Misterios en la torre (Misión)

La oscuridad reinaba como siempre aquel lugar oscuro y con olor pútrido que solían tener las calles de Darkdust City, no sabía cómo la ciudad había terminado de aquella manera, como si de un maleficio se tratase nada prosperaba en aquella ciudad… y los nacidos allí se decían que estaban malditos también, después de todo los rumores decían que todo aquel nacido allí regresaba sin importar lo ilógico que sonara la situación.

Caminó entre los pasillos roñosos de la ciudad, en búsqueda del famosillo fenómeno que rondaba entre los rumores del Team Ylision, no entendía el por qué tenía que ir él, sin embargo ya daba igual, no podía reclamar ¡Más si estaba en el lugar! Sólo tendría que acabar rápido con aquello para irse de allí. Nunca le había agradado aquella ciudad oscura, parecía querer quitarle la energía que poseía con tanta oscuridad.
Ningún alma se asomaba más allá de sus refugios (ya que no sabía si podría llamarle exactamente casas) por lo que podía sentir las miradas, sin embargo no los ojos que se posaban sobre su persona, como si fuese un ser extraño; la presa adentrándose a la boca del león.

—Buenas Tardes — habló en un tono fuerte, casi en un grito — ¿Hay alguien allí? Quisiera saber sobre el fantasma que ronda por estos lugares

Al parecer la discreción no era su mayor fuerte, o simplemente no tenía el tiempo como para ponerse a jugar al detective tanto tiempo. Se quedó unos minutos de pie esperando que alguien apareciera, hasta que un chillido producido por una roída puerta le llamó la atención. Una anciana con un montón de arrugas, quizás más de lo normal, se apareció a pocos metros. En un comienzo Yato la miró curioso, realmente había funcionado.

—Vete — le habló la señora en una mirada amenazante — aquí no es lugar para niños como tú, menos los que hablan de eso…

Sintió como un escalofrío recorría su espina dorsal ¿Tan terrible sería que no lo podían ni nombrar?  Una parte de él le decía que fuese racional y se fuese de allí, sin embargo otra quería quedarse e investigar mucho más.

—Necesito información del fantasma — habló soltando una sonrisa amigable, por lo menos así la mujer no lo odiaría tanto ¿No? — Estoy investigando sobre él. Usted parece saber sobe el tema, quizás me podría ayudar

—Ayudarte sería enviarte a la tumba — sentenció la anciana mientras comenzaba a cerrar la puerta de metal que debía ser de su casa — Muchos han llegado con la misma idea, ninguno dura más de un par de horas, vete, ahora que puedes

Tragó saliva sonoramente, para luego darse cuenta que no parecía ser un bobo rumor, algo de cierto tenía la historia ¿Sería él quien descubriera la verdad?

—Quiero saber, sin importar el costo — respondió el muchacho seguro de sí mismo — Por favor, cuénteme

La anciana soltó un suspiro, para luego abrir nuevamente la puerta mirando a Yato a los ojos, demostrándole que todo lo que le contaría a continuación no parecía ser un mero invento de su senil cabeza.

—Cuenta la historia que hace muchos años, lo suficiente como para que la ciudad que ves hoy fuese un lugar lleno de vida, vivía una joven sacerdotisa la cual parecía destacar por su belleza. Un día se enamoró de un hombre siendo correspondida ¡Oh inocente amor! Lamentablemente para ella estaba prohibido sentir aquello, era un hecho impensable. Fruto de su amor furtivo, nació un pequeño que nunca debió ser concebido por la doncella.

La mujer se detuvo casi observando si Yato quería seguir escuchando lo que seguía, después de todo lo anterior era la parte más feliz de la historia.

—La gente del pueblo horrorizada por el hecho decidió que el hijo de la muchacha debía ser eliminada por nacer bajo el alero de un amor prohibido, pero también aquel que había roto las reglas de no involucrarse con lo más puro que poseía el lugar. La sacerdotisa rogó y lloró para poder salvar a su retoño y a su amado , sin embargo no pudo evitar que éste fuese eliminado en el fuego que acabaría con el ser impuro. La muchacha perdió los estribos, muchos dicen que juró venganza, desapareciendo a los pocos días… otros argumentan que acabó con su vida a las horas siguientes, de cualquier forma el rumor argumenta que por las noches puedes ver a la sacerdotisa buscando a sus seres queridos… Tanto a su pequeño, como a su enamorado

La historia parecía ser mentira, no podía creer que algo tan… horrendo fuese el causante de tal fenómeno. No podía hablar, así que la anciana aprovechó aquel momento para cerrar lentamente la puerta, dejando a un shockeado Yato a merced de ella…
Caminó entre los pasillos hasta llegar a la famosa torre en donde se suponía que todo ocurría, mientras notaba como ya no existía luz del sol alguna que lo guiara, sólo estaba él y… ella. Porque sí, sentía que algo lo seguía; lo que partió siendo una búsqueda, parecía ser una persecución a su persona.

Entró a la torre notando como pequeños copos de nieve comenzaban a caer sobre él, asustándolo un poco por lo particular del evento. Miró hacia adelante y pudo notar como una joven de un tamaño algo bajo aparecía caminando en la calle que interceptaba a la suya en una forma de “T”. Su cuerpo se tensó, para luego tiritar, no sabía si era por el frío o el miedo, sin embargo ella al notar su presencia se detuvo a mirarlo con atención, para luego sonreírle.

Podía ver el vaho de sus labios salir debido a las bajas temperaturas, parecía una extraña pesadilla de la cual no podía despertar. Al pestañear pudo notar como no quedaba nada, los copos no parecían haber sido nada más que una ilusión.
Corrió hacia en donde estaba la muchacha, sin pensar muy bien que estaba haciendo. Al doblar en la esquina se topó de nuevo con ella, la muchacha de tez pálida y cabello negro hasta los hombros le sonrió complacida por el muchacho. El miedo lo paralizó, mientras ella se acercaba lentamente. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le tomó la cara con las dos manos, acercándose a su rostro.
Parecía estar hechizado por tal hermosura… que no era humana, de eso estaba seguro. Su cuerpo no se movía ¿Sería aquel el fin?

Yato

Escuchó la voz de alguien muy conocido, aquella muchacha que parecía causarle estragos en su mente, pero que ahora lo despertaba de su letargo.
Se forma apresurada alejó a la muchacha, mientras daba unos pasos hacia atrás en búsqueda de alejarse lo más posible del fantasma. Debía hacer algo…

—Yukine — llamó a su pokémon mientras éste salía de su pokéball interponiéndose entre ambos

La muchacha del Yukata blanco con una cinta roja en el medio se llevó una mano hacia su boca, notando como las cosas se habían salido de control. Una ráfaga de viento helado le hiso cerrar los ojos por unos segundos, para luego ver lo que parecía ser la forma original de aquel ser.
—¿F-Frosslas? — se sorprendió, mientras Yukine se preparaba para la pelea — Creo que es hora de acabar con el rumor, de una vez por todas

Frosslas se veía sumamente indignada por el hecho de que había podido salir de su hechizo, seguramente era uno de los pocos que lo había logrado ¡Después de todo el rumor se había expandido gracias a que un hombre se había salvado! Pero él la estaba enfrentando, así que seguramente debía sentir mucha más indignación hacia su persona.

—Yukine, acaba con ella — habló serio mientras la espada se disponía a proteger a su entrenador, acabando con la intrusa —

El pokémon de hielo soltó un chillido para luego lanzar un grito furioso.

—¿Por qué no me quieres? — habló al borde de las lágrimas —

Todo se había tornado lúgubre, como si de una pesadilla se tratase.

El miembro 'Yato' ha efectuado la acción siguiente: Dados

#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

El ataque de Yukine hiso que nuevamente Froslass soltara un chillido de dolor, mientras no le quitaba la vista de encima a Yato, como si él fuese aquel hombre del cual la sacerdotisa se había enamorado.
—¿Por qué me lastimas? — lanzó su alarido, mientras sus gritos parecían mucho más desesperados — Pensé que me amabas ¿Por qué no puedes amarme?

Las palabras parecían ser tan desesperadamente sinceras que sus piernas parecían ser de papel, no entendía cómo algo así podía existir, parecía un juego de alguien muy macabro o… simplemente una broma muy pesada.

—Yukine… sigue atacándola — le habló intentando mantenerse cuerdo

Sentía una extraña necesidad de taparse los oídos y olvidarse de todo, sin embargo él sabía que nada de eso era posible.

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

A pesar de que Yukine también parecía algo impactado por lo ocurría, además de que no entendía mucho de la situación no dudaba en atacar a el enemigo cada vez que pretendía acercarse a su entrenador. Ambos lanzaban fieros ataques para terminar con el otro, sin piedad alguna.

—Esta vez… si podremos quedarnos juntos — habló nuevamente en un tono desesperado — por siempre, siempre…  ¡Siempre!

Otra ráfaga le obligó a cerrar los ojos ante el frío que expedía Froslass de su cuerpo, sin embargo la espada no se movió ni un centímetro de su posición.

—Yukine… sólo un poco más — habló, mientras en su estómago se hacía un nudo por lo que estaba viviendo — Tu puedes

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

El miedo lo paralizó, lo tenía inmóvil y por alguna razón Yukine parecía haberse congelado… ¡No podía estarle ocurriendo eso! No traía nada para descongelarlo. Notó como el fantasma tomaba nuevamente una forma humana, mientras se acercaba a su persona… cada ve más la distancia que los separaba era menor.
Su mente no parecía dimensionar el peligro que le asechaba, ella por su parte soltaba unas suaves risitas al tenerlo a su merced… sólo para ella.

Yukine en un Acto desesperado movió aquella extremidad muy semejante a un brazo (que para su suerte no estaba congelado, sin embargo no le servía para atacar) agarrando a la muchacha, lanzándola nuevamente a una gran distancia, protegiendo a su entrenador.

—Gracias — susurró Yato, mientras Yukine parecía esforzarse para salir de su encierro de cristal, lográndolo con esfuerzo — es hora de acabar con todo esto

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

El último ataque de la espada pareció acabar con todas las energías del otro fantasma, haciéndola caer al piso, sin no antes soltar otro alarido de dolor y unos cuantos llantos por su situación.
—No — habló ella con su tono desesperado — No puede ser ¿Por qué? Yo… te amaba

Sus palabras eras sinceras, sin embargo ella no parecía entender que su ser querido ya no estaba más en aquel mundo y que nunca más lo volvería a ver.

—Yo no soy quien tú crees… él está muerto — habló, mientras Yukine se impresionaba por la actitud fría de Yato — Él murió junto a tu hijo, hace mucho…

—Mientes — le respondió con cizaña enojada por la respuesta — ¡Mentiroso! Ellos están aquí, yo los veo, tu eres un impostor ¡Mi amor nunca me haría daño!

Yato soltó un suspiro, mientras notaba como el pokémon nunca podría entrar en razón, menos en aquel estado. Tomó unas de las pokéball que traía consigo, a pesar de lo peligrosa que era lo mejor sería atraparla, por lo menos así las personas estarían más seguras… suponía.

Lanzó la pokéball con fuerza, esperando que se dejara atrapar.

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'Captura' :

Soltó un suspiro mientras caía al suelo sentado al ver que el pokémon se había quedado dentro de la pokéball, tanta acción parecía haberlo agotado un montón. Miró a Yukine mientras éste también le veía atento, realmente no habían palabras para expresar nada de lo vivido ¡Era algo de tal magnitud que sus nietos se lo contarían a sus nietos! Se levantó luego de unos minutos, para luego tomar la esfera que contenía a la mujer. No sabía muy bien que haría con ella, sin embargo algo sí tenía seguro: Era hora de regresar a casa, la misión al fin se había terminado.