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Toda una basta y amplia región donde se puede circular tranquilamente, y en paz. Actualmente, algunos pokémon legendario comenzaron a despertar de su largo sueño por una fuerza extraña que los provoca a surgir y causar destrucción.
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Personajes y conceptos de Pokémon no son propiedad del foro. Pokémon es perteneciente a Satoshi Tajiri y Nintendo.
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La segunda gran guerra
Pokémon Khannos :: Off Rol :: Usser Zone
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La segunda gran guerra
Creo esta historieta tal como se me ocurre, no prometo terminarla, ni que sea corta ni larga, ni nada, simplemente la hago por aburrimiento y para entreterme yo y a vosotros de paso. Así en resumen, seria un "Y si estallara una segunda gran guerra en el mundo de pokemon" Pues ahí que voy, con todos ustedes, La segunda gran guerra. Nota: Esto es solo un prologo introductorio, sera breve.
Las tropas de Teselia están resultando más duras de lo que habíamos planeado en un principio, el jefe no esta contento con los resultados de esta escaramuza del desierto. Intentamos llegar hasta ciudad Porcelana por vía aérea, pero apenas podemos maniobrar sobre nuestros pájaros con esta tormenta de arena, pero es necesario para romper la ultima linea de defensa del enemigo. Pero yo...
-Jonas, deja esa maldita grabadora, nos estamos acercando a la trinchera. Preparad las cargas.- Ante las palabras del jefe del escuadrón volador del ejercito, vestido con sus largas túnicas marrones y gafas para protegerse de la arena, se separaron entre ellos e hicieron un movimiento para que sus Pidgeots, Staraptors, y demás aves de gran velocidad soltaran las pokeballs que tenían sujetas con sus patas. Que liberaron enormes Electrodes preparados para autodestruirse en cuanto tocaran algo. Un bombardeo sobre el enemigo.
Pero una persona no lo hizo. El soldado de apellido Jonas. Decidió no atacar, no quería esa guerra, el aún era joven. Y le habían obligado a pelear en el frente. Y fue por sus dudas y su forma reacia de comportarse, que comprometió completamente la situación. Rocas salían volando desde el suelo hacía arriba. -Nos devuelven el fuego por el sector de Jonas, crío, ¡¿que demonios estas haciendo?!- El chico no respondió se quedo en silencio, pensando en que habría pasado abajo, sin darse cuenta de que sus compañeros estaban desesperados tratando de sobrevivir a esas pedradas que intentaban derribarlos. En cuanto salio de estar en babia, se dio cuenta de la situación, algunos de sus compañeros habían sido ya derribados, y el no tardaría si se quedaba ahí. -Fearow, vira a la derecha.- Le ordeno a su montura para esquivar el área por la que salían más piedras. -Soldado Jonas, ¡ni se le ocurra abandonar la zona de com...!- El cabo apenas pudo terminar de hablar cuando fue alcanzado esta vez ya no por rocas, sino un haz de energía, era un hiperrayo. Estaban sacando la artillería fuerte. El batallón Aéreo estaba siendo reducido en cuestión de segundos. Al final resulto que había sido la peor de las decisiones posibles.
-Tenemos que irnos de aquí Fearow.- Dijo para empezar a irse, pero ya era demasiado tarde, un ataque alcanzo el ala del pájaro haciéndolo retroceder en picado. -Maldita sea... es mi fin.- Se lamento hacia sus adentros. Un sonoro golpe contra la arena levanto una extensa nube de la misma durante unos segundos, aunque el ave pokemon se había llevado la mayor parte del impacto, el chico tampoco estaba bien. -Fearow, vuelve.- Fue lo ultimo que dijo antes de quitarse la capucha y subirse las gafas. Se rendía, perdía el conocimiento. Era su fin, o eso parecía, pero alguien se acercaba lentamente a él, con fuertes pisadas, un ser enorme, un pokemon, un Tyranitar, pero era incluso más grande de lo que los Tyranitar normales solían ser. Y sobre uno de sus hombros, una pequeña chica, con cabellos rojos ondulando con la tormenta de arena, clavo sus cristalinos ojos verdes en el chico tirado en el suelo, de cabello corto y blanco, y con el ojo izquierdo rojo y el derecho azul. -Interesante, muy interesante. Creo que acabo de hacer un gran hallazgo.-
Capitulo prologo: Huellas en la arena
***Música ambiental***
Año X, Mes X, Dia XLas tropas de Teselia están resultando más duras de lo que habíamos planeado en un principio, el jefe no esta contento con los resultados de esta escaramuza del desierto. Intentamos llegar hasta ciudad Porcelana por vía aérea, pero apenas podemos maniobrar sobre nuestros pájaros con esta tormenta de arena, pero es necesario para romper la ultima linea de defensa del enemigo. Pero yo...
-Jonas, deja esa maldita grabadora, nos estamos acercando a la trinchera. Preparad las cargas.- Ante las palabras del jefe del escuadrón volador del ejercito, vestido con sus largas túnicas marrones y gafas para protegerse de la arena, se separaron entre ellos e hicieron un movimiento para que sus Pidgeots, Staraptors, y demás aves de gran velocidad soltaran las pokeballs que tenían sujetas con sus patas. Que liberaron enormes Electrodes preparados para autodestruirse en cuanto tocaran algo. Un bombardeo sobre el enemigo.
Pero una persona no lo hizo. El soldado de apellido Jonas. Decidió no atacar, no quería esa guerra, el aún era joven. Y le habían obligado a pelear en el frente. Y fue por sus dudas y su forma reacia de comportarse, que comprometió completamente la situación. Rocas salían volando desde el suelo hacía arriba. -Nos devuelven el fuego por el sector de Jonas, crío, ¡¿que demonios estas haciendo?!- El chico no respondió se quedo en silencio, pensando en que habría pasado abajo, sin darse cuenta de que sus compañeros estaban desesperados tratando de sobrevivir a esas pedradas que intentaban derribarlos. En cuanto salio de estar en babia, se dio cuenta de la situación, algunos de sus compañeros habían sido ya derribados, y el no tardaría si se quedaba ahí. -Fearow, vira a la derecha.- Le ordeno a su montura para esquivar el área por la que salían más piedras. -Soldado Jonas, ¡ni se le ocurra abandonar la zona de com...!- El cabo apenas pudo terminar de hablar cuando fue alcanzado esta vez ya no por rocas, sino un haz de energía, era un hiperrayo. Estaban sacando la artillería fuerte. El batallón Aéreo estaba siendo reducido en cuestión de segundos. Al final resulto que había sido la peor de las decisiones posibles.
***Música ambiental***
-Tenemos que irnos de aquí Fearow.- Dijo para empezar a irse, pero ya era demasiado tarde, un ataque alcanzo el ala del pájaro haciéndolo retroceder en picado. -Maldita sea... es mi fin.- Se lamento hacia sus adentros. Un sonoro golpe contra la arena levanto una extensa nube de la misma durante unos segundos, aunque el ave pokemon se había llevado la mayor parte del impacto, el chico tampoco estaba bien. -Fearow, vuelve.- Fue lo ultimo que dijo antes de quitarse la capucha y subirse las gafas. Se rendía, perdía el conocimiento. Era su fin, o eso parecía, pero alguien se acercaba lentamente a él, con fuertes pisadas, un ser enorme, un pokemon, un Tyranitar, pero era incluso más grande de lo que los Tyranitar normales solían ser. Y sobre uno de sus hombros, una pequeña chica, con cabellos rojos ondulando con la tormenta de arena, clavo sus cristalinos ojos verdes en el chico tirado en el suelo, de cabello corto y blanco, y con el ojo izquierdo rojo y el derecho azul. -Interesante, muy interesante. Creo que acabo de hacer un gran hallazgo.-
Jack "Draco" Balduis- Entrenador
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Re: La segunda gran guerra
Capitulo Uno: Pokerus
***Música ambiental***
La cabeza de Jonas daba vueltas sin parar, estaba despertando de un sueño largo. Su primera visión era la de un techo de piedra del que caía arena por algunos trozos, aquello no parecía en absoluto seguro, por no decir que tenia pinta de que iba a caerse en cualquier momento. -¿Donde estoy?- Dijo para si mismo con la poca voz que tenia. Se levanto de aquella losa de piedra sobre la que estaba tumbado, entonces al mirarse se dio cuenta, le habían cambiado. Ahora llevaba una ropa bastante extraña, pantalones blancos ajustados, una camisa negra y un chaleco marrón encima. Y un cinturón de cuero. Aunque descalzo. -¿Que diablos es este lugar?- Se seguía preguntando mientras miraba de un lado al otro, parecía estar dentro de una jaula. Tres paredes de roca medio destruida de tonos marrones claros, y luego unos barrotes de acero completamente limpios. Era muy obvio que eso no había estado ahí tanto tiempo como el resto del lugar, que tenia pinta de ser parte de unas ruinas muy antiguas.
Un ruido alerto al chico, se acercaba algo, y no precisamente humano, aunque el ruido le resultaba familiar, pronto iba a saber que era. Un Bronzong paso por delante de la celda. -Solo es un Bronzong, ¿sera el guardia?- Se dijo para si mismo, y justo en ese momento fue a echar la mano a sus pokeballs, pero no tenia ninguna. -Era obvio que no iba a tenerlas.- Dijo mientras negaba con la cabeza por su optimismo. Siguió mirando al Bronzong que lentamente se giraba hacía el, ¿acaso estaba pensando en hacer algo con él? El pokemon se vio iluminado por una luz tenue que le rodeaba completamente mientras movía sus brazos apartando los barrotes dejando una obertura. -¿Me deja salir?- Se pregunto en voz alta mientras daba un paso hacia la salida. -No, me deja entrar.- Sonó una voz femenina y apareció una chica de cabellos largos rojos y ojos verdes, vestida con una falda corta de color blanco, y un chaleco como el que llevaba Jonas, pero sin camisa debajo, revelando un pequeño escote, para su modesto pecho. La chica era unos centímetros más baja que él.
-¿Quien eres tu?- Pregunto sin contemplaciones. A lo cual la chica contesto con un ceño fruncido y se le acerco señalando con el dedo y golpeando el pecho del chico con el mismo. -Hey hey hey, quizás antes de preguntarle el nombre a una dama de esa forma deberías presentarte primero, ¿no crees?- Dijo con tono molesto. -Bueno, eres la que me ha encerrado aquí, supongo. ¿Por qué debería presentarme a mi captora?- -Buen punto, pero también te salve de ser devorado por el desierto, hubieras terminado siendo el almuerzo de un Sandile.- Ante ese argumento el chico lo único que pudo hacer fue mirar al suelo y resignarse. Ahí tenia razón. -Jonas, Garrett Jonas. De la región de Khannos.- La chica entonces sonrió y puso sus manos en la cintura. -Feaurdent, Leana Feaurdent. de Teselia.-
Las presentaciones estaban echas con eso. Pero la cosa que realmente le importaba a él era, ¿por qué estaba ella allí? ¿Y por qué no le había abandonado en el desierto si era el enemigo? -Supongo que ahora mismo tienes muchas preguntas. No te preocupes, pronto tendrán respuesta. Empezando por tus pokemon, tu Fearow esta bien, lo estamos tratando, se recuperara.- Como si hubiera leído su mente la chica empezó a hablar contando todo eso, lo cual dejo al chico un poco atolondrado, pero enseguida volvió a hablar. -Es un alivio. Pero, ¿por qué estoy encerrado aquí? ¿Por qué decidiste salvarme? ¿No eres del ejercito de Teselia?- -Hey, para el carro guapo, que he dicho que tendrás las respuestas en su momento, ven conmigo.- Dijo mientras salia por las rejas abiertas por el pokemon antes, por lo que el chico la siguió, en cuanto hubieron pasado los barrotes ambos, el Bronzong los volvió a dejar en su posición original. El resto del lugar era como aquella celda, ruinas que podían caerse en cualquier momento.
-¿A donde vamos?- -A ver a mi madre.- -¿Tu madre?- -Sí, es una ex-coronel del ejercito, al final se harto de tanta guerra.- -¿Entonces no estáis con el ejercito?- -Afortunadamente para ti, no.- El chico quedo en silencio y miro el suelo, sonrió, había estado muy tenso todo ese tiempo, pero por fin empezaba a relajarse. Parecía que iba todo bien. Aunque no podía confiarse del todo. -Hemos llegado.- Dijo la chica entrando por una cortina que tapaba una entrada a una habitación bastante amplía, en ruinas, como todo, pero con algunos ordenadores y tecnología moderna que obviamente se habían traído desde otro lado. Allí había una mujer alta, con un cabello rojo carmesí muy largo. Vestida exactamente igual que la versión de ella más pequeña en varios sentidos, sobretodo por la parte superior del tronco. Y un hombre en bata blanca sentado en una silla tecleando en el ordenador. -Oh, ya se ha despertado nuestro invitado. Perfecto.- Dijo la pelirroja mayor. Incluso así viéndoos al lado hacéis hasta buena pareja.- -¡Mamá!- Dijo la chica enojada. -Perdón, perdón, pero ya estas en cierta edad que...- No termino de hablar porque noto la fría mirada de su hija, una mirada que congelaría el infierno.
-Bueno, Garrett, ella es Igni, Igni Feaurdent, mi madre. Y el de la silla es el Dr. Brams.- Le presentó la chica a ambos. -Eh... esto...- Empezó a hablar con timidez. -Mi nombre es Garrett, Garrett Jonas, encantado.- Al acabar de presentarse, el hombre de la silla paró de teclear y se dio la vuelta súbitamente clavando la mirada en el chico. Era un hombre de mediana edad, vestido exactamente igual que el, con el pelo corto y rubio. -Sí, por fin estas aquí. Portador del nuevo Pokerus.-
Última edición por Jack "Draco" Balduis el Lun Ago 04, 2014 12:57 pm, editado 1 vez
Jack "Draco" Balduis- Entrenador
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Re: La segunda gran guerra
Capitulo Dos: Sincronizar
***Música ambiental***
La escena quedo en silencio. Garrett se preguntaba a que diablos se refería con lo del pokerus, había escuchado hablar de ello antes, era una especie de infección, enfermedad, o mejor dicho virus, que afectaba solo a los pokemon, produciendo algunos efectos extraños. Generalmente beneficiosos. -¿Qué quieres decir? Pero el pokerus no es un virus que afecta a pokemon únicamente, ¿como voy a ser portador?- Preguntaba Jonas completamente intrigado. -No dije que fueras portador del pokerus normal, sino de una nueva cepa, una que se desarrollo hace poco, y que por alguna razón, tu tienes. No se como ha llegado a tus manos.- -¿A que te refieres con eso? ¿Estoy infectado con un virus extraño? Eso es ridículo.- Añadía alterado. -¡¿Como puedes saberlo para empezar?!- El hombre ante esa pregunta simplemente giro la cabeza. -Bueno, el... lo creó. Ese Pokerus especial creado artificialmente iba a ser un arma para ganar esta guerra. Pero lo robaron, y de alguna forma a terminado en ti.- Explicó Leana.
-No puedo simplemente creerme esto. No puedo. Y aún no me habéis dicho siquiera como sabéis que tengo ese virus.- -Tu ojo, tu ojo izquierdo. ¿Nunca te has preguntado porque es de distinto color? Y más aún, de un color tan extraño.- En ese momento el chico cayó, era cierto, una pupila de color rojo no era usual en un humano normal, y nunca supo porque lo tenia así. -Aún... aún no puedo simplemente creerlo...- Negaba con la cabeza mientras hablaba, se negaba a creer en cualquier cosa que esas personas le dijeran. Entonces una mano se poso en su hombro, era la joven pelirroja intentando consolarlo. -Es la verdad, me di cuenta de eso cuando te encontré en el desierto. Por eso te traje aquí...- Agachaba ella la cabeza e vergüenza por haber sido por un hecho egoísta. -Me voy de aquí. ¿Donde esta Fearow?- Pregunto mientras se separaba de Leana. -Esta en la capsula de curación, aún no esta del todo bien, pero podrás recoger la pokeball si es lo que quieres.-
-Antes de que decidas irte del todo. Déjame mostrarte lo que puedes hacer, luego no te obligare a quedarte con nosotros. Podrás marcharte si lo deseas. Pero primero, quiero que sepas que eres capaz de hacer.- El doctor se levanto de la silla y cogió una pokeball de la mesa en la que estaba, liberando a un pequeño Growlithe. El chico miraba al pokemon con curiosidad, parecía un pokemon normal.
***Música ambiental***
-Ese virus que tienes, no esta diseñado para infectar, después del gran brote que tuvo lugar al principio de la guerra, todos los pokemon del mundo, o prácticamente todos, fueron infectados con el pokerus normal, para hacerlos más fuertes mediante tácticas militares, o por contagio. Esa es tu arma.- -¿Alguna vez te has preguntado como se sienten los pokemon? ¿Como controlan su poder?- -Quiero que trates de entenderlo ahora. Mira a este Growlithe, míralo a los ojos, intenta saber que esta pensando, que esta sintiendo.- -¿Como voy a hacer eso? Esto es una tontería.- -Simplemente hazlo. El virus actuara por ti.- El chico se quedo en silencio, mirando al pokemon a los ojos, el cual al notar que estaba siendo mirado de esa forma se le quedo mirando, durante un minuto toda la sala estaba completamente en silencio. No se escuchaba nada, ademas de la creciente respiración del chico y el pokemon. -Muy bien chico. Es el momento. Es la hora de que te sincronices.- Desatendiendo a lo que la pelirroja alta decía, sus labios se movieron por si solos. "Sincronizar" Es lo que había dicho en un tono de voz inaudible.
La siguiente imagen que Jonas pudo ver fue su propio cuerpo cayendo al suelo inconsciente. Desde un punto más bajo. -¿Que diablos pasa? ¡¿Ese es mi cuerpo?! ¡¿Por qué son tan bajito?! ¡¿Y porque noto tanto calor dentro de mi?!- Con esas ultimas palabras le salió una pequeña tos que saco fuego de sus ahora fauces. -Parece que la sincronización fue un éxito.- En ese momento lo entendió todo. Miro hacía donde debían estar sus manos, pero en lugar de eso había patas, estaba dentro el cuerpo de aquel Growlithe. -Parece que si, fue todo un éxito.- Dijo la pequeña pelirroja mientras lo agarraba como si fuera un cachorro y lo sujetaba en brazos. -Ahora eres incluso más mono que antes.- Añadió sonriendo. -No tiene gracia... quiero volver a mi cuerpo.- Dijo Jonas bastante desconcertado y asustado por la situación. -Eso es fácil, solo tienes que cerrar los ojos y pensar en desincronizarte.- -Es imposible que sea tan fác...- No pudo continuar la frase mientras hablaba porque no podía mover la boca de su cuerpo humano en la posición que estaba.
-Vale, esto, fue extraño.- Dijo tosiendo un poco de arena. -Pero eso no quiere decir que vaya a ayudaros. Cuales son vuestros planes, antes me habéis tomado como un arma.- -Porqué técnicamente lo eres, pero no eres un arma para ganar la guerra. Sino para terminarla. Incluso los todopoderosos dioses que una vez gobernaron sobre el mundo, Arceus, Dialga, Palkia, Kyogre, Groudon, Rayquaza. Todos han caído bajo el yugo de los tiranos que iniciaron esta guerra, están repartidos entre los generales de los distintos bandos, si consigues sincronizarte con todos ellos. Podrás usar tu poder para liberarlos y que ellos mismos vuelvan a traer calma y estabilidad al mundo. Eres el arma para acabar con esta guerra eterna. Eres El Pacificador.- El silencio quedo durante unos instantes.
***Música ambiental***
-Esta bien, me subo al barco. Pero antes debéis explicarme algo. ¿Esto es lo único que puedo hacer?- -Si te refieres a tus poderes, no. Ese virus que portas puede interactuar con el pokerus normal y sus vestigios de varías formas. Pero son más difíciles de explicar, ya las iras descubriendo por ti mismo.- El chico asintió con la cabeza ante esas palabras y cerro el puño mientras miraba su mano derecha. -De soldado a pacificador, no esta mal el cambio.- Dijo sonriendo. -No estas solo en esto, recuerdalo.- -¿Qué quieres decir?- Al escuchar esa pregunta la chica inflo los mofletes. -Voy a acompañarte, idiota. ¿Acaso pensabas que lo ibas a hacer todo tu? Necesitaras a alguien que cuide de tu cuerpo.- Dijo finalmente riendo de una forma un tanto siniestra. -No se yo si eso me gusta...- Añadió el. -Entonces decidido. Descansa bien esta noche, mañana nos espera un largo viaje por el desierto, tengo un viejo amigo en ciudad porcelana que nos ayudara.-
Jack "Draco" Balduis- Entrenador
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Re: La segunda gran guerra
Capitulo Tres: Sombras
Garrett y Leana se encontraban en lo alto de las ruinas mirando a la tormenta de arena. -La tormenta es perfecta para ocultarse. Espero que estés listo recogiste a tus pokemon, ¿verdad?- -Eh, sí, los cogí, pero, ¿vamos a ir volando en mitad de la tormenta?- -Claro que no, ¿por quien me tomas? No soy tan estúpida. Vamos a ir por tierra, pero tenia que ver como estaba la cosa desde aquí arriba.- De repente una sonrisa se dibujo en el rostro de la chica, todo lo que podía oírse aparte de ellos dos era el ruido de la tormenta. -Pues vamos dentro y bajemos.- -Nadie dijo nada de bajar por dentro...- Sin dar tiempo de reacción la chica agarro a Jonas y lo lanzo al vacío junto a ella.
***Música ambiental***
-¡¿Estas loca?!- -Simplemente pienso que así es más divertido.- -¡Si lo estas!- Discutían mientras caían pero cuando empezaban a acercarse al suelo, la chica cogió una pokeball de su bolsa y la lanzo hacía el suelo. -Adelante Arcanine.- Dijo y de la pequeña esfera salió un majestuoso pokemon de raza canina de colores rojizos, ataviado con unas gafas para que no se metiera arena en sus ojos, como los dos jóvenes. Ambos cayeron sobre el lomo y se agarraron al pokemon para no caerse en cuanto este empezó a correr bastante rápido. -[olor=red]Oh, una recomendación, no te sueltes y agárrate fuerte, este no va a ser un viaje de placer. Arcanine es rápido, no habrá que preocuparse por los pokemon salvajes del desierto, pero tenemos que atravesar la frontera. Estate listo. Las ruinas no quedan muy lejos de los limites de la ciudad, en breve estaremos allí. -Espera, ¿estas diciendo que vamos a entrar de frente?- -Claro, ¿como querías entrar? ¿Infiltrarnos sin que nos vean? ¿Te piensas que esto es un Metal Gear o algo? Tu no eres Solid Snake ni yo Meryl, así que vamos por la puerta grande.- -Sí, completamente confirmado, estas loca.-
Seguían moviéndose a gran velocidad por la arena, empezaban a acercarse a los puestos de avanzada, ya estaban cerca de la muralla que protegía la ciudad. -No me gusta la forma en la que han modificado ciudad porcelana para hacerla un fuerte. Antes era urbanística y bonita, ahora tiene esa horrible muralla de roca a su alrededor y un enorme foso lleno de agua justo detrás para que solo se pueda entrar o salir usando los puentes levadizos. Que asco.- -¿Por qué me cuentas esto?- -Por nada en concreto, ¡oh! Ya estamos listos. Agárrate fuerte a mi.- Dijo la chica mientras cogía las manos de Jonas y las ponía de forma que quedara bien sujeto a ella, aunque las manos quedaban muy cerca de su pecho abrazandola por la espalda. -¿eh? Pero por qué...- Balbuceaba el chico sonrojado por esa acción. Justo en ese momento pasaban por el lado de uno de los guardias, que los miro durante un segundo. -Adiós pringaos, Arcanine.... Velocidad Extrema.- Antes de que el guardia pudiera decir algo al respecto, Arcanine flexiono las patas más de lo normal para ganar un mayor impulso de aceleración y salió corriendo a una velocidad demencial, incapaz de ser seguido con los ojos, con los dos humanos encima. La nube de arena y polvo que quedaba tras de ellos impedía que pudieran seguir sus movimientos de cualquier forma.
-Ya estamos llegando a la muralla, ahora arriba.- El Arcanine freno de golpe y Leana se soltó haciendo que tanto ella como Garrett salieran disparados hacia la muralla. Sacó dos pokeballs una para guardar a Arcanine y la otra era su tercer pokemon. -Lucario, arriba.- Un Lucario apareció en la arena del suelo y empezó a correr muralla arriba a gran velocidad. -Agárrate a él.- -¡¿Qué?! Vale.- El chico estaba bastante mareado, y no pensaba que eso fuera seguro de ninguna forma, pero no le quedaba otra, cada uno se agarro a uno de los brazos de Lucario, el cual siguió subiendo como si no pasara nada, hasta que ya no pudo más, entonces simplemente los lanzo con su increíble fuerza hacía arriba, pasando de largo la muralla y ella lo volvía a guardar. -¡Estamos muy altos! Pero imagino que ahora tendremos que usar los pokemon de tipo volador, ¿verdad? ¿O que pokemon tienes previsto sacar ahora?- La chica sonrió un momento mientras empezaba a caer por el otro lado de la muralla. -Ninguno, es hora de caer, recuerdas que dije que habían hecho un foso de agua justo detrás de la muralla, ¿no? Pues a darse un baño.- -¡¿Desde esta altura?! ¡Nos vamos a matar!- -No seas quejica y agárrate al Sharpedo en cuanto lo veas.- -¿Eh?- Para cuando termino esa breve conversación casi habían caído al agua y de esta dos grandes Sharpedos salían dando un salto, Leana se agarro a uno de ellos y Jonas al otro, aunque no sabía muy bien para que servía eso. Pero al menos los pokemon paliaron el impacto contra el agua.
***Música ambiental***
-Levanta soldado.- La cabeza de Jonas daba vueltas y vueltas, estaba completamente mareado. -¿Que diablos ha podido pasar? ¿Donde estoy?- -Soldado Jonas, ayúdame.- -¿Eh? ¿Cabo?- El joven se giró aun con una mano en su dolorida cabeza y observo al que había sido su superior directo completamente manchado en sangre, junto al resto de compañeros. -Tu falta de valor nos hizo esto, estamos muertos por tu culpa, hazte responsable.- -¡¿Qué?! No, yo no quería que pasara esto, yo solo no quería pelear.- -Eres un soldado, estas para luchar y obedecer ordenes. Eres despreciable, nuestras almas nunca podrán descansar en paz por culpa de alguien como tu.- Dijo mientras sus cuerpos empezaban a arder y se deshacían en cenizas a la vez que el chico caía de rodillas al suelo. -Yo no críe a un hijo así, has dado la espalda a tu país, a tu región, no mereces ser más mi retoño.- Jonas se dio la vuelta al escuchar eso, era su madre, dándole la espalda, y marchándose, desapareciendo en la lejanía.
Sin poder articular palabra el chico se quedo encogido en el suelo abrazando sus piernas. No sabía que decir o siquiera que pensar. -Idiota, ¿piensas quedarte ahí sentado todo el tiempo.- La voz de Leana resonó en su cabeza para mirarla, y lo que se encontró fue la horrible imagen de la chica medio devorada por el fuego, con quemaduras por todo el cuerpo. -¡...!- El impacto fue tan fuerte que no pudo siquiera gritar, simplemente cayó hacia atrás mientras la miraba fijamente. -Las llamas de la guerra lo consumiran todo. Como me consumieron a mi, ¿sabes porque he muerto? Por tu ineptitud. No fuiste lo suficiente valiente. No tuviste la suficiente voluntad.- -Pee... pero, hace un momento estabas viva, estábamos cayendo al agua, el desierto, los sharpedo.- Estaba confuso, porque esos eran sus últimos recuerdos. -¿Acaso has olvidado los últimos 4 meses? No me extraña, siempre fuiste un inútil, confiarte a ti el destino de esta guerra fue un error.- Y en cuanto esas palabras salieron de sus rojos labios se quito la vida allí mismo con una daga. Delante de Jonas, el cual se encontraba perplejo y aún en el suelo.
Pero apretando los puños se puso de pie y piso el suelo con fuerza. -Ni de coña. ¡NI DE COÑA HA PASADO TANTO TIEMPO!- Su grito sonó por toda la estancia oscura. -Yo siempre aborrecí esta guerra, pero nunca tuve el valor de intentar evitarla, es cierto, pero ahora tengo el medio.- Se miro la mano un momento. -Los compañeros...- Pensó en Leana, Igni y el Doctor. -Para llevar a cabo mi destino, y evitar que se lleven más vidas inocentes de las que ya han ocurrido.- Tras sus ultimas palabras, todo a su alrededor empezó a romperse, a resquebrajarse mostrando una fulgurante luz blanca, y una cariñosa voz le llamaba. Nunca antes le habían llamado con tanto cariño, ¿de quien era esa voz? Le resultaba familiar. -Despierta, abre los ojos.-
***Música ambiental***
Abrió los ojos de golpe para ver la cara de Leana justo encima de él, haciendo que se sonrojara. -¡¿Que haces tan cerca?!- Grito alterado, no se lo esperaba. -Como no despertabas, iba a besarte, a ver si funcionaba como en los cuentos de hadas.- -En los cuentos de hadas es el chico el que besa a la chica.- -Machista- -¿Qué?- -Nada, nada. Por cierto, mira al frente.- El chico giro su cabeza para dejar de mirarla a ella, que se había sentado al lado, frente a él, había un hombre con un aspecto de lo más extraño, tenia una capa negra, y un pelo blanco que parecía flotar, era muy sospechoso. A su lado había un Zoroark.
-Todo lo que yo diga son las palabras de mi amo Yuro. Empiezo: Esa pesadilla que has tenido ha sido cosa mía, necesitaba ver tu temple. Y estoy muy satisfecho con él, creo que eres adecuado para la tarea que se te ha puesto, Leana me puso al corriente.- El Zoroark hablaba en lugar del hombre, y Leana se reía para dentro. -Vamos Yuro, dile al pokemon que deje de ocultarte, no intentes parecer más fuerte y misterioso así.-- -No sabes cuanto te odio a veces.-
La túnica de sombras empezó a moverse sola formando a la derecha de su posición original una forma reconocible, era un Darkrai, un pokemon legendario, señor de las pesadillas, y la persona que estaba oculto dentro de su capa sombría era... un niño... de no más de 15 años, bastante bajito y de pelo negro. -¿Un niño?- En cuanto dijo eso Leana le dio una colleja a Garrett. -Un poco de respeto, estas ante el rey de las sombras, gobernante del submundo de ciudad Porcelana y toda la mitad inferior de Teselia. Ya te contare luego que significa eso de submundo.- Por lo que había dicho ella, y teniendo en cuenta que estaba ante un niño que controlaba un Darkrai, no podía ser una persona normal, que alguien ajeno al ejercito tuviera semejante pokemon a su servicio... eso del submundo... ¿que podía ser?
Jack "Draco" Balduis- Entrenador
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Re: La segunda gran guerra
Capitulo Cuatro: Memory Sync
***Música ambiental***
-Dejad que os cuente una historia. Puede ser larga o corta, puede ser aburrida o interesante, incluso puede ser real o no. Todo dependerá de como sea tu realidad. Eres el Pacificador, tu tienes en tus manos el poder de acabar esta guerra, y yo te contare sus secretos. Hace ya unos años, por alguna razón, los cinco pilares que sostenían toda existencia se separaron, por obra del hombre. Los pilares de la creación, el tiempo, el espacio, el mar, la tierra y el cielo fueron separados por el hombre ambicioso que gobierna actualmente Khannos. Mr. Pokemon consiguió encontrar la guarida del durmiente Arceus y hacerse con él. Si, el líder de tu ejercito. Con el poder de la creación en sus manos, pudo crear incontables cosas para abastecerse de forma ilimitada de todo aquello que quería, la única forma de contrarrestar eso, fue hacer acopio de poderes similares, los otros cuatro pilares del mundo fueron tomados por Teselia, Kanto, Hoenn y Kalos. Ademas de otros poderes cercanos pero no tan increíbles como es mi caso. Con Darkrai, las pesadillas hechas realidad.
Como podrás suponer y comprobar, el uso de tales poderes más allá del poder normal de los humanos y los pokemon, ha provocado que el mundo entre en una vorágine de caos y destrucción de la que no puede salir. Cada bando desea más y más poder, y todo es destruido a su horrible paso. Pero puesto que los pilares jamas podrán destruirse entre ellos, es una batalla que jamas podrás terminar. Para ello, salimos nosotros en defensa del mundo y la paz, nos conocemos como los siete reyes, y nuestra misión es crear lugares seguros para la humanidad, lejos del caos de la guerra. Yo, el rey de las sombras, guardián de ciudad Porcelana; la reina del reflejo, guardiana del santuario de la isla espejismo; la reina planta, guardiana del terreno sagrado del paraíso floral; el rey del relámpago, guardián de ciudad Azáfran; el rey de la luz, guardián de la ciudad santuario Iris; la reina de la belleza, guardiana de ciudad Lumiose; y por ultimo y no menos importante; la reina roja, guardiana del santuario de Alexandrite. Como ya dije, nuestro cometido es crear lugares a salvo de toda guerra, pero no siempre podemos cumplirlo, no es la primera vez que tenemos que movernos de nuestro lugar designado. La batalla es cruenta e interminable, y solo tu, tienes poder para acabarla, quitando los pilares fundamentales del mundo a sus opresores, para que pueda volver a traer el equilibrio a este mundo. Seré sincero, ninguno sabemos exactamente lo que ocurrirá, o que decidirán hacer los cinco poderosos. Pero cualquier situación sera mejor que esta guerra sin sentido.-
El Zoroark termino de pronunciar las palabras que quería trasmitir su dueño, Leana y Garrett miraban atentamente a ambos, y asentían ante las palabras. -Creo que lo entiendo. Se cual es mi misión, pero no se como llevarla a cabo, hay muchas cosas que aún no entiendo, sobretodo sobre mi poder.- -Cada uno de nosotros, te podrá ofrecer un poder distinto, Pacificador, en mi caso, te ofrezco el poder de las pesadillas y el poder de la ilusión.- -¿Qué? ¿Como que me ofreces ese poder? ¿Me vas a regalar a Zoroark y Darkrai?- Una leve sonrisa se dibujo en el chico joven, y Leana se quedo tan extrañada como el chico. -Ni siquiera yo se de que esta hablando.- Los dos jóvenes extrañados se miraron, estaban esperando una respuesta. -Sera mejor que lo veas por ti mismo, joven Jonas. Sincroniza tu alma con la de Zoroark para entrar en su cuerpo, ya lo has hecho antes, ¿no? No debería serte difícil.- Tras las palabras del pokemon de Yuro, el chico de pelo blanco miro a los ojos al pokemon zorro y en cuestión de unos segundos, estaba viendo caer su propio cuerpo. -¿Ahora qué? Mierda, no puedes hablarme, ¿no?- Pero las palabras se dibujaban en su mente. -¿Que abandone de nuevo el cuerpo y vuelva al mio? Vale.- Así como se le había indicado, volvió a su cuerpo humano, sintiendo un leve mareo.
-Bien, ahora piensa hacia adentro. Lo que voy a explicarte ahora es la Memory Sync, o Memoria de Sincronización. Es una de las funciones que están en tu poder por el nuevo pokerus, nos lo contó el profesor. En vez de explicártelo, voy a hacerte la practica directamente, piensa en alguien, en la figura de una persona, dibújala en tu mente, y cuando la tengas visualizada, desea ser ella.- Jonas cerro los ojos y empezó a pensar... su cuerpo iba cambiando lentamente de forma, que aunque no era realmente un cambio, si que era una capa ilusoria que le hacia parecer otra persona, tal como los Zoroark hacían. -Gaaaarreeeeett....- Decía la chica mientras alzaba el puño y se hinchaba una vena de su frente. -¡¿Tienes algún problema con que no sea tan... crecida?!- Dijo a la vez que le daba un golpe con el puño en la cabeza a si misma. La figura que había adoptado Jonas era ni más ni menos que una copia exacta de Leana, si no fuera porque tenia varias tallas más de sujetador. -Auch... fue sin querer. En realidad estaba pensando en tu madre.- -¡No lo estas arreglando!- De golpe el manto de ilusión se rompió y volvió a parecer el chico que normalmente es. -Ahora que lo he visto, creo que lo comprendo más o menos, no se si es cosa de que mis genes ya lo tienen asumido o qué. Cuando entro en el cuerpo de un pokemon, al abandonarlo, mi cerebro se lleva consigo una parte de su cabeza, una pequeña fracción de sus poderes, ¿no? En el caso de Zoroark, su capacidad de disfraz.- -Así es, lo has comprendido bien. Ahora solo te queda sincronizarte con Darkrai para obtener su fragmento de memoria y podremos dar inicio a los preparativos para el asalto.-
[Sin música]
Mientras tanto... en otra región del mundo... en mitad de una batalla. Alguien aparece.
-Y déjame decirte una cosa más, Garrett.-
***Música ambiental***
Disparos y ataques de pokemon surcaban el aire buscando objetivos que matar, todo era un caos, una batalla cruenta como tantas que se celebraban a lo largo y ancho del planeta. Pero en esa en concreto, había un factor que no habían tenido en cuenta, los ejércitos de Khannos y Kalos luchaban entre ellos por la soberanía de esa tierra. Pero de la nada, de entre la niebla, hizo su aparición una figura encapuchada, avanzo en mitad de aquella guerra, pero las balas no le golpeaban, no porque fallaran, sino porque en cuanto se acercaban a el, frenaban hasta pararse por completo y caer, era como si tuviera una barrera a su alrededor, ni armas ni pokemon podían hacerle nada, era imposible, ¿que era aquella figura? No parecía un pokemon, pero tampoco parecía humano. (-¿Recuerdas que te dijeron que fuiste infectado con una cepa nueva del virus del pokerus?-) La figura continuó andando, ignorando todo lo que había a su alrededor hasta situarse delante del que era un general del ejercito de Kalos, los soldados apuntaban con sus armas y los pokemon permanecían en guardia. Retiro su capucha para revelar a un chico joven, de cabellos blancos cortos y revoltosos. Ojos rojos como la sangre, y mirada fría. Al quitarse aquel abrigo con capucha también se revelo que vestía un abrigo negro, y una bufanda completamente blanca que le tapaba la boca, la cual retiro para hablar.
***Música ambiental***
-¿Donde esta Palkia?- Pregunto mientras señalaba al general con la mano y empezaba a subirla a la vez que por alguna razón el humano también, como si le estuvieran agarrando a distancia. -Nunca... lo diríamos.- Sin siquiera pensárselo, el joven cerro el puño y los huesos del humano se hicieron pedazos. El chico siguió alzando el puño y lanzo el cuerpo a lo lejos. -Vosotros los humanos, siempre os habéis creído dueños de todo. Habéis utilizado vuestra tecnología y a los pokemon como habéis querido durante años. ¿Pero sabéis qué? Eso se terminó. Porque ahora yo he venido a liberar esta tierra de vuestra plaga.- (-La tuya, no era la única muestra.-) -Memory Sync – Groudon: ¡Earth Birth!- Bajando el puño con fuerza y velocidad golpeo el suelo y una enorme área a su alrededor fue invadida por roca y fuego surgidos de bajo tierra. Arrasando con todo aquello que encontraran. Montañas surgían, fuego que consumía, un poder sacado del mismo dios de la tierra, la roca y el fuego, uno de los cinco pilares del mundo.
Jack "Draco" Balduis- Entrenador
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