Episode 1: Rojo, es el color de los heroes... [Priv. Social con A. Gabrielle]

Un día sereno, un día en el que los rizos dorados del Sol acariciaban con finura las copas de los bosques y los altos de las edificaciones que componían la ciudad a la que había arribado. Había regresado a los inicios de mis pasos que poco a poco intentaban acercarse inalcanzablemente a aquellos sueños y anhelos que yo me había propuesto.  Recuerdos, memorias y experiencias se proyectaron ante mis ojos, pincelando una sonrisa sutil y etérea. Había pasado tiempo, pero al mismo tiempo parecía que no. Miraba alrededor, y en cada paisaje me fascinaba más, realmente era de aquellas personas que veían asombro en cualquier objeto. Quizás se debía a que yo veía más allá, más allá de lo que los demás quieren ver.  El ver una hoja caer siempre me preguntaba la razón del porque había caído. Posiblemente era por obra del viento, o talvez por culpa de algun pokemon volador que, siguiendo su ruta de vuelo, podrías toparte con un nido lleno de huevos, lleno de vida. El mundo era para disfrutar, para emocionarte cada día por las sorpresas que podrías encontrarte. Reí con ternura ante ese hecho.

Después de un tiempo de caminar por las amplias calles de la ciudad llegué a una de las tiendas que parecía no tan congestionada como las demás. Un saludo de bienvenida fue lo primero que recibí al dar el primer paso en las instalaciones. Sonreí, como respuesta a aquellos rostros alegres y conmovidos por una nueva clienta. -Buenas tardes- saludé a la dependiente del lugar mientras ingresaba a la tienda. Busqué algunas botellas de agua, jugo natural entre otras cosas. Asi mismo, busqué algunos bocadillos para mis pokemons pues ya se los habían acabado. En un vistazo que vi hacia el fondo del pasillo observé lo que eran sellos pokemons. Sin poder resistirme, fui a paso rápido hacia ellos. Gran variedad y algunos que ni siquiera había visto. Tomé uno que otro, pues no faltaba mucho para el siguiente concurso.

Salí, despidiéndome de las personas encargadas de mantener la tienda en pie y así continuar mi camino mientras guardaba las cosas que había conseguido. Me quedaba un poco de dinero, pero no para darme el lujo de comprar cualquier cosa que quisiera. Suspiré, tenía limitaciones y no lo dudaba. De un momento a otro Absol salió de su pokebola. Por alguna razón ya no quería seguir descansando pues, realmente llevaban mucho tiempo dentro de aquella esfera bi-color cuyo contenido seguía siendo un misterio para mi.  –Creo que el camino más rápido sería tomar el camino de bicicletas, ¿No crees?- Le sonreí y este únicamente me miró con aquellos ojos carmín. Me gustaban, por alguna razón me recordaba aquel espíritu que me hacía seguir adelante.  Caminaba con cuidado pues no quería ocasionar un accidente con cualquiera que llevará una bicicleta. Ciertamente había visto una que había llamado mi atención pero, no podía gastar más de lo que poseía. Las nubes pasaban de vez en cuando frente al fulgor del Sol, creando un ambiente nublado y fresco. Un día sosegado. –El rojo es el color de los héroes…-  Me dije a mi misma tras recordar aquellos ojos de mi Absol cuando me miraban fijamente y, de un momento a otro Absol me llamó con fuerza para que pusiera atención pero ya había chocado con alguien. No fue fuerte, pero si inesperado haciendo que me girara para observar aquel mono de fuego.

-No, no te preocupes. No estaba poniendo atención- Observé a su entrenador. Aquel semblante, por alguna razón me había llamado la atención, al igual que su mirar despreocupada. Sonreí, para luego dirigir mi mirada al mono de fuego. Era realmente lindo. –Al parecer eres muy juguetón- Mencione, dirigiendo mis palabras al pokemon ajeno. Me incliné un poco para observar donde es que había salido o donde se encontraban descansando pero para mi sorpresa pude ver más compañeros, seguramente de él. Me asombre, realmente lo hice. –El es Absol, mi primer compañero.- Musite y este únicamente se mantenía serio, un poco inexpresivo pero así era su forma de ser. –Anda Absol, no seas tan serio- Le dije, mientras le miraba y acariciaba su pelaje con una sonrisa amplia. Resignandose, suspiró para emitir su típico sonido en señal de saludo. - ¿Son tus compañeros? - Pregunté, con prudencia mientras daba unos pasos hacia el frente y verles de mejor manera. Realmente se veía su cuidado, y la conexión entre ellos. Nuevamente mostraba ese asombro y admiración que tanto me caracterizaba. Siempre optimista a pesar de las circunstancias -Lo lamento, no me presente. Soy Gabrielle, pero puedes decirme como desees- Le sonreí, acomodando mi bufanda roja alrededor de mi cuello.