Celsius 233 (Batalla de Gimnasio)

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Tras haber tomado un "descanso" mucho más largo de lo que era conveniente, David llegó a Pira Town para enfrentarse con el Líder del Gimnasio Fuego y reclamar así su tercera Medalla. En lugar de llevar a un equipo completo había optado por llevar solamente a tres de sus Pokémon: el siempre confiable Feraligatr, su recientemente evolucionado Hitmonlee y el Munna que le habían regalado también hace poco tiempo. David se sentía emocionado ante la posibilidad de medir fuerzas nuevamente contra otro líder, pero además se sentía confiado en que lograría superarlo y salir victorioso del Gimnasio para continuar con su viaje. El chico solo había estado tres veces antes en Pira Town y en ninguna por mucho tiempo, por lo que tuvo que pedir varias instrucciones para finalmente saber dónde se encontraba el Gimnasio.
Resultó que sus instalaciones estaban justamente en la cima de un cerro al que, obviamente, solo se podía acceder subiendo unas largas escaleras. David debía admitirlo: aparentemente a los Líderes de Khannos les gustaba dificultarle el camino a los entrenadores lo más que era posible,casi como si encontraran alguna especie de satisfacción al hacer que los retadores tuvieran que medio matarse para finalmente llegar hasta ellos y desafiarlos por sus preciadas medallas... pero en fin, a él no le correspondía juzgarlos así que se resignó a tener que cumplir con el reto de la manera tradicional.
Mientras llegaba al Gimnasio, David se entretuvo mirando las edificaciones del pueblo y a la gente que paseaba por las calles, ocupada en sus propios asuntos. Las casas seguían igual que la última vez que había pasado por allí, todas edificadas al estilo tradicional japonés y con una aura de calma y tranquilidad rodeándolas; prácticamente una invitación al relajamiento y a la meditación. También pudo ver a unos pocos entrenadores teniendo batallas en campos especializados para ese fin, y aunque le habría encantado quedarse ahí para mirar las peleas que se llevaban a cabo; sabía que tenía que llegar al Gimnasio lo más rápido posible así que no podía darse el lujo que observar el paisaje.
Finalmente, David llegó hasta las faldas del cerro y donde empezaba la larga escalera. El chico alzó la vista y pudo ver, a lo lejos y en la cima, el techo del Gimnasio. Sin más tiempo que perder, David dio el primer paso y empezó a subir las escaleras decididamente. Era un camino largo y algo cansado, pero no era nada que no pudiera soportar así que siguió subiendo sin detenerse en ningún momento a tomar un respiro. A su alrededor había varios árboles, los cantos de las aves se escuchaban armoniosamente y los Pokémon bicho salpicaban el paisaje volando de vez en cuando de una planta a otra para juntar su comida. A lo lejos, el ruido de las olas chocando contra la arena de la playa se podía escuchar débilmente, así como el sonido de las risas y las voces de todas las personas que se encontraban a orillas del mar descansando de su vida cotidiana y pasando el tiempo con sus familias. David giró la cabeza y echó un vistazo hacia la playa, una gran extensión en la que el azul del océano se encontraba con el amarillo de la arena y salpicado por los puntos y manchas negras de las personas que se divertían nadando o simplemente se bronceaban con el sol. Tras permanecer un breve tiempo contemplando el paisaje, el chico regresó a la tierra y continuó subiendo las escaleras, intentando distraerse mientras pensaba en distintas estrategias que podía utilizar una vez que llegara con el Líder. Sin embargo, sus pensamientos se detuvieron cuando vio frente a él alzarse la figura de un poderoso Blaziken que  le bloqueaba el paso.

-dado moneda-

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David se detuvo en seco y miró fijamente al Blaziken, que permanecía en su posición impasible, aunque el entrenador observó que sus ojos no se despegaban de él ni un momento. Ya que era el único Pokémon de todos los que había a su alrededor que se había tomado la molestia de ponerse directamente en su camino para no dejarle pasar, resultaba algo evidente cual era su propósito en ese lugar.

-Así que... supongo que eres una especie de Pokémon guardián que no deja pasar a cualquiera a menos que pelee contigo y te derrote, ¿no es así? -le dijo David. El Blaziken permaneció mirándolo sin hacer siquiera el más mínimo movimiento- ...tomaré tu silencio como una respuesta afirmativa. Bueno, entonces hay que hacerlo... ¡Feraligatr, yo te elijo!

David arrojó la Pokéball del reptil de agua, que apareció listo para dar batalla. David lo había usado en su Batalla de Gimnasio anterior y había quedado enormemente satisfecho al ver la fuerza y resistencia de su Pokémon, por lo que no lo había pensado ni un minuto para elegir llevarlo consigo. Ambos Pokémon gruñeron, y se prepararon para atacar...
60/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Si el Blaziken realmente ostentaba el título de guardián del paso tal como pensaba David, entonces sabía que lo más probable era que se tratara de un Pokémon con una gran habilidad y fuerza, y pese a que Feraligatr contaba con la ventaja de tipos en la batalla el chico sabía que no tenía que confiarse ante un rival que posiblemente lo superaba en experiencia. Decidido esto, ahora lo que debía de hacer era pensar en alguna buena estrategia que le ayudara contra el Pokémon de fuego.
La mayor fortaleza de Feraligatr era su ataque físico, así que tenía que intentar primero con un golpe de este tipo para ver cómo lo soportaba y reaccionaba el Blaziken.

-Muy bien Feraligatr, empecemos con esto -le dijo David, a la vez que empezaba a planificar cómo empezar la batalla-. Hay que atacarlo frontalmente. ¡Usa Mordisco!

Las mandíbulas de Feraligatr se iluminaron a la vez que el Blaziken daba un gran salto hacia el cielo, tras lo cuál cayó hacia el Pokémon de agua usando Picotazo. Feraligatr alcanzó a reaccionar a tiempo y se movió a un lado a tiempo para evitar un golpe directo de su oponente, aunque saliendo levemente lastimado. Tras esto, el Pokémon cerró sus fauces fuertemente sobre uno de los brazos del Blaziken, consiguiendo causarle un daño superior.
55/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Feraligatr abrió sus mandíbulas, dejando ir a su contrincante. El Blaziken se alejó rápidamente dando tres saltos hacia atrás para evitar un posible segundo ataque, tras lo cual les dirigió tanto a David como a Feraligatr una mirada cargada de furia. El chico supo que el Pokémon de fuego no les mostraría piedad alguna, aunque por el lado positivo el ataque de Feraligatr había conseguido inutilizarle -al menos temporalmente- su brazo derecho.

-No estuvo mal, compañero -le dijo a su Pokémon para darle un poco más de ánimos-. Sólo tenemos que intentar ser un poco más efectivos a la hora de atacar y caerá irremediablemente ante nosotros. ¡Ahora usa Pistola agua!

Feraligatr cargó un chorro de agua, pero nuevamente antes de que pudiera atacar el Blaziken se le adelantó y usó Doble patada, consiguiendo propinarle dos contundentes golpes que lo hicieron tambalearse. Sin embargo, antes de que perdiera la concentración y por lo tanto acabara cancelando el ataque, Feraligatr disparó un gran chorro de agua contra su adversario. El Pokémon de agua no pudo reaccionar a tiempo y recibió el golpe de lleno, lo cual consiguió causarle un daño importante y mantener la ligera ventaja que David llevaba en el combate.
40/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Feraligatr estaba consiguiendo mantener una ligera pero importante ventaja contra el Blaziken, y tal como David sabía eran esa clase de ventajas las que podían decidir el resultado de las batallas. El Pokémon de fuego se levantó del suelo y se sacudió para quitarse el agua de encima, pese a que la gran mayoría de ésta ya se había evaporado a causa de su elevado calor corporal. David podía ver en la mirada del Blaziken que éste no mostraría ninguna compasión hacia ellos ahora que ya habían conseguido darle dos buenos golpes.

-Ten cuidado, Feraligatr. Ese Blaziken ya no se andará más por las ramas -le dijo David a su Pokémon para advertirlo, pues no le estaba gustando para nada la forma en la que el Blaziken los miraba-. ¡Usa Golpe!

Esta vez Feraligatr tomó la iniciativa y se abalanzó contra su enemigo para golpearlo, pero antes de que pudiera hacerlo el Blaziken dio un enorme salto lateral, consiguiendo evadir el golpe éxitosamente, y para después tomar impulso y arrojarse contra Feraligatr usando Pájaro osado; con lo que consiguió darle un poderoso golpe que derribó al Pokémon de agua.
25/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Feraligatr cayó pesadamente al suelo, aturdido tras el enorme golpe recibido. El Blaziken dio un fuerte grito triunfal al ver a su enemigo caer al suelo y se alejó de él como si esperara que no volviera a levantarse. Sin embargo el Pokémon de agua aún estaba lejos de ser derrotado por lo que se irguió nuevamente, para sorpresa del Blaziken que ya daba la batalla por ganada. David sonrió al ver la determinación de su Pokémon, y se preparó para darle su siguiente orden.

-Ese es el espíritu, Feraligatr. Sabía que resistirías -el Pokémon dio un pisotón por respuesta a su entrenador y se preparó para efectuar su siguiente movimiento-. Prepárate, Feraligatr. ¡Usa Acua cola!

Feraligatr se posicionó sobre sus patas traseras y y lanzó un torbellino de agua hacia el Blaziken usando su cola como timón. El Pokémon de fuego intentó contraatacar usando Ascuas justo antes de que el chorro de agua lo golpeara, aunque consiguió herir a Feraligatr con las llamas. David le arrojó una Poción a su Pokémon para que recuperara un poco de su energía antes de continuar con la batalla.
15 + 15 = 30/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

10/60
La Poción actuó casi de inmediato, con lo que Feraligatr recuperó parte de su fuerza y se preparó para encarar al Blaziken en el que supo debía ser su último intercambio de ataques. Ambos Pokémon tenían la misma energía restante, así que ambos tendrían que atacar con todo lo que tenían si querían vencer a su adversario de una vez por todas. La energía y la tensión amenazaban con estallar en cualquier momento, así que David supo que era el momento de terminar con la batalla.

-¡Muy bien Feraligatr, un último esfuerzo! ¡Todo o nada! -Blaziken saltó hacia su Pokémon con uno de sus puños emitiendo un fuerte brillo-. ¡Usa Hidropulso ahora!

El Blaziken cayó enfrente de Feraligatr y le propinó un colosal golpe en la mandíbula que levantó al Pokémon del suelo y lo impulsó en sentido contrario. Pero antes de que su enemigo pudiera cantar victoria, Feraligatr dejó salir un enorme chorro de agua hacia el Pokémon de fuego, golpeándolo de lleno y haciéndolo retroceder varios metros por la fuerza de la presión.
Había sido duro, pero al final Feraligatr logró imponerse al Blaziken.

El Blaziken no daba señales de seguir consciente y Feraligatr respiraba pesadamente, bastante agotado. Aún con la ventaja de tipos había sido una batalla bastante intensa, y David tenía la sospecha de que si no hubiera usado la Poción Feraligatr habría perdido. El chico decidió regresar al Pokémon de vuelta a su Pokéball para que pudiera tomarse un descanso antes de poder enfrentar al Líder del Gimnasio. David dudaba que tuviera que enfrentar algún otro obstáculo ahora que el Blaziken había sido derrotado, así que se preparó para continuar el ascenso, pues todavía había un tramo considerable por cruzar antes de llegar al Gimnasio. David empezó a subir nuevamente, pero se detuvo al sentir un repentino aumento en la temperatura. Lo primero que pensó es que podía ser debido a que se estaba dirigiendo hacia el Gimnasio Fuego, así que resultaba un poco natural que fuera un lugar caliente. Pero entonces el chico tuvo un extraño presentimiento y miró hacia sus espaldas, lo cual solo consiguió dejarlo atónito.

-No... no es posible. Ningún Pokémon puede ser tan resistente como para soportar tanto daño -el Blaziken ya no estaba. Feraligatr lo había vencido, de eso estaba seguro, pero ya no estaba. ¿Cómo era posible que se hubiera ido?-. Quizá... quizá cayó por la montaña. No, eso tampoco tendría sentido. Pero no puede ser que se fuera por su cuenta, eso no tiene...

El calor a su alrededor se volvió más intenso, y David pudo escuchar un zumbido que se hacía cada vez más fuerte, acercándose. El chico saltó hacia un lado, justo a tiempo para evitar que el Blaziken -el mismo Blaziken contra el que acababa de combatir- lo dejara fulminado con una potente patada que quemó parte del terreno sobre el que se había hallado parado.


-Agh, debe ser una broma -se dijo mientras veía al Pokémon de fuego, que de alguna manera se las había arreglado para hallar la fuerza para perseguirlo. Para empeorar la situación, Feraligatr ya estaba demasiado dañado como para serle de ayuda por el momento y tanto Hitmonlee como Munna carecían de la experiencia necesaria para plantarle cara efectivamente-. Bien, supongo que esta vez todo depende de mí. Que buena suerte.

El Blaziken abrió su pico y dejó escapar una enorme llamarada directamente hacia David, que no vio más alternativa para esquivar el ataque que saltar a un lado, lo cual provocó que tropezara con un escalón y cayera rodando por el cerro. El chico se aferró con fuerza a una raíz cercana para detener su caída, pero antes de que pudiera levantarse el Blaziken lo alcanzó con un solo salto, lo levantó del suelo sin esfuerzo y lo arrojó de vuelta a dónde habían estado. David chocó violentamente contra el suelo perdiendo el aliento por el impacto, pero intentó ponerse de pie nuevamente antes de que el Blaziken llegara a su lado de nuevo. Obviamente nunca iba a poder imponerse al Pokémon fisícamente, así que tenía que pensar en algo más.
David se levantó del suelo y se alejó lo más rápido que puso, apenas a tiempo para que el Blaziken no lo aplastara con una de sus poderosas patas. Tenía que pensar en algo, y rápido si no quería que el Pokémon de fuego lo acabara antes de que pudiera llegar siquiera al Gimnasio. Para su fortuna, una pequeña cueva ubicada en la ladera del cerro le dio una idea rápida que le permitiría deshacerse del Blaziken. Solo tendría una oportunidad, pero era lo mejor en lo que podía pensar con la situación.
El entrenador entró a la cueva, la cual no medía más que un cuarto pequeño en todo su tamaño. Era casi demasiado bueno para ser verdad... si conseguía ejecutar todo su plan a la perfección. La luz se amplificó bastante, y David se giró para encontrarse cara a cara con el Blaziken, con llamas saliendo de sus puños y mirándolo con furia... un espectáculo atemorizante. David respiró profundamente, cerró los ojos y estiró sus piernas, preparándose para lo que seguía.

-Supongo que ya me tienes. Muy bien, ¿quieres que sea así? Entonces adelante. -El Blaziken pareció quedarse perplejo por solo un segundo, pero se posicionó para saltar y dar lo que David supuso, sería una brutal patada. El entrenador corrió hacia el Pokémon de fuego lo más rápido que pudo mientras el contrario hacía lo mismo.

No faltó mucho para que ambos quedaran uno frente al otro. El Blaziken había saltado un poco antes para golpearlo de lleno con su pata derecha, tal como David había esperado que hiciera. Casi sin pensar, el entrenador se tiró al suelo para intentar barrerse por debajo del Pokémon y evitar por completo su ataque. El Blaziken pasó por encima de él, golpeando la pared con una tremenda fuerza y haciendo que todo empezara a temblar. Sin perder más tiempo, David se levantó y corrió hacia la salida de la cueva, sabiendo que el Blaziken lo perseguiría de nuevo. El chico salió de la cueva y se giró para ver al Blaziken casi encima de él, justo antes de la cueva colapsara con el Pokémon aún dentro y lo dejara atrapado.
David se dejó caer al suelo, adolorido por el golpe que se había llevado al ser arrojado por el Blaziken y exhausto por la persecución. Pero no había tiempo que perder, el Pokémon no tardaría mucho en salir y lo más seguro era encontrarse lo más lejos posible de él cuando sucediera. Así pues, el entrenador se levantó a regañadientes y se apresuró a volver a la escalinata para continuar subiendo el cerro y llegar lo más pronto posible al Gimnasio. Luego de la desagradable experiencia con el Blaziken, David realmente se encontraba deseando que no hubiera ningún otro obstáculo, o al menos no tan peligroso como ese. Justo cuando escuchaba el rugido de furia del Blaziken lejos a sus espaldas, el Gimnasio Fuego aparecía en su vista, alzándose imponente sobre la cima del cerro...