¡Quiero ser tu aprendiz! [Priv. Drake]

Me levante aquella mañana con ánimos y mucha, no tuve ni siquiera necesidad de que Arashi me intentara levantar. En cuanto el sol se había colado entre las cortinas del cuarto abrí los ojos, y me quite la manta de encima pegando un salto de la cama para ponerme en pie y sorprender un poco a Arashi, que aun estaba medio dormido, es más creo que pensaba que seguía dormido al verme despierta tan pronto. Pero hoy era un día especial, no era el típico día normal de intentar atrapar pokemons o irme a relajarme por ahí, aunque debía recordar ir a los baños termales alguna vez… ¡Pero eso no tenía que ver! Cuando llegue a Pira Town me entere que había una vacante para ser líder de gimnasio, me intereso aquello, pero luego pensándolo bien, supuse que ser líder de gimnasio sería mucho trabajo, además de estar todo el tiempo aceptando retos de entrenadores, podía llegar a ser muy pesado desde luego. ¡Pero ahora era distinto! ¡Ya teníamos un líder de gimnasio! Aunque desconocía quién era… ¡Pero podría ser su aprendiz! ¡Seguro que no era tanto trabajo y podría pasar todo el día con pokemons de fuego! Un sueño hecho realidad ¿no?

Me quite el pijama echándolo a la cama sin ningún cuidado, y me puse a buscar que ropa ponerme. No podía usar el vestido que vestía comúnmente, visto a que se me había ensuciado y tenía que lavarlo, luego ponerme mi camiseta de tirantes y la falda blanca quedaba demasiado poco serio… así que esa opción quedaba descartada. Rebusque un poco más en mi maleta en busca de algo que fuera normalito para ir por ahí y pedirle a alguien ser su aprendí. -¡Esto puede servir!- exclame tomando una camiseta negra de manga corta con una mano, y unos pantalones grises con la otra. Entonces me metí al baño a prepararme, y cuando salí ya me había puesto la ropa dicha anteriormente. Me mire en el espejo un par de veces para certificar que me hubiera puesto la ropa bien, no quería  que me pasase como hace unos años en el instituto que estuve casi todo el día con una camiseta al revés y nadie me aviso… ¡Bien ya estaba lista! Bueno… casi lista, mi estomago me recordó que debía comer algo antes de irme. Si, realmente estaba hambrienta, antes de bajar a la cafetería tome mi bolsa metiendo todos mis pokemons de fuego en esta, excepto a Arashi, él caminaba a mi lado como casi siempre.

-¡Estoy llena!~ - solté en mi asiento estirando los brazos, había desayunado chocolate con leche, tortitas, crepes, tostadas y un omelet de arroz. Mientras había estado comiendo Arashi me había estado mirando raro por toda la comida que había pedido, y que encima me la hubiera comido tan rápido, normalmente mis desayunos no eran tan cagados ¡Pero necesitaba mucha energía! Después de todo, no todos los días le pedias a un líder de gimnasio ser su aprendiz. Me levante de la mesa energéticamente: -¡Vamos Arashi!- exclame dejando atrás a mi pokemon que me seguía con un poco de pesadez, la enfermera Joy al vernos se rio un poco, a veces podía parecer una niña y Arashi el “adulto” que debía encargarse de mí. Caminamos con rapidez hacía el gimnasio, yo sin perder ni un momento la sonrisa de mi cara, y mi Tyhlosion con una cara de aparente aburrimiento,  incluso de un poco de molestia en su rosto ¡Pero seguro que por dentro estaba igual de emocionado que yo!

Tras un rato de caminar llegamos a los pies del gimnasio, este estaba ambientado en un templo, por lo que había unas largas escaleras hasta llegar a donde realmente se encontraba el templo. Empecé a subir las escaleras de dos en dos dando pequeños saltitos, pero entonces pare de golpe molesta y ligeramente adolorida, dirigí una mala mirada en dirección a mi pecho ¡Que molesto que era! Recuerdo que de pequeña se me hacía muy divertido eso de subir por las escaleras de los templos dando saltitos, y podría ser igual de divertido de no ser por mi maldito pecho. Suspire resignada y moví mi cabeza de derecha a izquierda un par de veces, intentando alejar aquellos pensamientos de mi mente, y despejarme: -¡Venga no hay que pensar en ello!- me dije a mi misma poniendo una sonrisa en mi rostro, en un intento de animarme a mí misma. Seguí subiendo las escaleras con más cuidado, pero aun así con rapidez, y detrás de mí siguiéndome mi Typhlosion, con una mirada que parecía decir ‘cálmate un poco’.  Una vez subimos las escaleras llegamos al camino de Toriis, por lo cual empezamos a caminar, yo me encontraba con una sonrisa despreocupada en mi rostro, mientras tarareaba internamente alguna canción.

Cruzamos todo el camino de Toriis sin ningún problema aparente, de vez en cuando había desviado mi vista del final del camino para observar ligeramente los alrededores, pero luego siempre volvía a fijar mi mirada en mi objetivo. Al fin llegamos al templo, normalmente hubiera entrado de golpe sin ninguna preocupación, pero no podía hacer eso ¡No quería que me echaran a patadas por entrar sin permiso! ¿Pero cono lo podía hacer? ¡Se me ocurrió una idea! Lleve mis manos a mi rostro, poniendo una a cada lado de mi boca, como si tratara de hacer una especie de altavoz con mis manos, y entonces tome aire: -¡Líder! ¡He venido para ser su aprendiz!- grite con fuerza esperando que me llegara a oír, y que saliera del gimnasio a recibirme o algo, mientras esperaba quite las manos de mi rostro y mantuve una sonrisa decidida.

Se podía ver a un castaño en el cementerio de Alexandrite Valley, era un día totalmente soleado, al parecer de muchos el día perfecto, pero no para el, claro que no, observo con pesar la tumba de al frente, intentando parecer fuerte, aunque por dentro se estuviese desmoronando por completo, la muerte de la mujer era inevitable, aun cuando quisiera aceptarlo o no, ya habían pasado dos años del suceso y el chico aun no podía aceptarlo por completo, no importaba cuanto lo intentara, no podía aun aceptar el hecho de que su madre ya no estuviese con el. "Volveré y cuando lo haga seré un líder de fuego igual que tu y podre mantener el orfanato... lo prometo madre" susurro posando una mano en la lapida para luego levantarse y ver a todos los niños ahí, observándolos en silencio, el solo sonrió de lado y comenzó su andar hacia ellos, cuando se encontraba a menos de dos pasos todos fueron contra el para abrazarlo y desearle buena suerte y el solo correspondió y sonrió de lado, sabia que no era una despedida, solo un hasta pronto.

El oji-carmesi abrió lentamente los ojos intentando acostumbrarse a la luz del sol, observo a sus lados y pudo ver a sus pokemons como el durmiendo tranquilamente, al parecer debido al sueño se había despertado antes, y ante ello no pudo evitar chasquear la lengua, pero luego sonrió de lado y estiro un brazo al cielo -lo logre madre- susurro para luego volver a observar a su alrededor, al parecer aun era temprano, por lo que opto por seguir durmiendo un rato más, pero le fue imposible, aquello era algo sin duda fuera de lo común, el era capaz de dormir 24 horas seguidas sin problemas pero ahora luego de tanto esforzarse para llegar donde estaba no podía.

-tsk.... estúpido sueño- susurro para sentarse y levantarse intentando evitar hacer demasiado ruido y despertar a sus pokemons, lastima que su  Ninetales tuviese tan buen oído que con solo el chico sentarse se había despertado y acercado para cerciorarse que había despierto o solo había sido su imaginación, pero al parecer tenia razón su entrenador estaba despierto, extraño, ya que el chico realmente era de dormir hasta que ya no podía mas -tsk mujeres ¿siempre tienen tan buen oído?- susurro para acariciar la cabeza de Nymeria, la cual se dejo un instante para luego morder levemente la mano del Targaryen haciendo que suspirara cansado -eres malvada como un pokemon tipo hada- como respuesta la mordida se hizo aun mas fuerte -¿segura que no andas en tu periodo?- y como si el pokemon realmente lo entendiera lo mordió a tal punto que comenzó a sangrar pero luego de aquello empezó a lamer la herida, ante ello el castaño suspiro nuevamente acariciando a la Ninatales con su mano no sangrante.

Observo a su alrededor verificando que solo había sido Nymeria la que había despertado, e inesperadamente así era, al parecer los demás poseían un sueño mas pesado, se levanto con cuidado para poder dirigirse al baño sin mayor problema, hoy tenia que hacer todo de lo que el gimnasio se tratara, después de todo tenia que reactivarlo luego de la desaparición de su antecesora "al parecer no podre descansar hoy" pensó para luego suspirar por tercera vez en lo que llevaba del día, sin duda tenia un mal presentimiento, miro de reojo a su Ninetales, la cual llevaba observando desde que se había levantado -no estoy enfermo- musito por lo que el pokemon movió la cola algo feliz.

De un momento a otro su Ninetales se puso a la defensiva, gruñendo a la puerta del gimnasio, lo cual de cierta manera extraño al oji-carmesi  ya que suponía que estarían solos el resto del día hasta que se lograse establecer bien el gimnasio y realmente dudaba que Nymeria le gruñera a la nada, por lo que lentamente camino hacia el lugar en el que se habia posicionado su pokemon -tranquila...- susurro mas justamente cuando estaba apunto de abrir se escucho un grito proveniente de allí, despertando a todo el equipo de fuego que antes se encontraba durmiendo -tsk perfecto....- suspiro pesadamente para luego abrir finalmente la puerta para ver a la chica que había gritado, sorprendiéndose de ver a la persona culpable de ello, pero ante ello no pudo evitar que una pequeña sonrisa burlona se formara en sus labios -hey, sabes también puedes tocar la puerta- musito apoyándose en el marco de madera, sin borrar su sonrisa -no esperaba que desearas ser mi aprendiz- el tono burlón de su voz era demasiado notorio, sin duda se estaba divirtiendo con la situación.

Como si alguien los hubiese llamado todos los pokemons del chico se asomaron por la puerta curiosos de quien era la que había gritado, exceptuando la Ninetales, la cual se mantenía al lado del chico bastante tranquila, aunque era notorio que no le era de su agrado la chica, el castaño se separo de el marco y camino hacia dentro del gimnasio tranquilamente mientras susurraba un "pasa", dándole a entender a la chica que podía entrar al lugar, no quería que ella se pusiese a gritar y todo Pira Town se enterara, no quería crear escándalos a menos de una semana de haber obtenido el titulo y es que bueno, la chica era algo escandalosa -apresúrate chica ruidosa- musito tranquilamente deteniendo su caminar para mirar a la contraria y luego seguir andando seguido por su equipo.

Después de haber llamado al líder con un grito mantuve una sonrisa y mirada decidida en mi rostro, nada iba a hacer que no consiguiera ser la aprendiza del líder de fuego ¡Estaba decidida al cien por cien de ello! ¡No pensaba aceptar un no por respuesta! Iba a hacer lo que hiciera falta para que me aceptara como su aprendiz. Todo eso fue lo que paso por mi mente unos segundos antes de que el líder del gimnasio abriera la puerta…  ¡No podía ser! ¡Él no podía ser el actual líder de gimnasio! Me tape la boca con mi mano izquierda antes de que pudiera soltar algún grito preguntándole que hacia aquí, en el gimnasio. Había conocido a ese chico en la playa de esta misma ciudad y si sabía que poseía algún pokemon de fuego, pero no podía evitar negar en mi mente que él fuera un líder de gimnasio. Pero  con las palabras que dijo me hizo entender que si que era el líder del gimnasio. Además… ¡El maldito se estaba burlando de mí! ¡No podía dejar esto pasar! Mire a Arashi, el cual también parecía divertido por la situación, por lo cual le mande una mirada asesina ¡Lo último que me faltaba es que mi propio pokemon se burlara de mi!

Realmente no sabía cómo responderle a aquellas burlas, o por lo menos para mí lo eran ¡Hasta el tono de su voz era burlón! Y no quería responder de alguna manera en la que él se pudiera volver a burlar de mi ¡No iba a aceptar eso! ¡Tenía que pensar en algo inteligente para dejarle mal! ¡Estaba en juego mi orgullo! Quizás me había tomado demasiado en serio las palabras del chico, que en otra situación y con otro tono hubieran podido ser bastante normales, pero desde luego que con el tono que uso no lo eran, era una clara burla hacia mi persona o así es como yo lo veía. Ya hacía un poco que había quitado la mano de mi boca, y ahora estaba hecha un puño a mi lado, pero me relaje un poco cuando vi a los que suponía que eran los pokemons del chico. Tenían una mirada curiosa, y parecía que se habían despertado no hace tanto, aunque su Ninetales desprendía una especie de aura de cómo si no le agradase. Nah, seguro que eso era tan solo mi imaginación.

Con el susurro del chico le seguí dentro de lo que se suponía que era el gimnasio, pero en mi mente aun estaba presente el que debía vengarme de alguna manera u otra del chico. No pensaba tolerar que se burlara de mi “¡Ya se! ¡Podría decir que grite por que no estaba segura que me escuchara! ¡Después de todo seguro que tiene un sueño pesado!” me dije a mi misma mientras caminaba lentamente, chocando el puño con la palma de mi mano. Sin embargo tampoco podía decir eso así como así “… y si fallo completamente, podría ser que no tenga sueño pesado… ¡Es más! ¡¿Qué haría si tiene sueño ligero?! ¡Seguro que aprovecharía mi fallo para meterse conmigo! Diciendo algo por el estilo de que solo una tonta afirmaría eso…” Mientras me debatía mentalmente me había parado, y sin saber realmente que hacer golpee mi cabeza contra el muro un par de veces. Arashi estaba a mi lado y siguió caminando, ya acostumbrado a mis ‘extrañas reacciones’: -Ya voy- respondí en cuanto el chico me dijo que me apresurara… pero… ¡Me acababa de llamar ruidosa y yo encima había respondido ante ese ‘apodo’!

Seguí caminando tras él, de alguna manera u otra debía vengarme y no pensaba olvidarlo. Pensé en un momento por usar la fuerza, pero eso no sería buena idea después de todo si hacía eso seguro que me echaría de patitas a la calle. Sumida en mis pensamientos no me di cuenta de que algo liquido se resbalaba por mi frente, y procedí sin preocuparme por aquello a dejar clara mi posición: -Por cierto… No dije que deseara ser tu aprendiz…- dije con un tono neutro parándome: -¡Dije que lo voy a ser!- exclame, no demasiado alto, mientras le señalaba con mi mano derecha. Entonces Arashi llamo un poco mi atención, mientras me miraba raro y se señalo la frente como si me estuviera intentando decir algo, así que sin mover mi brazo derecho, con mi mano izquierda toque mi frente. Tenía algo liquido en esta, mire mi mano izquierda y esta resulto tener algo de sangre ¡Ah! ¡Seguro que antes cuando me golpee contra el muro me hice sangre y no me di cuenta! ¡Maldita sea!

Seguro que en lo que le acababa de decir al chico había quedado un poco como una idiota, ¿¡Quien dice ese tipo de cosas mientras le sangra la frente!? De manera apresurada y un poco torpe busque con mi mano derecha, que no estaba ensuciada por la sangre, en los bolsillos de mi pantalón, buscando unos pañuelos o algo para limpiarme cuanto antes. Notaba en mis mejillas un poco de calor por la vergüenza que había sido aquello ¡Ya me podría haber avisado Arashi antes de dejarme hacer la idiota! Seguro que ahora se burlaría de mi o algo. Había empezado como un buen día y ahora todo parecía estar saliendome mal ¿¡Acaso hoy era mi día de la mala suerte o algo!?

El castaño no pudo evitar soltar una pequeña risita ante las reacciones de la chica, sin duda ella era alguien que sacaba un extraño lado del actual líder de Gimnasio fuego, y es que realmente podían ser contadas con las manos las veces en las que el reía por algo, tanto así que incluso su Typhlosion lo miro algo extrañadoo ante su actitud, el no solía actuar así, y menos siendo que la chica era realmente ruidosa, pero con ella el era capas de sacar a la luz un Targaryen riendo, Ghost pensó que prácticamente vendría un apocalipsis zombie cuando escucho la risita, aunque había que admitir que el que la chica respondiera a lo de "apresurate chica ruidosa" ademas de que literalmente había chocado su cabeza contra el muro varias veces, en una acción que notaba que había pensado algo, era extraño pero a la vez graciosos, sin dejar de lado su expresión cuando vio al castaño en la puerta, se podía notar a simple vista que no había pensado bien antes de responder, ademas era realmente inesperado que justamente "Ella" viniese a pedir ser aprendiz, después de todo se podía notar a simple vista el hecho de que ambos eran como fuego y aceite, claro a excepción cuando se trataba de los pokemons tipo fuego, al menos una cosa que mantenían en común, alegre y serio, expresiva e inexpresivo, sin duda polos opuestos.

El castaño siguió caminando tranquilamente ignorando por completo lo que había pasado por la cabeza de su pokemon,  aunque claro su ninetales en ningún momento se había separado de su dueño,  y es que si bien en un inicio había sido batante mala con el Targaryen luego de mucho tiempo juntos había llegado a encariñarse, y no dejaría que la chica llegara como si nada a intentar quitarle su lugar como la  única chica del equipo, simplemente no confiaba en ella y eso era todo, el chico estaba bastante perdido en sus pensamientos, era inesperado para  el la llegada de la chica, después de todo no llevaba mas de una semana siendo el líder, debía preparar todo, pero aquello que tenia planeado se había esfumado con la chica presente, y de hecho no es como si le molestara del todo aquello, la presencia de la chica le era algo bastante como y divertido, ya que siendo ella sus reacciones eran algo que disfrutaba ver.

Se detuvo cuando escucho a la contraria gritarle el hecho de que no deseaba, si no que seria su aprendiz, y ante ello no pudo hacer mas que esbozar una pequeña sonrisa,  sin duda tenia un carácter fuerte, y se notaba que no dejaría de acosarlo a menos que dijera  que si a lo que suponía era una "petición" aunque para cualquiera que lo viera era sin duda una exigencia, ni siquiera le había preguntado si tenia otras aprendices o si la aceptaba, no, claro que no, ella simplemente había llegado y le había dicho que seria su aprendiz, huhiese sido una gran escena de no ser porque la chica había comenzado a sangrar debido a los anteriores golpes que se había dado contra la muralla, ante la escena el chico volvió a soltar una pequeña carcajada, sin duda la chica era alguien muy impredecible "es una idiota en todo el sentido de la palabra" pensó el chico al verla intentar salir de aquel vergonzoso momento mientras buscaba algo con lo cual limpiar su rostro el cual ahora estaba manchado con el carmesí de la sangre "una idiota sin remedio" el ojicarmesi le hizo una seña a su Houndoom para que fuera por el  botiquín de emergancias, no podía dejar a la chica sangrando a la vida.

Camino hacia donde se encontraba la chica intentando limpiarse o que dejase de sangrar hasta estar frente a ella, elevo una de sus manos para retirar el flequillo de la contraria para ver de donde provenía la sangra, tenia una herida en la frente la cual sin duda se había hecho por culpa de los golpes que se había dado ella misma, aunque el chico dudaba que en los planes de ella estuviera planeado comenzar a sangrar -eres una idiota- susurro para luego tomarla de la mano libre y llevarla a una de las sillas que se encontraban en el lugar -deberías tener mas cuidado cuando te golpeas a ti misma- se burlo con un cierto tono de hermano mayor, sin duda por culpa de vivir en el orfanato se le había pegado aquel tipo de instinto protector, aunque realmente el tenerlo con una tercera era raro, ademas que ellos ya se habían conocido por un accidente, aunque claro, la castaña aquella vez no había terminado sangrando como ahora.

Unos segundos después llego el pokemon con lo pedido por su dueño, el cual tomo el pequeño bolso para sacar un poco de desinfectante y limpiar la frente de la chica con sumo cuidado -realmente deberías tener cuidado, porque dudo que quisieras que tu momento de "yo quiero ser tu aprendiz y no aceptare un no por respuesta" fuera arruinado por culpa de que comenzara a salirte sangre- musito el castaño mientras seguía limpiando, mas al terminar saco una bandita y la pego en la frente de la chica -listo- susurro mas para si mismo que a la chica, para luego sonreír de lado -listo chica ruidosa, ahora puedes seguir con lo que ibas a decir- comento el contrario con una pequeña sonrisa burlona en el rostro, sin duda alguna aquella chica le divertía bastante.

Si había algo que detestara aparte de perder era que me humillaran ¡Y claramente lo que acababa de suceder era una humillación para mi persona! Y encima  no tenía suficiente con haber hecho el ridículo, y que Arashi no me hubiera avisado antes, sino  que  el castaño había soltado una pequeña carcajada, daba igual que hubiera sido pequeña ¡Se había reído de mi! Sentí como el calor en mis mejillas aumentaba un poco más por la rabia, y encima no encontré ni un mísero pañuelo en mis bolsillos, cosa que solo empeoraba la situación en la que me encontraba.  En un intento de parar el sangrado puse mi mano izquierda sobre mi frente, mala idea, lo único que conseguí fue hacer que mi mano se ensuciara más con mi sangre, y hacer que mi frente fuera también un desastre. Mientras yo me encontraba en una situación realmente problemática para mi persona mi “queridísimo” Typhlosion se había sentado en el suelo observando la situación como si se tratara de algo divertido, si las miradas matasen, ya le habría matado como diez veces en el pequeño ratito que había sido tan torpe como para ponerme a hacer el ridículo.

No me había dado cuenta de que el chico se había acercado a mí hasta que este con una de sus manos retiro el flequillo de mi frente, note mis mejillas arder un poco más, no entendía realmente porque, ¿desde cuándo me molestaba tanto la cercanía de un chico? Inconscientemente intente apartarme un poco, aunque solo fueron unos milímetros los que me aparte al final. Entonces después de que revisara la herida que tendría en mi frente se atrevió a llamarme idiota “¿he oído bien? ¡¿Qué clase de-de maleducado es?! ¿Cómo se atreve a llamarme idiota en mis narices?” No me había dado cuenta de cuando me había tomado de la mano y ni mucho menos de cuando había hecho que me sentara en una silla que había por ahí. Lo siguiente que hizo de alguna manera me molesto más de lo que debería, pero sentí como si me estuviera tratando como a una niña pequeña, y eso era algo que odiaba desde siempre, mis hermanos mayores siempre se habían esforzado tanto en sobreprotegerme que me molestaba siempre que alguien me intentaba tratar como una niña o me trataba como si fuera mi hermano mayor. Realmente era algo desagradable para mí, pero para Arashi parecía que era algo divertido, el maldito estaba demasiado divertido con la situación en la que me encontraba.

El líder del gimnasio empezó a limpiar la herida que me había hecho anteriormente en la frente, y no pude evitar hacer una pequeña mueca de dolor, realmente nunca me había gustado desinfectármelas heridas, era más doloroso a veces incluso que hacerse la herida. Además había que añadirle a mi disgusto las palabras del chico, de alguna manera sentía como si me estuviera dejando totalmente humillada ¡No pensaba dejar las cosas así!: -…- cuando termino poniendo una tirita y me dio el “turno para hablar” con esa sonrisa burlona en su rostro solo hizo que me enfadara más y mi siguiente acción la hice totalmente sin pensar. Con mi mano izquierda, que aun no me había limpiado, estire la mejilla derecha del chico -¡No me trates como si fuera una niña!- solté estirando con mi otra mano su otra mejilla también: -¡Y no te burles de mí!- continué inflando ligeramente mis mejillas y frunciendo el ceño. No me gustaba nada que se divirtiera a costa de burlarse de mí, y encima que mi propio pokemon se divirtiera con la situación no mejoraba las cosas.

Lo siguiente que hice fue soltarle las mejillas y levantarme de aquella silla con una mirada decidida: -ya te dije lo que te tenía que decir, no entiendo por qué quieres que lo repita ¿a caso no lo entendiste?- Dije tratando de sonar sería pero a juzgar por la cara de mí Thyplosion no lo estaba consiguiendo, pero no iba a rendirme en mi propósito, conseguiría lo que había venido a pedir aquí: -Co…- no sé porque me había salido la voz un poco más baja de lo normal cuando había intentado volver a hablar, así que me aclare la garganta para volver hablar -¡Como ya dije seré tu aprendiz! ¡No aceptare un no por respuesta!-exclame un poco más alto de lo que debería mientras me llevaba las manos a la cintura y miraba fijamente al chico a los ojos, no iba a marcharme hasta que recibiera una respuesta positiva, y mi mirada ahora reflejaba mis sentimientos de seguridad y confianza en mi misma.