intentar atraparlo. - Puede llegar a ser un buen Pokémon... - habló consigo misma, valorando la batalla que había tenido. Lizbeth no parecía muy conforme con la idea, mientras que Lucius parecía querer luchar contra aquel sujeto.

Nada había salido correcto. La Pokéball falló la captura, y el Litwick exhausto hizo uso de los pocos poderes que le quedaban para desaparecer de la vista de Tsugumi y su equipo. Esta resopló, frunciendo levemente el ceño. - Pues tú te lo pierdes. - masculló, y siguió caminando, saliendo de aquella habitación en la que se había metido, en signo de poco interés por el tema. Los dos Meowstic salieron detrás de ella, dejando atrás las habitaciones que había ido destruyendo.

Ahora se encontraban por un pasillo, el cual daba a unas escaleras que iban para abajo. Tsugumi apoyó su mano en la barandilla, y de pronto notó un picotazo en su mano. - ¡Auch! - quitó la mano como acto reflejo, y vio un Skorupi que había salido de la nada. Rápidamente, Lucius, su Meowstic macho, se puso en frente de él para atacar. Mientras tanto, Tsugumi se sujetaba la mano, notando como palpitaba a causa del veneno. - Ah, esto duele... - murmuró adolorida. Lucius frunció el ceño y empezó usando confusión.