Reto en las Alturas (Batalla de Gimnasio)

Equipo del Tema:

Para David, había llegado la hora de desafiar su siguiente Gimnasio, y se decidió por el Gimnasio Volador de Tempest City. A diferencia de cuando retó el Gimnasio Bicho de Cherry Town, esta vez el chico decidió que no dejaría que pasara el tiempo como entonces, en parte porque ahora se sentía totalmente seguro y confiado de que lograría salir victorioso de este nuevo reto. Tal como en la ocasión anterior, tendría que sortear diversos obstáculos antes de poder desafiar directamente a la Líder, por lo que se dirigió a un valle cercano a cumplir su primer objetivo. No estaba seguro de qué se trataba, pero sabía que tenía que ver con un Pidove. El problema radicaría en encontrar a un Pidove en un enorme valle repleto de Pokémon voladores con un gran espacio para que éste volara.
Pero el chico no se desanimó, así que se encaminó lo más rápido que pudo hasta el Valle para empezar su desafío lo más pronto posible. Una vez que llegó se quedó impactado al contemplar el lugar: era un enorme claro rodeado por montañas y repleto de flores de todos los colores posibles y grandes y ancianos árboles que seguramente eran el hogar de diferentes clases diferentes de Pokémon voladores. El cielo estaba casi completamente despejado, por lo que la luz del Sol inundaba todo el lugar y le daba un aspecto casi mágico a aquel lugar. Sobre su cabeza pasaban parvadas compuestas de Pidgeys, Pidgeottos y Pidgeots, mientras que más a lo lejos podía ver a un grupo similar solo que compuesto por diferentes miembros de la familia de los Starly. Al mirarlos sintió una gran nostalgia al recordar a su propio Staraptor, el primer Pokémon que consiguió capturar al inicio de su viaje como entrenador y que ahora aguardaba por él en algún Laboratorio Pokémon donde lo cuidaban.

-Tan pronto como haya obtenido la Medalla iré a verlo… a él y a mis otros Pokémon. No estará mal convivir un poco más de tiempo con ellos después de todo -se dijo a sí mismo mientras continuaba caminando por el Valle.

Solo entonces, el chico se dio cuenta de lo verdaderamente complicado que resultaría hallar a un Pidove en aquel lugar. Si bien estaba seguro de que podría haber decenas de esos Pokémon, nada le garantizaba que lograría encontrar al Pidove en específico que tenía que hallar. ¿Cómo lo reconocería? No lo sabía, pero le habían dicho que lo sabría en cuanto lo viera. ¿Cómo iba a saberlo? Tampoco estaba seguro. En resumen, se encontraba buscando una aguja en un pajar de agujas, y era consciente de qué seguramente le estarían contando el tiempo que se tardaba en aquella empresa por lo que su misión era aún más desesperada. David decidió que el mejor lugar para empezar sería en los árboles, por lo que se dirigió a uno para comprobar si había algún Pidove. La respuesta fue negativa.
No había tenido suerte, por lo que solo le quedaba intentar en otro árbol. El chico se acercó a otro para probar suerte, obteniendo solo las miradas de varios Pokémon voladores diferentes que acababan de interrumpir sus actividades previas al verlo y que ahora se limitaban a permanecer allí en silencio, sin emitir un solo ruido y varios sin atreverse siquiera a parpadear. El recibir tantas miradas acabó siendo demasiado incómodo, por lo que David se alejó del árbol a buscar en otra parte.
La cuestión era que no tenía ni la más mínima idea de dónde podría encontrar a un Pidove en aquel lugar, por lo que recurrió a hacer memoria de qué era lo que sabía de aquellos Pokémon. Sabía que normalmente acostumbraban viajar en parvadas comandadas por Unfezant, su evolució final, pero ya que no podía seguirles la pista en el cielo y no estaba seguro de si podría contar con la ayuda de Charizard (el único Pokémon volador con el cual contaba en ese momento) no le quedaba más remedio que continuar su recorrido a pie y esperar que fuera de alguna utilidad y pudiera encontrar a algún Pidove que fuera especial (¿acaso sería un shiny?) en aquel gran y vasto Valle.
Tras lo que le parecieron horas de búsqueda, David decidió que ya había hecho suficiente y decidió tomar un descanso junto al lago central, en el que varios Pokémon nadaban o simplemente tomaban una ducha rápida. Ese reto estaba probando ser mucho más difícil de lo que había esperado en un inicio, y para ese punto se encontraba cansado e inseguro sobre qué debía hacer a continuación. En eso se encontraba cuando vio descender a un Pidove del cielo, que aterrizó justo enfrente de él. El Pokémon empezó a dar varios brincos en su sitio y a dar pequeños aletazos, por lo que David supuso que se encontraba muy nervioso. Su actitud, así como el hecho de que era el primer Pokémon volador que se le acercaba voluntariamente, le indicaron a David que ése era el Pidove al cuál había estado buscando todo ese tiempo. Rápidamente se levantó del suelo y el Pidove emprendió el vuelo mientras se acercaba a intervalos a él, indicando que quería que lo siguiera. David empezó a caminar, preguntándose a dónde se dirigían.
Tras mucho tiempo durante el cual se alejaron del lago y todo lo demás que se encontraba en el Valle, ambos acabaron al pie de un acantilado, que era dónde aparentemente el Pidove quería llevarlo. David se preguntó si llegar ahí era el desafío, pero el Pokémon le indicó que tenía que subir, seguramente hasta la cima.

-Este día mejora a cada momento… -murmuró David mientras llegaba al pie de la roca y se preparaba para empezar a escalar.

La roca no era difícil de agarrar, pero estaba filosa en varios puntos y el chico acabó con varias pequeñas cortadas y magulladuras en las manos en poco tiempo. El Pidove volaba hasta la cima y volvía hasta él cada cierto tiempo, lo que indicaba que en verdad quería que llegara a la cima. El por qué le era desconocido, pero sabía que tenía que continuar con el ascenso o jamás podría pasar la prueba y desafiar a la Líder para obtener la Medalla, por lo que se ahorró las quejas y continuó escalando.
Rápidamente llegó un nuevo obstáculo: el viento. Conforme más subía, más viento había, lo que dificultaba cada vez más que pudiera llegar a la cima sin caer antes al abismo y hacia una muerte segura. Por suerte, había una pendiente de tamaño considerable en la pared de la pendiente en la que cabría sin problemas, por lo que tan pronto como llegó David se sentó a recuperar el aliento. Para ese momento estaba exhausto, sediento y el viento lo golpeaba tan fuerte que apenas podía abrir los ojos. Para colmo, tenía los brazos y piernas entumecidos por el esfuerzo, y sus manos ahora tenían tantos cortes que estaban sangrando, aunque no considerablemente. Molesto, David buscó entre sus cosas unos binoculares para poder qué había en la cima que hacía que el Pidove quisiera que llegara tan desesperadamente. Tan pronto como los encontró los enfocó en la cima del acantilado y descubrió la clave del agitamiento del Pokémon: ahí en la cima se encontraba un solitario huevo que se mecía violentamente por el fuerte viento, con el riesgo de caer del acantilado y estrellarse en el suelo.
David se apresuró a guardar los binoculares de nuevo en su mochila y empezó a escalar lo más rápido que pudo, ignorando el dolor y el cansancio. Necesitaba llegar a la cima antes de que el huevo cayera, pues no sabía durante cuánto tiempo más podría aguantar, pero sabía que el tiempo se le agotaba. Una vez que llegó a la altura suficiente como para ver el huevo parcialmente, se alarmó al ver que éste se encontraba ya en el borde de la roca y que no lograría llegar a tiempo. Justo en ese momento, el huevo se movió una vez más y cayó.

-¡No! -gritó David fuertemente al ver al pequeño huevo caer sin que pudiera hacer nada por detenerlo… o tal vez sí. Sujetándose con una sola mano, tomó una de las Pokéball de su cinturón y la arrojó al vacío al mismo tiempo que gritaba:- ¡Charizard, adelante! ¡Atrapa el huevo antes de que caiga!

La Pokéball se abrió en el aire y Charizard apareció volando, apresurándose lo más rápido que pudo para detener el huevo. Justo cuando David creía que el Pokémon de fuego no lo iba a lograr, Charizard consiguió atrapar el huevo apenas unos metros del suelo, y emprendió el vuelo hacia la cima para regocijo de David. No pasó mucho para que viera al Pokémon pasar a su lado para aterrizar en la cima (¿Por qué no se le ocurrió eso desde el inicio? Podría haberse ahorrado completamente la escalada), donde depositó el huevo cuidadosamente y procurando que estuviera lo suficientemente lejos del suelo.

-¡Buen trabajo, Charizard! ¡Ahora ayúdame a subir, amigo! –le gritó David. Charizard se asomó desde la cima simplemente para dirigirle una mirada divertida-. …¿Amigo? Oh vamos, no estás esperando que suba todo yo solo, ¿verdad? –Charizard asintió y desapareció para volver a ocuparse del huevo-. ¡Charizard! Oh, por el amor de… ¡Charizard! ¡Regresa! ¡No estoy jugando!

Pero Charizard no volvió a asomarse, por lo que David, totalmente enfurruñado, no tuvo más opciones que continuar escalando, esperando tener la fuerza suficiente para llegar a la cima sin caer antes. No tenía idea de por qué había traído a ese Pokémon escupe fuego con él…

-dado de eclosión-

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'Eclosión de Huevo' :

Ahora que el golpe de adrenalina por querer salvar el huevo había pasado, David se esforzaba enormemente por continuar escalando, aunque con cada movimiento sentía como si fuera el último y que acabaría cayendo por el acantilado inevitablemente. Necesitaba que Charizard fuera a ayudarlo, pero como sabía que el Pokémon de fuego seguramente no lo haría por voluntad propia supo que tendría que convencerlo de alguna forma.

-¡Charizard! -gritó lo más fuerte que pudo-. ¡Sé que estás ahí y que puedes escucharme! ¡En verdad necesito que vengas a ayudarme ahora! -no hubo respuesta-. ¡Ambos sabemos que si me caigo ya no tendrás más Pokélitos!

Aquella aparentemente era la frase mágica, pues Charizard en ese momento salió de la cima para emprender el vuelo y acercarse lo suficiente a David como para que el entrenador subiera a su espalda. David se soltó mientras trataba de impulsarse para caer en la espalda del Pokémon, pero tenía tan poca fuerza que apenas y pudo moverse. Por suerte para él, Charizard lo sostuvo a tiempo de su chaqueta y lo sitió en la seguridad de su espalda mientras regresaba a la cima.
El chico respiraba fuertemente, totalmente agotado. Sus pulmones ardían por el esfuerzo, no tenía absolutamente nada de sensibilidad en las extremidades y pequeñas gotas de sangre habían empezado a escurrir por sus manos. Una vez que Charizard hubo llegado a la cima David lo golpeó con toda la fuerza que le quedaba en el lomo en un arranque de molestia contra el Pokémon por dejarlo abandonado, aunque Charizard apenas y lo notó gracias a su dura piel y pareció divertirse aún más al ver el enojo de su entrenador, pero le permitió desmontar de su espalda.
Tan pronto como tocó el piso de roca, sus piernas fallaron y David cayó pesadamente al suelo, aunque para lo exhausto que se encontraba eso era casi como estar tomando el mejor de los descansos. Seguía respirando con dificultad, pero logró reponerse lo suficiente como para abrir su mochila y sacar unos cuantos curitas que guardaba para emergencias, poniéndoselas en las heridas de las manos; que tenían aún la suficiente sensibilidad como para sentir ardor al colocarlas. Luego se arrastró hasta una pared del nicho en que se encontraba para sentarse y descansar. Había decidido que permanecería en la cueva el tiempo suficiente como para asegurarse de que el Pidove y el huevo estarían bien una vez que se marcharan.
Los minutos pasaron y David continuaba en su posición, contentándose con poder descansar al menos por un tiempo hasta que tuviera que emprender la marcha para enfrentarse a la Líder de Gimnasio y obtener su Medalla. Charizard continuaba haciendo vigila mientras que el Pidove caminaba ansiosamente alrededor del huevo, esperando el momento en que se abriera. Justo cuando David empezó a pensar que el huevo podría pasar semanas antes de estar siquiera listo para eclosionar, éste se sacudió bruscamente, aunque después se detuvo.
Rápidamente el pequeño huevo ganó la atención de todos, pues incluso Charizard se permitió un momento de distracción para centrar su atención en el pequeño huevo. Antes de que David tuviera tiempo de pensar que solo había sido casual, el huevo empezó a agitarse nuevamente confirmando que se encontraba a punto de la eclosión. El Pidove empezó a saltar rápidamente alrededor del huevo, ansioso por el momento en que se abriera para poder conocer a su cría. Un pedacito de cáscara se desprendió de su superficie, al cual le siguieron muchos más que empezaron a caer repetidamente hasta que dejaron ver a una pequeña cría de Pidove en su interior que miraba todo a su alrededor con sus dos pequeños ojos que parecían como un par de gotitas de tinta negra. Su madre se le acercó rápidamente y ambos Pokémon se acurrucaron uno contra el otro, con lo que David supo que su trabajo ya estaba hecho.

-Bien Charizard, creo que ya hicimos todo lo que teníamos que hacer aquí. Es hora de irnos, tenemos un Gimnasio por desafiar todavía –le dijo David a su Pokémon, que sorpresivamente le hizo caso y le permitió montar sobre su espalda nuevamente antes de que despegara, dejando a la nueva feliz familia atrás.

El viaje duró una buena cantidad de tiempo, pero antes de que David tuviera tiempo de aburrirse pudo distinguir Tempest City a lo lejos, donde sabía se encontraba el Gimnasio Volador.

Tempest City, "la Ciudad del Mañana", se alzaba frente a él mientras Charizard se acercaba cada vez más a la ciudad. Ciertamente era un lugar impresionante, con edificios enormes, amplios parques, extensas líneas de monorrieles que se elevaban por sobre el nivel del suelo y grandes anuncios luminosos que le daban la apariencia de que ciertamente era lo que aguardaba a Khannos en el futuro. Pero David sabía que no tenía tiempo de admirar completamente la ciudad, pues tenía que dirigirse al Gimnasio Volador lo más pronto posible. Al inicio lo preocupó la posibilidad de no poder encontrarlo fácilmente, pero si lo que había oído era cierto y se trataba de un enorme hangar, entonces no debería de tener ningún problema real para hallarlo. Efectivamente, Charizard consiguió localizarlo sin tener que dar una sola vuelta a la ciudad y empezó el descenso.
Tal y como lo había imaginado, el Gimnasio era una enorme estructura que tenía la apariencia de poder albergar incluso a los Pokémon voladores más grandes, además de que tenía una extensa colección de diferentes tipos de aviones a su alrededor. David desmontó de Charizard y se acercó corriendo hasta las enormes puertas del Gimnasio con el Pokémon de fuego a su lado. David las abrió para encontrarse con una grandísima cantidad de aros colgando del techo y acomodados en diferentes posiciones. Solo podía significar una cosa: era una pista de acrobacias aéreas.
El chico caminó por la pista mientras miraba el techo: ciertamente tenía quizás hasta miles de aros colgados. Mientras seguía contemplando eso, se topó frente a frente con un Togekiss, la forma final de Togepi como el que él tenía.

-Oh. Eh... hola -le dijo el chico. Togekiss lo contempló sin ninguna expresión-. Uhm... venimos a desafiar el Gimnasio por la Medalla Brisa. ¿Podemos pasar?

Togekiss negó con la cabeza y entonces voló hasta el techo del Gimnasio, donde pasó a través de varios aros mientras volaba elegantemente antes de regresar con David.

-Ya veo... ¿quieres que hagamos una exhibición aérea? -Togekiss asintió alegremente y David supo que había dado en el clavo-. ¡Muy bien Charizard! ¿Estás listo?

Charizard asintió y de inmediato despegó para poder empezar sus acrobacias. David ni siquiera tuvo que ordenarle nada, pues decidió que dejaría que el Pokémon actuara por instinto. Charizard inició su actuación cruzando a una enorme velocidad por varios de los aros, tras lo cual empezó a volar de espaldas mientras giraba frenéticamente como un trompo. David se perdió entre todas las acrobacias que su Pokémon llevó a cabo, pero culminaron con una explosión de fuego que envolvió al Pokémon sin dañarlo tras lo cual aterrizó. Ahora solo tenían que esperar a ver la reacción de Togekiss y ver si el Pokémon los dejaría pasar.

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'Moneda' :

David esperó a ver la reacción de Togekiss, pero viendo la expresión que había empezado a formarse en su cara el entrenador supo que el resultado seguramente no había sido favorable. Sus sospechas se confirmaron cuando vio como finalmente el Pokémon hada se mostraba muy molesto y se preparaba para atacar.

-Supongo que no le gustó nuestra actuación, Charizard -le dijo David a su Pokémon, que a la vez empezó a prepararse para atacar-. Tendremos que hacerlo de la otra forma posible entonces. ¡Prepárate para pelear!

Charizard rugió, y Togekiss pese a que no devolvió el gesto se preparó a su vez para iniciar su ataque. David esperaba no demorar mucho en la pelea, pues quería que sus Pokémon llegaran en el más óptimo estado con la Líder de Gimnasio para poder enfrentarla y descubrir si verdaderamente era merecedor de poseer su Medalla.
60/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Togekiss parecía ser un Pokémon mucho más agresivo de lo que David esperaba, sobre todo porque tenía en cuenta que esa especie era conocida por ser pacífica y carente de violencia. Sin embargo, éste en particular había mostrado ser una especie de "árbitro" para las exhibiciones aéreas y sentirse enojado al ver una que no era de su agrado. David no tenía un verdadero problema con eso realmente, pero le parecía extraño...

-¡Charizard, usa Lanzallamas! -ordenó David a su Pokémon. Era su ataque característico, y normalmente poseía un enorme poder ofensivo.

Charizard acumuló el fuego en sus fauces y disparó contra Togekiss, que logró evadirlo antes de que las llamas lo golpearan y se elevó hasta el techo del Gimnasio para dejarse caer con un Ataque aéreo. Sin embargo, Charizard logró reaccionar a tiempo y evadió exitosamente el ataque antes de que lo golpeara.
60/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Togekiss era un Pokémon mucho más rápido de lo que David había supuesto inicialmente, y eso podría traerle consecuencias a largo plazo. Sin embargo, el entrenador confiaba en que podría manejar la situación lo suficientemente bien como para darle el triunfo a Charizard antes de que pudieran proseguir para enfrentar a la Líder.

-¡Charizard, usa Pirotecnia! -ordenó David esta vez.

El Pokémon de fuego disparó una bola de fuego contra Togekiss, que no consiguió reaccionar lo suficientemente rápido para evitarla y recibió el golpe directamente, aunque sin causar tanto daño como a David le habría gustado. Sin embargo, las llamas habían conseguido distraer lo suficiente al Pokémon rival como para que no contraatacara, y eso por sí solo ya era todo un logro.
60/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Había conseguido golpear a Togekiss, y pese a que no había conseguido causarle una gran cantidad de daño eso por sí solo ya era todo un triunfo. Sin embargo, David sabía que ahora el Pokémon rival seguramente sería mucho más peligroso tras recibir el primer golpe, y eso era un factor para tener en cuenta.

-¡Buen trabajo, Charizard! -le dijo David a su Pokémon para animarlo-. ¡Ahora usa Cuchillada!

Charizard rugió y se abalanzó sobre su enemigo. Al verlo acercarse, Togekiss intentó defenderse usando Viento feérrico; pero para su mala fortuna no golpeó a Charizard con la suficiente fuerza como para hacerlo desistir del ataque, mientras que el Pokémon de fuego lo golpeó fuertemente con sus garras; causándole un daño importante.
55/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Charizard había empezado a tomar ventaja contra su adversario, y aquello podía ser exactamente lo que David necesitaba para poder vencer al Togekiss y proseguir con su desafío. Claramente la batalla aún estaba lejos de acabar, pero cada paso por más pequeño que fuera lo iba acercando cada vez hacia su objetivo.

-¡Mantén el ritmo, Charizard! ¡Lo estás haciendo muy bien! -le dijo David-. ¡Usa Pirotecnia de nuevo!

Charizard disparó contra su enemigo, que esta vez logró reaccionar lo suficientemente a tiempo para atacar con Viento feérico de nuevo. Ambos ataques chocaron contra su objetivo, aunque si cabía decirlo el daño que había hecho Togekiss era ligeramente mayor.
40/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Togekiss había empezado a reaccionar en la pelea, por lo que David supo que Charizard tendría que ser mucho más precavido ahora que el Pokémon rival estaría más activo; lo que a la vez aumentaría la dificultad para poder golpearlo cómodamente y obtener la victoria de esa batalla.

-Es hora de cargar, Charizard. ¡Usa Cuchillada de nuevo!

Las garras de Charizard brillaron intensamente mientras el Pokémon se preparaba para atacar a su rival. Sin embargo, esta vez Togekiss tenía un as bajo la manga para este tipo de situaciones. Una vez que Charizard se arrojó contra su rival, el Pokémon hada uso un poderoso Corte furia que detuvo al Pokémon fuego en seco y lo arrojó contra el suelo de la pista.
20/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Una gran nube de tierra se formó en el lugar en que impactó Charizard, pero antes de que David pudiera preocuparse demasiado por su compañero el Pokémon de fuego se irguió nuevamente, herido pero dispuesto a continuar con la batalla todavía. El chico aún estaba impresionado por la forma en que Togekiss había conseguido revertir la balanza del combate con un solo ataque, pero sabía que nada estaba decidido aún.

-Sólo un poco más, Charizard. ¡Ahora usa Lanzallamas!

Charizard obedeció a su entrenador y lanzó un chorro de fuego directamente hacia Togekiss, que no consiguió evadir el ataque a tiempo como para salir indemne, pero usó Viento feérico una vez más para golpear a Charizard y hacer que David considerara que su Pokémon ya había resistido demasiado.

-Regresa, Charizard. Hiciste un gran esfuerzo, ahora tómate un descanso. ¡Ahora ve, Feraligatr!
10/60 -Cambio--->60/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

Feraligatr era uno de sus Pokémon más poderosos, por lo que para David era su mejor opción para aspirar a derrotar al Togekiss. David tuvo que reconocer que había subestimado al Pokémon hada, que ahora le demostraba estar mucho mejor entrenado de lo que había pensado al inicio.

-No importa, aún podemos ganar esta batalla. ¡Feraligatr, usa Pistola agua!

Feraligatr disparó un chorro de agua contra Togekiss, que consiguió evadirlo lo suficiente para evitar un golpe directo aunque llevándose un ligero golpe en el proceso. Entonces el Pokémon hada contraatacó con un Ataque aéreo que propinó un inmenso golpe a Feraligatr que lo dejó sin aire. No estaba resultando nada sencillo derrotar a Togekiss...
40/60

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#1 'Batalla' :


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#2 'Batalla' :

40/60
David supo que necesitaría una mejor estrategia si en verdad quería salir vencedor del combate para pasar a pelear contra Alexandra, y Togekiss no se lo estaba dejando nada fácil. La única opción que le quedaba era intentar usar un ataque de mayor poder y esperar que fuera suficiente para poder derrotar al Pokémon hada.

-¡Ya es hora de que uses todo tu poder, Feraligatr! -le dijo David a su Pokémon-. ¡Usa Hidrobomba! ¡Lo más potente que puedas!

Feraligatr estaba más que complacido en obedecer, y justo cuando Togekiss se abalanzaba en su contra para atacar con otro Ataque aéreo el Pokémon agua logró disparar un poderoso chorro de agua que golpeó con una fuerza inmensa a Togekiss; lo que acabó siendo más de lo que podía soportar y terminó con la derrota del Pokémon hada.
David dio un salto de alegría y le dio un fuerte abrazo a su Pokémon, que se dejó hacer antes de que el entrenador lo regresara a su Pokéball. Ahora ya tenía el paso libre para poder enfrentarse con la Líder; pero antes necesitaba que tanto Charizard como Feraligatr repusieran fuerzas o sabía que sus posibilidades de triunfo estarían drásticamente reducidas. Para eso necesitaba un Centro Pokémon. ¿Pero había uno allí?
David salió del hangar solo por si acaso se encontraba con algún Centro Pokémon que hubiera pasado por alto cuando entraba al Gimnasio, y para su suerte efectivamente había uno. El chico se apresuró a entrar, y tras dejar sus Pokéball para que se ocuparan de su equipo se sentó por un tiempo en un sillón que había en la sala de espera. Cuando sus Pokémon estuvieron listos y el chico se acercó al mostrador para recogerlos, se dio cuenta de que la enfermera lo miraba con una expresión un poco extraña. David no pudo evitar mirarse a sí mismo y rápidamente entendió el por qué de la mirada: estaba cubierto de polvo, los pantalones se le habían desgarrado un poco en la parte de las rodillas y tenía las manos llenas de curitas. Hubiera preferida ir al gimnasio en mejores condiciones, pero ya estaba ahí así que no había mucho por hacer realmente.
David tomó sus Pokéballs y se encaminó a paso seguro de nuevo hacia el Gimnasio, ya preparado para la batalla. Ahora que su equipo estaba listo, tenía la seguridad de que conseguiría ganar y así obtendría su Segunda Medalla...

Aquella mañana me había levantado muy temprano para ir al gimnasio, situado en Tempest City, donde tenía que preparar unas cuantas cosas antes de que llegara la tarde. Hacía una semana que me había llegado una carta donde me desafiaban para conseguir la Medalla Brisa. Indudablemente, había aceptado y enseguida había preparado las diferentes pruebas que aquel entrenador debía de pasar. En ese momento me encontraba en el campo de batalla donde se tendría que enfrentar a mi. Llevaba un rato esperando a que llegase, pero parecía que la cosa se estaba retrasando. No dejaba de mirar a las puertas y, cada vez que creía que se abrían, me ponía muy nerviosa. Se trataba de mi primer desafío como líder de gimnasio y no tenía mucha experiencia y ni sabía como tendría que hacerlo. -Espero hacerlo bien...-murmuré.

En ese momento, las grandes puertas se abrieron y pude ver como aquel entrenador se acercaba a mi. Por su aspecto, supuse que había tenido que superar todas las pruebas; parecía fuerte y decidido. Cuando subió las escaleras y se puso en su lugar del campo de batalla, procedí a hacer mi presentación. -"Bienvenido al gimnasio de tipo volador. Yo soy Alexandra Evans, la líder del gimnasio y espero que lo des todo en este combate y que sea una dura batalla. Mi táctica es el combate aéreo, así que deberás tenerlo en cuenta."

El chico parecía algo nervioso pero seguía con su mirada fija en mí. Tenía confianza en mí misma y sabía que podía ganar aquel combate. El combate estaba a punto de comenzar. Saqué la pokeball del primer pokemon que utilizaría. -¡Charizard, a combatir!-dije tirando la pokeball al aire. Miré a aquel entrenador que seguí sin hacer ningún movimiento, aun teniendo la pokeball en la mano. -Dejaré que hagas el primer movimiento-dije con una sonrisa-¡Adelante!

David volvió a cruzar la pista de acrobacias aéreas, notando que el Togekiss que había derrotado ya no se encontraba allí. ¿A dónde se podría haber ido? No recordaba haberlo visto salir mientras estaba en el Centro Pokémon, así que aún tenía que encontrarse en alguna parte del gimnasio, tal vez oculto... sin embargo; pese al misterio que le resultó el saber dónde se encontraba el Pokémon hada sabía que no tenía tiempo para buscarlo, por lo que se dirigió a paso firme hasta las puertas del gimnasio, donde sabía que lo estaban esperando.
David se detuvo en frente de las grandes puertas, tomó aire y las abrió. El interior del gimnasio tenía un espacio considerable, sin duda alguna pensado para los Pokémon voladores. Había varios rombos flotando en el aire con la ayuda de globos, aunque David ignoraba para qué servirían en el combate. Sin embargo, lo que más lo sorprendió no era el Gimnasio en sí, sino que tenía una parte especializada para que las personas pudieran ver cómo se desarrollaba el combate. Aquello lo puso algo nervioso, pues sabía que si fallaba en el combate todos los que estaban a su alrededor lo verían ser derrotado. El chico agitó levemente su cabeza para despejar su cabeza y empezó a subir las escaleras para posicionarse en la arena. Había una chica joven del otro lado de la arena, y David supuso que debía ser la Líder. Alexandra procedió a presentarse, y una vez que terminó el chico decidió que debía hacer lo propio.

-Yo soy David Hawken de Cherry Town -le dijo a su vez mientras tocaba levemente la visera de su gorra a modo de saludo mientras sonreía débilmente-. Espero que esta sea una buena batalla.

David estaba algo nervioso, pero intentó controlar sus emociones tomando una bocanada de aire. Entonces Alexandra reveló a su primer Pokémon, que para sorpresa de David resultó ser un Charizard muy parecido al suyo, solo que sin el mismo brillo de malicia y terquedad que tenían los ojos del que tenía. David tendría el privilegio de dar el primer golpe, así que rápidamente supo qué Pokémon debería usar.

-¡Adelante, Feraligatr! ¡Demuestra de qué estás hecho!

Feraligatr apareció gruñendo fuertemente, más que listo para enfrentarse al Pokémon de fuego. Tenía que aprovechar la ventaja del primer golpe al máximo, pero ya que no estaba totalmente seguro de las habilidades del Charizard enemigo supo que antes tendría que probar sus habilidades.

-¡Feraligatr, usa Pistola agua! -le ordenó David a su Pokémon, que de inmediato disparó un chorro de agua contra su rival.