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My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
3 participantes
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My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
- team utilizado:
Alexandrite era una pintoresca ciudad, de eso no tenía duda alguna ¿Qué podía decir? A diferencia de Darkdust el estar allí no le daba escalofríos o unas terribles ganas de irse del lugar. Obviamente su estilo algo… tradicional era llamativo para su vista. Elevó su rostro mirando el bello cielo azul, pudo divisar pequeñas manchas negras que se movían en el aire de forma elegante. Obviamente sabía qué la ciudad era famosa por sus habitantes no necesariamente humanos, pero aún más por la domadora de éstos. Se preguntó en su mente como se vería, seguramente debía ser una muchacha de fuerte carácter y una mirada fría (O eso era lo que suponía) de todas formas no se tardaría mucho en conocerla o eso pretendía.
Se paseó por la ciudad sin ver nada ¡Qué extraño! Por un momento había pensado que encontraría fácilmente el gimnasio, sin embargo éste no apareció en ningún minuto ¿Sería la ciudad equivocada? No, estaba segura que allí era. Siguió por la ciudad sin rumbo alguno, mientras sentía como algunas personas hablaban entre pequeños susurros a su alrededor ¿Es que tenía algo extraño? No entendía nada de esa extraña ciudad, aun que realmente no quería entender. Se acercó a un pequeño puesto que vendría comida, para por lo menos descansar un poco.
Una anciana se acercó, ofreciéndole el particular alimento el cual comió sin prestarle mucha atención. Agradeció a la mujer luego de comer sin no antes escuchar casi en un susurro “Seguramente la debe estar buscando” No entendió muy bien ¿Ella buscaba a la líder? ¿O alguien la buscaba a ella? Realmente estaban todos locos, sin embargo alguien respondería muy pronto todas sus respuestas.
Un muchacho se plantó frente a ella, mirándola muy fijamente; primeramente intentó ignorarlo, para luego notar como éste la seguía muy de cerca comenzando a molestarle a los pocos minutos.
—¿Te puedo ayudar en algo? Me has estado mirando desde hace algun rato — preguntó levantando una ceja, de forma fría… algo amenazante
—¿Qué haces aquí? No pareces una turista, después de todo no has entrado a ninguna atracción de la ciudad, sólo te estás paseando sin rumbo — contestó el chiquillo de la misma forma
—No vengo a pasear, estoy aquí por la medalla Dragón, lamentablemente no encuentro el Gimnasio — comentó como si fuese lo más normal del mundo, además quizás (por muy molesto que fuese) el muchacho le podría ayudar a encarminarla hacia su objetivo, con un poco de suerte él sabría a donde debía ir
—Ella no acepta entrenadores débiles, si quieres pelear con Marin ¡Deberás enfrentarme primero! No dejaré que le hagas perder ningún segundo — le contestó sacando una pokéball, mostrándosela como una advertencia
—No pelearé contigo niño, no vine aquí a eso, sólo quiero saber en dónde está la líder — su mirada ya no parecía serena ¡Realmente estaba comenzando a enojarse — Así que dime en dónde está el gimnasio Dragón, no me hagas perder el tiempo…
El muchacho pareció indignarse ante la respuesta de la chica, negándose a decirle en dónde estaba, seguramente no le diría hasta que lo venciera en un combate. Miró hacia todos lados, examinando a la gente la cual parecía acostumbrada a aquel espectáculo. Soltó un largo y cansado suspiro, por lo menos no tendría que vivir el mismísimo infierno para llegar a los aposentos de la doncella Dragón.
—Está bien… lucharé contigo, cuando gane me dirás en donde está ¿No? — contestó resignada, sacando una de sus pokéball
No había pensado mucho sobre el tema de a quién elegir, sin embargo de forma instintiva había tomado la pokéball del gélido ser que traía consigo. Lanzó la esfera llamando al majestuoso Eevee el cual la representaría, realmente tenía que ganar o habría perdido tiempo en estupideces.
—Glaceon, es hora de demostrarle que no vinimos aquí a jugar con chiquillos — le habló al ser de hielo, el cual lanzó un pequeño bramido al escuchar su nombre. No perdería, de eso estaba segura, más con la ventaja que tenían.
Me gustan los videojuegos y Soy
Última edición por Edea Oblige el Sáb Sep 27, 2014 10:27 pm, editado 1 vez (Razón : Agregado Team pokémon)
Edea Oblige- Entrenador
- Mensajes : 273
Fecha de inscripción : 24/02/2014
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
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-Dado de batalla-
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-Dado de batalla-
Última edición por Edea Oblige el Dom Sep 28, 2014 10:57 am, editado 2 veces
Edea Oblige- Entrenador
- Mensajes : 273
Fecha de inscripción : 24/02/2014
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Edea Oblige' ha efectuado la acción siguiente: Dados
#1 'Batalla' :
--------------------------------
#2 'Batalla' :
#1 'Batalla' :
--------------------------------
#2 'Batalla' :
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
La pelea había comenzado, sin embargo sólo el pokémon Dragón lanzó un poderoso ataque que todos observaron con atención, realmente el público debía estar esperando un gran espectáculo, más si la muchacha venía con intenciones de retar a la líder de gimnasio.
—Resístelo — ordenó la muchacha al ser de hielo el cual estiró sus patas fijándolas en el suelo
El impacto logró hacerlo retroceder un poco, sin embargo no pareció afectar mucho al Glaceon. Todos esperaron el ataque de la muchacha de largos cabellos, sin embargo ella tenía un plan mucho más estratégico que lanzar ataques a diestra y siniestra, después de todo algo le había enseñado el gimnasio anterior y era que no debía actuar sin pensar en lo que respectaba a las batallas, cada movimiento contaba para una victoria.
—¿Crees que por tener un pokémon con ventaja ganarás la batalla? — se burló el muchacho el cual se veía bastante confiado en sí mismo, seguramente que la evolución de Eevee no atacara le había hecho perder un poco el cuidado, gran error — Si tu pokémon no ataca no importa qué tan fuerte sea, no me vencerás
La muchacha sonrió al escuchar las palabras, impresionando a todos los presentes, al parecer nada era lo que ellos creían, y bien eso lo sabía la poseedora de los ojos color violeta, la cual parecía tranquila.
—Quizás deberías hablar menos y fijarte más lo que ocurre — respondió, acomodándose un mechón de cabello que caía por su hombro, era una costumbre que tenía y seguramente no la evitaría nunca — Una pelea pokémon consiste en más que atacar al enemigo, eso lo deberías tener claro
Notó como el hombre frente a ella parecía enojarse, seguramente a nadie le debía gustar quedar como un descuidado ¡Más frente a tanta gente! El cielo se nubló rápidamente, mientras las temperaturas comenzaron a bajar, todos estaban atentos a lo que ocurría.
Un pequeño copo de nieve cayó sobre la nariz del muchacho, impresionándolo. Sólo eso fue suficiente para hacer notar el plan de la mayor de las Oblige, al parecer se aseguraría de comenzar todo como correspondía.
—Granizo — escuchó decir al muchacho notando su error, realmente la chica iba en serio, de eso no había duda alguna — Maldición…
Una ráfaga helada azotó al pokémon enemigo, sabía que los Dragones no soportaban el frío por lo que poco a poco acabaría con el oscuro ser, sin embargo ella también debía hacer lo suyo ¿No?
—Glaceon ¡Sigue con Ventisca! — le ordenó al majestuoso ser, mientras éste se preparaba para lanzar su siguiente ataque el cual sería potenciado por el mismo ambiente, realmente no podían perder.
—Resístelo — ordenó la muchacha al ser de hielo el cual estiró sus patas fijándolas en el suelo
El impacto logró hacerlo retroceder un poco, sin embargo no pareció afectar mucho al Glaceon. Todos esperaron el ataque de la muchacha de largos cabellos, sin embargo ella tenía un plan mucho más estratégico que lanzar ataques a diestra y siniestra, después de todo algo le había enseñado el gimnasio anterior y era que no debía actuar sin pensar en lo que respectaba a las batallas, cada movimiento contaba para una victoria.
—¿Crees que por tener un pokémon con ventaja ganarás la batalla? — se burló el muchacho el cual se veía bastante confiado en sí mismo, seguramente que la evolución de Eevee no atacara le había hecho perder un poco el cuidado, gran error — Si tu pokémon no ataca no importa qué tan fuerte sea, no me vencerás
La muchacha sonrió al escuchar las palabras, impresionando a todos los presentes, al parecer nada era lo que ellos creían, y bien eso lo sabía la poseedora de los ojos color violeta, la cual parecía tranquila.
—Quizás deberías hablar menos y fijarte más lo que ocurre — respondió, acomodándose un mechón de cabello que caía por su hombro, era una costumbre que tenía y seguramente no la evitaría nunca — Una pelea pokémon consiste en más que atacar al enemigo, eso lo deberías tener claro
Notó como el hombre frente a ella parecía enojarse, seguramente a nadie le debía gustar quedar como un descuidado ¡Más frente a tanta gente! El cielo se nubló rápidamente, mientras las temperaturas comenzaron a bajar, todos estaban atentos a lo que ocurría.
Un pequeño copo de nieve cayó sobre la nariz del muchacho, impresionándolo. Sólo eso fue suficiente para hacer notar el plan de la mayor de las Oblige, al parecer se aseguraría de comenzar todo como correspondía.
—Granizo — escuchó decir al muchacho notando su error, realmente la chica iba en serio, de eso no había duda alguna — Maldición…
Una ráfaga helada azotó al pokémon enemigo, sabía que los Dragones no soportaban el frío por lo que poco a poco acabaría con el oscuro ser, sin embargo ella también debía hacer lo suyo ¿No?
—Glaceon ¡Sigue con Ventisca! — le ordenó al majestuoso ser, mientras éste se preparaba para lanzar su siguiente ataque el cual sería potenciado por el mismo ambiente, realmente no podían perder.
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Edea Oblige- Entrenador
- Mensajes : 273
Fecha de inscripción : 24/02/2014
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Edea Oblige' ha efectuado la acción siguiente: Dados
#1 'Batalla' :
--------------------------------
#2 'Batalla' :
#1 'Batalla' :
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#2 'Batalla' :
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El ser de hielo levantó su cabeza mientras parecía pedirle al cielo que su ataque fuese potenciado por la naturaleza. El viento se meció mientras el ser de hielo soltaba un gemido suave que incrementaba en volumen a cada segundo que pasaba. Se quedó quieta mirando todo el espectáculo mientras su compañera seguía preparando el ataque, el frío parecía calarle hasta los huesos, causándole un pequeño malestar en sus piernas (las cuales eran las únicas expuestas), a pesar de eso le gustaba el aire fresco, seguramente porque aquel suave dolor venía acompañado con una excelente vista.
Pudo notar como el muchacho que sería su rival hasta el final de la pelea parecía algo fuera de sus cabales, lo podía ver en sus ojos. Rojo de ira (y quizás con algo de vergüenza) la miró dispuesto a acabar con su pokémon, esta sería una pelea intensa, eso lo tenía claro.
—No dejaré que me acabes así de fácil — habló en un grito con su voz algo chillona, demostrando que realmente estaba dudando de sí mismo, seguramente no le debía ocurrir mucho aquellos percances
¿Cuántos entrenadores se darían por vencidos sin siquiera llegar a aquella etapa? No lo sabía pero suponía que debía ser una buena cantidad, el muchacho no estaba tan acostumbrado a pelear como ella creía. Notó como el Dragón enemigo soltaba un gruñido hacia su persona, para luego mirar a su entrenador, era obvio que no se darían por vencidos tan rápidamente, ninguno de los peleadores lo haría, por algo estaban allí.
—¡Pulso Dragón! — bramó el muchacho mientras Edea notaba como Glaceon aun no estaba lista con su ataque ¿Qué debía hacer? Simplemente confiaría
Una ráfaga morada se dirigió hacia su pokémon el cual notando la situación pareció acelerar el ataque, no tardó mucho para lanzar una ráfaga que chocó contra el ataque enemigo, soltando una pequeña explosión que dañó a ambos seres.
Sabía que los ataques enemigos eran más fuertes, después de todo el chico estaba fuera de quicio y usualmente esos sentimientos traían consigo una fuerza inexplicable, que era sumamente destructiva.
La chica de cabello violeta se tapó los ojos, mientras estaba preocupada por su pokémon ¿Cómo estaría? Los segundos pasaron y con ello la pequeña capa de polvo que cubría el escenario de la pelea. Ambos pokémon parecían estar dispuestos a acabar con el otro, sin importar qué.
—Bien Glaceon, no nos daremos por vencidas — le habló con fuerza, entregándole confianza a su compañera — ¡Doble equipo!
El pokémon sabía que vendría, por lo que comenzó a correr, creando múltiples copias de sí mismo, así tendría posibilidades de acertar con más precisión. Cuando estuvo lo suficientemente cerca escuchó la siguiente orden de la chica.
—¡Rayo hielo! — ordenó mientras el Glaceon daba un salto hacia arriba dispuesta a seguir con la pelea.
Pudo notar como el muchacho que sería su rival hasta el final de la pelea parecía algo fuera de sus cabales, lo podía ver en sus ojos. Rojo de ira (y quizás con algo de vergüenza) la miró dispuesto a acabar con su pokémon, esta sería una pelea intensa, eso lo tenía claro.
—No dejaré que me acabes así de fácil — habló en un grito con su voz algo chillona, demostrando que realmente estaba dudando de sí mismo, seguramente no le debía ocurrir mucho aquellos percances
¿Cuántos entrenadores se darían por vencidos sin siquiera llegar a aquella etapa? No lo sabía pero suponía que debía ser una buena cantidad, el muchacho no estaba tan acostumbrado a pelear como ella creía. Notó como el Dragón enemigo soltaba un gruñido hacia su persona, para luego mirar a su entrenador, era obvio que no se darían por vencidos tan rápidamente, ninguno de los peleadores lo haría, por algo estaban allí.
—¡Pulso Dragón! — bramó el muchacho mientras Edea notaba como Glaceon aun no estaba lista con su ataque ¿Qué debía hacer? Simplemente confiaría
Una ráfaga morada se dirigió hacia su pokémon el cual notando la situación pareció acelerar el ataque, no tardó mucho para lanzar una ráfaga que chocó contra el ataque enemigo, soltando una pequeña explosión que dañó a ambos seres.
Sabía que los ataques enemigos eran más fuertes, después de todo el chico estaba fuera de quicio y usualmente esos sentimientos traían consigo una fuerza inexplicable, que era sumamente destructiva.
La chica de cabello violeta se tapó los ojos, mientras estaba preocupada por su pokémon ¿Cómo estaría? Los segundos pasaron y con ello la pequeña capa de polvo que cubría el escenario de la pelea. Ambos pokémon parecían estar dispuestos a acabar con el otro, sin importar qué.
—Bien Glaceon, no nos daremos por vencidas — le habló con fuerza, entregándole confianza a su compañera — ¡Doble equipo!
El pokémon sabía que vendría, por lo que comenzó a correr, creando múltiples copias de sí mismo, así tendría posibilidades de acertar con más precisión. Cuando estuvo lo suficientemente cerca escuchó la siguiente orden de la chica.
—¡Rayo hielo! — ordenó mientras el Glaceon daba un salto hacia arriba dispuesta a seguir con la pelea.
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Edea Oblige- Entrenador
- Mensajes : 273
Fecha de inscripción : 24/02/2014
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Edea Oblige' ha efectuado la acción siguiente: Dados
#1 'Batalla' :
--------------------------------
#2 'Batalla' :
#1 'Batalla' :
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#2 'Batalla' :
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
Todas las copias de Glaceon saltaron al mismo tiempo confundiendo al pokémon enemigo, al cual no le quedó otra que lanzar un ataque menos local, debía encontrar al verdadero, lamentablemente para él era muy tarde, por lo que una onda expansiva buscó al verdadero. Debían aprovechar que el pokémon comenzaba a entrar en pánico, no podían perder el tiempo.
Vio como varios rayos de color celeste salieron disparados hacia el Dragón, impactándole de lleno, haciéndole soltar un pequeño gemido de dolor, realmente la pelea se estaba tornando hacia su favor, no sabía cómo terminaría pero algo le decía que la suerte estaba de su lado y no la dejaría escapar tan fácilmente.
La evolución de Deino se levantó a penas, mostrando pistas de cansancio. Grandes y agitadas bocanadas de aire demostraban que el cansancio se estaba apoderando de él, además que poco a poco el muchacho parecía perder las esperanzas de ganar la batalla, al parecer Edea sí podía ser digna de enfrentarse a la gran Doncella Dragón. La multitud comenzó a hablar en susurros sobre la pelea, molestando a la muchacha de cabellos violetas, algo que odiaba era que hicieran eso por lo que con mala gana intentó ignorarlos, la pelea era mucho más importante.
—Aun no nos daremos por vencidos… — habló en un susurro, mientras escondía sus ojos de la mayor de las Oblige, realmente debía estar perdiendo las esperanzas, su tono de voz lo delataba — Vamos amigo
—No suenas muy convencido — respondió la muchacha ante el poco ánimo del chico — Pensé que eras aquel que cuidaba de la princesa… Al parecer yo tendré que ser el caballero que llegue a la torre custodiada por el Dragón para salvarla
Sabía que lo estaba provocando y realmente poco le importaba, sin embargo sus palabras parecieron darle un poco mas de coraje al muchacho, después de todo él cuidaba de la chica ¡No se daría por vencido! Edea soltó una suave sonrisa, mientras un bufido se escapaba de sus labios.
—Terminemos con esto ¡Glaceon! — le habló escuchando como el enemigo también le comenzaba a dar indicaciones a su pokémon — Demos todo hasta el final ¡Vamos!
Ambos entrenadores se sonrieron, después de todo a pesar de las circunstancias había sido divertido el enfrentarse. Edea miró la situación inspeccionándola, aun quedaban algunas copias de Glaceon, daría su golpe final jugándosela al todo o nada.
El pokémon de hielo corrió hacia el enemigo, el cual estaba preparado para lanzar su último ataque, ambos seguros de sus entrenadores acatarían todo lo que les indicaran. Glaceon se acercó peligrosamente exponiéndose, sin embargo necesitaba estar más cerca, cuando lo estuvo finalmente la chica le dio una indicación.
—¡Vaho Gélido! — ordenó mientras todos los Glaceon (los cuales habían rodeado al Dragón) soltaron una brisa helada que traía consigo neblina y trozos de hielo ¿Sería este el final?
Vio como varios rayos de color celeste salieron disparados hacia el Dragón, impactándole de lleno, haciéndole soltar un pequeño gemido de dolor, realmente la pelea se estaba tornando hacia su favor, no sabía cómo terminaría pero algo le decía que la suerte estaba de su lado y no la dejaría escapar tan fácilmente.
La evolución de Deino se levantó a penas, mostrando pistas de cansancio. Grandes y agitadas bocanadas de aire demostraban que el cansancio se estaba apoderando de él, además que poco a poco el muchacho parecía perder las esperanzas de ganar la batalla, al parecer Edea sí podía ser digna de enfrentarse a la gran Doncella Dragón. La multitud comenzó a hablar en susurros sobre la pelea, molestando a la muchacha de cabellos violetas, algo que odiaba era que hicieran eso por lo que con mala gana intentó ignorarlos, la pelea era mucho más importante.
—Aun no nos daremos por vencidos… — habló en un susurro, mientras escondía sus ojos de la mayor de las Oblige, realmente debía estar perdiendo las esperanzas, su tono de voz lo delataba — Vamos amigo
—No suenas muy convencido — respondió la muchacha ante el poco ánimo del chico — Pensé que eras aquel que cuidaba de la princesa… Al parecer yo tendré que ser el caballero que llegue a la torre custodiada por el Dragón para salvarla
Sabía que lo estaba provocando y realmente poco le importaba, sin embargo sus palabras parecieron darle un poco mas de coraje al muchacho, después de todo él cuidaba de la chica ¡No se daría por vencido! Edea soltó una suave sonrisa, mientras un bufido se escapaba de sus labios.
—Terminemos con esto ¡Glaceon! — le habló escuchando como el enemigo también le comenzaba a dar indicaciones a su pokémon — Demos todo hasta el final ¡Vamos!
Ambos entrenadores se sonrieron, después de todo a pesar de las circunstancias había sido divertido el enfrentarse. Edea miró la situación inspeccionándola, aun quedaban algunas copias de Glaceon, daría su golpe final jugándosela al todo o nada.
El pokémon de hielo corrió hacia el enemigo, el cual estaba preparado para lanzar su último ataque, ambos seguros de sus entrenadores acatarían todo lo que les indicaran. Glaceon se acercó peligrosamente exponiéndose, sin embargo necesitaba estar más cerca, cuando lo estuvo finalmente la chica le dio una indicación.
—¡Vaho Gélido! — ordenó mientras todos los Glaceon (los cuales habían rodeado al Dragón) soltaron una brisa helada que traía consigo neblina y trozos de hielo ¿Sería este el final?
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Edea Oblige- Entrenador
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Fecha de inscripción : 24/02/2014
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Edea Oblige' ha efectuado la acción siguiente: Dados
#1 'Batalla' :
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#2 'Batalla' :
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#2 'Batalla' :
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
¡Prueba Superada!
Puedes continuar con el siguiente reto ¡Suerte!
Puedes continuar con el siguiente reto ¡Suerte!
Marin Le'Blanc- Líder de Gimnasio
- Mensajes : 345
Fecha de inscripción : 19/04/2014
Edad : 28
Localización : En donde tú no estás ( ☌ω☌)ジ
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
Los trozos de hielo hicieron soltar un chillido al pokémon, el cual todos quedaron viendo con atención, realmente era un espectáculo. El silencio reinó el lugar, mientras ambos pokémon se miraban seriamente ¿Qué sucedería? El pokémon dragón pareció tambalearse sin poder hacer nada más, para luego caer al suelo. El silencio fue amo y rey por unos pocos segundos, para que luego la multitud soltara una gran ovación a la muchacha. Ambos muchachos se sonrieron, mientras la gente parecía animarse por tal pelea. Edea se acercó al chico, para estrecharle la mano, aun que primeramente no había querido pelear con él… ahora no se arrepentía ni un poco.
—Buena pelea — habló ella con una voz calmada, mientras veía como unos niños se acercaban a Glaceon para hacerle cariño y mimarlo un poco — Ha sido realmente difícil…
El chico soltó un suspiro, para luego sonreírle de igual manera sintiéndose algo avergonzado por su actitud hacia la chica, después de todo había demostrado que ella era digna de enfrentarse a la Líder o por lo menos pasar a la siguiente prueba, que la joven debía enfrenar.
Escuchó una voz suave a la distancia que chillaba una palabra que ella conocía de cierta forma, y que en parte le causaba cierta nostalgia ¿Qué estaría haciendo ella? Seguramente se divertía, después de todo Agnes solía desbordar energía, a veces se reía pensando que la menor poseía toda la alegría que a ella le faltaba.
—¡Hermano! — se quejó la pequeña para luego ver a Edea hacia arriba, al parecer no era la primera vez que ocurría esto — Disculpa a mi hermano ¡Es un Bobo! Se pone como loco cuando ve entrenadores que quieren retar a la líder
—No te preocupes — contestó suavemente mientras se llevaba una mano hacia la cintura, realmente no podía ser grosera con una niña, su lado de hermana mayor salía a flote — Ha sido… divertido
La pequeña soltó una risita, mientras veía como el Glaceon se acercaba a donde su entrenadora, siendo guardado casi de inmediato, merecía descansar luego de tal espectáculo. A pesar que todo había terminado no tenía ni la menor idea a dónde ir ¿Qué haría hora?
—¿Qué te parece que si como disculpas te llevo hacia en donde se encuentra el Gimnasio Dragón? — preguntó inocentemente la muchachita —Te advierto que llegar allí no es fácil… aun que realmente es mejor que lo vivas por ti misma
Edea simplemente asintió haciendo a la chiquilla soltar una risita suave, para luego tomarle la mano y llevársela en contra su voluntad hacia un camino desconocido ¿Llegaría? Suponía que sí. La siguió en silencio hasta llegar a un bosque, pensó que quizás la estaba llevando hacia otro lugar, sin embargo los niños no mentían ¿No? Subió escaleras, no sabía cuántas llevaba ni cuánto tiempo había pasado, pero se sentía infinito. Maldijo por lo bajo su suerte, mientras su cuerpo pedía un descanso de forma urgente.
La niña paró en seco, mirándola seriamente, al parecer algo ocurría y no era el posible desmayo por su falta de aire.
—Te dejaré hasta aquí — comentó mientras las escaleras continuaban — Sólo debes seguir un poco más y lo podrás ver ¡Buena suerte!
No tuvo ni tiempo para despedirse cuando la chica desapareció bajando las escaleras. Edea por su parte se sentó unos segundos, necesitaba un descanso urgente. Ya lista siguió el camino, mientras todos sus músculos se quejaban constantemente. Cuando pudo divisar que las escaleras terminaban apuró el paso, terminando finalmente el infierno.
Sus ojos se abrieron encontrándose un imponente escenario, realmente el gimnasio Dragón era algo completamente distinto a lo que estaba acostumbrada, olvidando por completo el dolor siguió su camino ¡No tenía tiempo que perder! Cruzó el puente, adentrándose aquel castillo.
Miró con atención cada detalle, era un lugar que no se podía ver todos los días. No pudo evitar soltar un chillido al escuchar una voz detrás de ella, por un segundo había pensado que no se encontraba nadie en el lugar.
—Bienvenida, entrenadora — se presentó un joven — Supongo por qué estás aquí, para llegar a donde deseas tendrás que… volar hasta allí
La muchacha levantó una ceja incrédula, realmente no sonaba muy difícil. Siguió de cerca a el anfitrión hasta que llegaron a una especie de ventanal enorme. Sobre sus cabezas un montón de Dragones se paseaban, mostrando su imponente vuelo. Unos cuantos parecieron aterrizar en aquel lugar, como si inspeccionaran a la muchacha con atención ¿Es que era tan raro que estuviese allí? Soltó un bufido mientras hacía un ademán de sacar a uno de sus pokémon, sólo debía volar ¿No?
—Deberás llegar sobre uno de los Dragones — habló el muchacho lo suficientemente fuerte como para que todos escucharan — No puedes usar uno de tus pokémon, después de todo ellos no saben cómo llegar a donde la Líder está
Soltó un pesado suspiro, mientras descartaba a Togekiss de forma inmediata, al parecer estaba obligada a seguir el juego de la doncella. Frunció el ceño mientras veía a todos los especímenes posibles. Casi de forma inmediata pensó en Altaria, seguramente ir sobre uno sería bastante fácil. Se acercó a los Dragones, observando como todos parecían huir de ella… menos uno: Salamence.
Resignada se acercó a éste, viéndolo con atención. Pudo escuchar un gruñido por parte del ser bicolor, seguramente si no tenía cuidado tendría que decirle adiós a uno de sus brazos.
—¡Vaya! Salamence no se presenta ante todos los entrenadores, ahora que lo pienso… no recuerdo si alguien ha podido llegar sobre él — comentó el muchacho impresionado — Supongo que mi trabajo ya está hecho ¡Suerte!
Soltó un suspiro para luego levantar los brazos como si le indicara que ella era inofensiva, seguramente de esa forma entendería que sólo quería llegar a la siguiente prueba, nada más. Lo miró a los ojos, segura de sí misma, no podía mostrar que tenía miedo o sólo lograría que la atacara.
—Entrenadora — habló una voz lenta y ronca por parte del Dragón — ¿Te crees merecedora de que te lleve sobre mi lomo? Todos los humanos chillan como si de bebés fuesen al surcar los cielos, mejor resígnate
—No he llegado tan lejos para irme — habló segura de sí misma, algo conmocionada por el hecho que el pokémon hablara… aun que no sería la primera vez que escuchaba uno — Así que por favor, enséñame el camino
—Te dejaré subir, sin embargo no te aseguro que llegues — habló mirándola con superioridad — Además que en cualquier momento puedes retirarte con uno de tus compañeros, no sería la primera vez
La muchacha se subió al lomo del azul ser, mientras éste se mantenía firme como una roca. Pudo sentir su piel escamosa, mientras se aferraba firmemente al cuello del pokémon ¿Realmente haría aquello? Le tenía cierto pavor a las alturas y sabía que estaba bastante alto ¿Y si caía? Seguramente sería su fin.
Tragó saliva mientras sentía como el Dragón comenzaba a caminar hacia la orilla, ya lo suficientemente cerca movió sus alas, elevándose en el aire. Pudo sentir como su cabello se movía de un lado a otro, mientras su vista veía hacia abajo, realmente estaban a buena altura.
En un comienzo el viaje pareció ser tranquilo, sin embargo sabía que nada sería de esa forma, seguramente la estaban probando, como aquel muchacho en el pueblo, pero de una manera muy diferente. La briza del viento pareció convertirse en una ráfaga mientras tomaban velocidad, su estómago se revolvió al pensar que simplemente estaba aferrada al pokémon sin seguridad alguna.
—Aun puedo regresar al castillo— habló el Dragón — Desde ahora el viaje será algo más… extremo, para ti, claro está
La muchacha no dijo nada, simplemente se aferró con más fuerza al cuello del mítico ser, no podía hablar o seguramente no saldrían nada más que pequeños chillidos. El reptil apresuró el vuelo, batiendo fuertemente las alas, pudo ver como se dirigían hacia un acantilado. Con gracia y facilidad se adentró por una cueva, esquivando las rocas y provocando un fuerte zumbido en los oídos de la chica.
Tenía miedo, en realidad tenía más que eso, sin embargo éste se intensificó cuando vio que debían pasar por un pequeño agujero ¿Podrían? Requería mucha destreza lograrlo, seguramente un movimiento en falso y ambos no serían más que puré…
—Prepárate, niña — le ordenó, mientras ella cerraba los ojos
El pokémon giró quedando Edea de cabeza, realmente no había entendido el por qué, sin embargo sintió como sus manos resbalaban poco a poco: quería tirarla.
—¡No caeré! — le contestó la muchacha, aferrándose por su vida a aquel ser — No me daré por vencida por este pequeño inconveniente
Cerró sus ojos, mientras le rogaba a Arceus que la tortura terminara pronto, seguramente no podría aguantar todo el camino de esa manera. Otro zumbido sonó, mientras una luz se presentaba sobre sus ojos, abrió uno de sus orbes, encontrándose que habían salido de tal peligro.
—Pensé que te desmayarías — le contestó el poseedor de la cola ya con un ritmo más calmado — Pero supongo que lo has logrado con algo de suerte
—Ha sido más que suerte ¡Ahora deja de jugar y llévame hacia el Gimnasio! — le contestó enojada la chica agarrada por su vida
—Sus deseos son órdenes — le contestó, soltando una pequeña risa — Prepárate
El pokémon comenzó a bajar, en un principio con poca inclinación, pero al pasar los segundos ésta pareció cambiar, casi bajando en picaba. Edea por su parte lanzó un chillido al ver como el volador se dejaba caer de tantos metros. Le faltaba el aire, realmente no podía respirar ni hacer nada. Por un segundo pensó que la fuerza producida por el rose del aire la obligaría a soltarse… ¡Pero estaba tan cerca! No podía darse por vencida.
—Aun puedes huir con tu pokémon — el ser comentó como si no estuviesen dirigiéndose directamente al suelo ¡Se estrellarían!
—¡NO! — gritó, aferrándose con su vida, mientras algo dentro de ella sentía como poco a poco se desvanecía — Ya te dije que no me daré por vencida
Unos metros antes de tocar el suelo el pokémon se detuvo, cayendo como si de una pluma se tratase, lentamente como si de una pluma fuese. Ya no tenía fuerzas, seguramente si el pokémon hacía otra de sus jugarretas entonces ella no lo soportaría, más bien su cuerpo no lo haría. Visualizó el gimnasio mientras el pokémon se acercaba a éste en un vuelo tranquilo, al parecer la pesadilla había terminado.
Cuando finalmente tocó tierra se dejó caer casi en un desmayo, pudo escuchar una risa tras ella.
—Hace tiempo que no me divertía así — habló el cuadrúpedo — Has demostrado merecer estar aquí, lamentablemente me he de ir, mucha suerte en tu viaje, espero poder encontrarnos nuevamente…
La chica lo miró de reojo, sonriéndole, al parecer había pasado las pruebas (con un infarto) pero lo había logrado, miró hacia la puerta, levantándose, agradeciendo que estaba en tierra. Un letrero le llamó la atención haciéndola sonreír, al parecer había llegado.
—Buena pelea — habló ella con una voz calmada, mientras veía como unos niños se acercaban a Glaceon para hacerle cariño y mimarlo un poco — Ha sido realmente difícil…
El chico soltó un suspiro, para luego sonreírle de igual manera sintiéndose algo avergonzado por su actitud hacia la chica, después de todo había demostrado que ella era digna de enfrentarse a la Líder o por lo menos pasar a la siguiente prueba, que la joven debía enfrenar.
Escuchó una voz suave a la distancia que chillaba una palabra que ella conocía de cierta forma, y que en parte le causaba cierta nostalgia ¿Qué estaría haciendo ella? Seguramente se divertía, después de todo Agnes solía desbordar energía, a veces se reía pensando que la menor poseía toda la alegría que a ella le faltaba.
—¡Hermano! — se quejó la pequeña para luego ver a Edea hacia arriba, al parecer no era la primera vez que ocurría esto — Disculpa a mi hermano ¡Es un Bobo! Se pone como loco cuando ve entrenadores que quieren retar a la líder
—No te preocupes — contestó suavemente mientras se llevaba una mano hacia la cintura, realmente no podía ser grosera con una niña, su lado de hermana mayor salía a flote — Ha sido… divertido
La pequeña soltó una risita, mientras veía como el Glaceon se acercaba a donde su entrenadora, siendo guardado casi de inmediato, merecía descansar luego de tal espectáculo. A pesar que todo había terminado no tenía ni la menor idea a dónde ir ¿Qué haría hora?
—¿Qué te parece que si como disculpas te llevo hacia en donde se encuentra el Gimnasio Dragón? — preguntó inocentemente la muchachita —Te advierto que llegar allí no es fácil… aun que realmente es mejor que lo vivas por ti misma
Edea simplemente asintió haciendo a la chiquilla soltar una risita suave, para luego tomarle la mano y llevársela en contra su voluntad hacia un camino desconocido ¿Llegaría? Suponía que sí. La siguió en silencio hasta llegar a un bosque, pensó que quizás la estaba llevando hacia otro lugar, sin embargo los niños no mentían ¿No? Subió escaleras, no sabía cuántas llevaba ni cuánto tiempo había pasado, pero se sentía infinito. Maldijo por lo bajo su suerte, mientras su cuerpo pedía un descanso de forma urgente.
La niña paró en seco, mirándola seriamente, al parecer algo ocurría y no era el posible desmayo por su falta de aire.
—Te dejaré hasta aquí — comentó mientras las escaleras continuaban — Sólo debes seguir un poco más y lo podrás ver ¡Buena suerte!
No tuvo ni tiempo para despedirse cuando la chica desapareció bajando las escaleras. Edea por su parte se sentó unos segundos, necesitaba un descanso urgente. Ya lista siguió el camino, mientras todos sus músculos se quejaban constantemente. Cuando pudo divisar que las escaleras terminaban apuró el paso, terminando finalmente el infierno.
Sus ojos se abrieron encontrándose un imponente escenario, realmente el gimnasio Dragón era algo completamente distinto a lo que estaba acostumbrada, olvidando por completo el dolor siguió su camino ¡No tenía tiempo que perder! Cruzó el puente, adentrándose aquel castillo.
Miró con atención cada detalle, era un lugar que no se podía ver todos los días. No pudo evitar soltar un chillido al escuchar una voz detrás de ella, por un segundo había pensado que no se encontraba nadie en el lugar.
—Bienvenida, entrenadora — se presentó un joven — Supongo por qué estás aquí, para llegar a donde deseas tendrás que… volar hasta allí
La muchacha levantó una ceja incrédula, realmente no sonaba muy difícil. Siguió de cerca a el anfitrión hasta que llegaron a una especie de ventanal enorme. Sobre sus cabezas un montón de Dragones se paseaban, mostrando su imponente vuelo. Unos cuantos parecieron aterrizar en aquel lugar, como si inspeccionaran a la muchacha con atención ¿Es que era tan raro que estuviese allí? Soltó un bufido mientras hacía un ademán de sacar a uno de sus pokémon, sólo debía volar ¿No?
—Deberás llegar sobre uno de los Dragones — habló el muchacho lo suficientemente fuerte como para que todos escucharan — No puedes usar uno de tus pokémon, después de todo ellos no saben cómo llegar a donde la Líder está
Soltó un pesado suspiro, mientras descartaba a Togekiss de forma inmediata, al parecer estaba obligada a seguir el juego de la doncella. Frunció el ceño mientras veía a todos los especímenes posibles. Casi de forma inmediata pensó en Altaria, seguramente ir sobre uno sería bastante fácil. Se acercó a los Dragones, observando como todos parecían huir de ella… menos uno: Salamence.
Resignada se acercó a éste, viéndolo con atención. Pudo escuchar un gruñido por parte del ser bicolor, seguramente si no tenía cuidado tendría que decirle adiós a uno de sus brazos.
—¡Vaya! Salamence no se presenta ante todos los entrenadores, ahora que lo pienso… no recuerdo si alguien ha podido llegar sobre él — comentó el muchacho impresionado — Supongo que mi trabajo ya está hecho ¡Suerte!
Soltó un suspiro para luego levantar los brazos como si le indicara que ella era inofensiva, seguramente de esa forma entendería que sólo quería llegar a la siguiente prueba, nada más. Lo miró a los ojos, segura de sí misma, no podía mostrar que tenía miedo o sólo lograría que la atacara.
—Entrenadora — habló una voz lenta y ronca por parte del Dragón — ¿Te crees merecedora de que te lleve sobre mi lomo? Todos los humanos chillan como si de bebés fuesen al surcar los cielos, mejor resígnate
—No he llegado tan lejos para irme — habló segura de sí misma, algo conmocionada por el hecho que el pokémon hablara… aun que no sería la primera vez que escuchaba uno — Así que por favor, enséñame el camino
—Te dejaré subir, sin embargo no te aseguro que llegues — habló mirándola con superioridad — Además que en cualquier momento puedes retirarte con uno de tus compañeros, no sería la primera vez
La muchacha se subió al lomo del azul ser, mientras éste se mantenía firme como una roca. Pudo sentir su piel escamosa, mientras se aferraba firmemente al cuello del pokémon ¿Realmente haría aquello? Le tenía cierto pavor a las alturas y sabía que estaba bastante alto ¿Y si caía? Seguramente sería su fin.
Tragó saliva mientras sentía como el Dragón comenzaba a caminar hacia la orilla, ya lo suficientemente cerca movió sus alas, elevándose en el aire. Pudo sentir como su cabello se movía de un lado a otro, mientras su vista veía hacia abajo, realmente estaban a buena altura.
En un comienzo el viaje pareció ser tranquilo, sin embargo sabía que nada sería de esa forma, seguramente la estaban probando, como aquel muchacho en el pueblo, pero de una manera muy diferente. La briza del viento pareció convertirse en una ráfaga mientras tomaban velocidad, su estómago se revolvió al pensar que simplemente estaba aferrada al pokémon sin seguridad alguna.
—Aun puedo regresar al castillo— habló el Dragón — Desde ahora el viaje será algo más… extremo, para ti, claro está
La muchacha no dijo nada, simplemente se aferró con más fuerza al cuello del mítico ser, no podía hablar o seguramente no saldrían nada más que pequeños chillidos. El reptil apresuró el vuelo, batiendo fuertemente las alas, pudo ver como se dirigían hacia un acantilado. Con gracia y facilidad se adentró por una cueva, esquivando las rocas y provocando un fuerte zumbido en los oídos de la chica.
Tenía miedo, en realidad tenía más que eso, sin embargo éste se intensificó cuando vio que debían pasar por un pequeño agujero ¿Podrían? Requería mucha destreza lograrlo, seguramente un movimiento en falso y ambos no serían más que puré…
—Prepárate, niña — le ordenó, mientras ella cerraba los ojos
El pokémon giró quedando Edea de cabeza, realmente no había entendido el por qué, sin embargo sintió como sus manos resbalaban poco a poco: quería tirarla.
—¡No caeré! — le contestó la muchacha, aferrándose por su vida a aquel ser — No me daré por vencida por este pequeño inconveniente
Cerró sus ojos, mientras le rogaba a Arceus que la tortura terminara pronto, seguramente no podría aguantar todo el camino de esa manera. Otro zumbido sonó, mientras una luz se presentaba sobre sus ojos, abrió uno de sus orbes, encontrándose que habían salido de tal peligro.
—Pensé que te desmayarías — le contestó el poseedor de la cola ya con un ritmo más calmado — Pero supongo que lo has logrado con algo de suerte
—Ha sido más que suerte ¡Ahora deja de jugar y llévame hacia el Gimnasio! — le contestó enojada la chica agarrada por su vida
—Sus deseos son órdenes — le contestó, soltando una pequeña risa — Prepárate
El pokémon comenzó a bajar, en un principio con poca inclinación, pero al pasar los segundos ésta pareció cambiar, casi bajando en picaba. Edea por su parte lanzó un chillido al ver como el volador se dejaba caer de tantos metros. Le faltaba el aire, realmente no podía respirar ni hacer nada. Por un segundo pensó que la fuerza producida por el rose del aire la obligaría a soltarse… ¡Pero estaba tan cerca! No podía darse por vencida.
—Aun puedes huir con tu pokémon — el ser comentó como si no estuviesen dirigiéndose directamente al suelo ¡Se estrellarían!
—¡NO! — gritó, aferrándose con su vida, mientras algo dentro de ella sentía como poco a poco se desvanecía — Ya te dije que no me daré por vencida
Unos metros antes de tocar el suelo el pokémon se detuvo, cayendo como si de una pluma se tratase, lentamente como si de una pluma fuese. Ya no tenía fuerzas, seguramente si el pokémon hacía otra de sus jugarretas entonces ella no lo soportaría, más bien su cuerpo no lo haría. Visualizó el gimnasio mientras el pokémon se acercaba a éste en un vuelo tranquilo, al parecer la pesadilla había terminado.
Cuando finalmente tocó tierra se dejó caer casi en un desmayo, pudo escuchar una risa tras ella.
—Hace tiempo que no me divertía así — habló el cuadrúpedo — Has demostrado merecer estar aquí, lamentablemente me he de ir, mucha suerte en tu viaje, espero poder encontrarnos nuevamente…
La chica lo miró de reojo, sonriéndole, al parecer había pasado las pruebas (con un infarto) pero lo había logrado, miró hacia la puerta, levantándose, agradeciendo que estaba en tierra. Un letrero le llamó la atención haciéndola sonreír, al parecer había llegado.
Edea Oblige- Entrenador
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Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
¡Prueba superada con éxito!
Me ha gustado bastante, realmente sentí la diversión del dragón al torturarte(?) xDDDD. ¡Espero tu siguiente prueba! Como hemos hablado anteriormente, se te dará una semana para terminar el tercer reto.
Me ha gustado bastante, realmente sentí la diversión del dragón al torturarte(?) xDDDD. ¡Espero tu siguiente prueba! Como hemos hablado anteriormente, se te dará una semana para terminar el tercer reto.
Marin Le'Blanc- Líder de Gimnasio
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Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
Leyó el letrero y sonrió complacida, realmente estaba por llegar al punto final, una parte estaba esperanzada de lograrlo fácilmente, sin embargo otra quería descansar unos minutos, luego de tal aventura tan extrema su corazón (y sus piernas) necesitaban un descanso ¡Aun las sentía como gelatinas! Se sentó sobre el suelo mirando el cartel y leyéndolo una y otra vez, estaba claro lo que debía hacer, sin embargo no cómo.
"¡Bienvenido, Retador o Retadora! Estás en medio de la prueba final. Lo único que debes hacer ahora, es... buscarme"
Qué tan difícil podía ser eso, no le parecía mucho a simple vista, sin embargo todas las pruebas para llegar al final… habían sido igual de duras, la líder debía ser una experta en tortura para hacerla vivir aquello. Tomó un poco de agua, mientras comía una merienda ¡Debía recuperar sus fuerzas! Además que el viaje le había quitado muchas de las energías.
Cuando finalmente terminó, se levantó del suelo limpiando sus ropas, para luego soltar un suspiro, debía continuar se travesía. ¿Sólo debía buscarla? Qué tan difícil podía ser, se preguntaba una y otra vez, como si fuese un canto especial que la calmaba.
Pasó por la enorme puerta hacia un largo pasillo que se extendía hacia ambos lados ¿Hacía donde tendría que ir? Frunció ligeramente el ceño mientras pensaba sensatamente, seguramente el lugar debía ser inmenso para obligarla a buscarla de esa manera ¡Maldición! ¿Por qué no simplemente aparecía? Los líderes estaban todos locos, de eso no tenía duda alguna.
—Veamos… ¿Qué tan dificil puede ser? Simplemente tengo que buscarla, después de lo que ha pasado parece un pequeño paseo por el parque — se preguntó hacia donde, tomando el camino hacia la derecha — Es una broma… es imposible ¿Qué?
Muchísimas puertas, una al lado de la otra aparecían, realmente tendría que ir una por una abriéndola, además si consideraba que estaba yendo hacia el lado contrario… se tardaría un siglo. Sin perder el tiempo comenzó a abrir una puerta detrás de la otra para luego cerrarlas, eran cuartos normales que tenían cosas dentro, una gran variedad de cosas la verdad.
Abrió una rápidamente, notando como un pasillo se extendía al igual que este ¡¿Es que era un laberinto?! No lo podía creer, seguramente esa era la razón por la cual muchos solían darse por vencidos en la misma prueba ¿Sería posible? No tenía todo el tiempo, ni los recursos para mantenerse allí por mucho, debía darse prisa.
Dejó la puerta abierta para no perderse, revisando las que le seguían de forma rápida. Se podía escuchar un eco de puertas siendo cerradas, como si de un ritmo fuese. Al parecer aquello estaba colmando la paciencia de la muchacha, la cual no sabía hacia dónde ir.
—Por qué te escondes — habló al aire, como si fueses la líder — Deberías estar esperándome… ¡Maldición! Primero está el rubio que me hace ver fantasmas y ahora tengo que buscar a alguien en un montón de cuartos ¡¿Todos los líderes estarán locos?!
Estaba perdiendo la paciencia y con ello su quicio, seguramente se volvería loca si seguía así por un buen rato.Por un momento pensó que la líder simplemente estaba jugando con su mente ¿Y si todo no era más que una ilusión? No, no podía ser eso ¡No tenía sentido alguno. Sacó una libreta que traía consigo y comenzó a dibujar el mapa, seguramente debía haber un centro y en ese centro se encontraba la líder, porque si ésta se movía no la encontraría nunca.
"¡Bienvenido, Retador o Retadora! Estás en medio de la prueba final. Lo único que debes hacer ahora, es... buscarme"
Qué tan difícil podía ser eso, no le parecía mucho a simple vista, sin embargo todas las pruebas para llegar al final… habían sido igual de duras, la líder debía ser una experta en tortura para hacerla vivir aquello. Tomó un poco de agua, mientras comía una merienda ¡Debía recuperar sus fuerzas! Además que el viaje le había quitado muchas de las energías.
Cuando finalmente terminó, se levantó del suelo limpiando sus ropas, para luego soltar un suspiro, debía continuar se travesía. ¿Sólo debía buscarla? Qué tan difícil podía ser, se preguntaba una y otra vez, como si fuese un canto especial que la calmaba.
Pasó por la enorme puerta hacia un largo pasillo que se extendía hacia ambos lados ¿Hacía donde tendría que ir? Frunció ligeramente el ceño mientras pensaba sensatamente, seguramente el lugar debía ser inmenso para obligarla a buscarla de esa manera ¡Maldición! ¿Por qué no simplemente aparecía? Los líderes estaban todos locos, de eso no tenía duda alguna.
—Veamos… ¿Qué tan dificil puede ser? Simplemente tengo que buscarla, después de lo que ha pasado parece un pequeño paseo por el parque — se preguntó hacia donde, tomando el camino hacia la derecha — Es una broma… es imposible ¿Qué?
Muchísimas puertas, una al lado de la otra aparecían, realmente tendría que ir una por una abriéndola, además si consideraba que estaba yendo hacia el lado contrario… se tardaría un siglo. Sin perder el tiempo comenzó a abrir una puerta detrás de la otra para luego cerrarlas, eran cuartos normales que tenían cosas dentro, una gran variedad de cosas la verdad.
Abrió una rápidamente, notando como un pasillo se extendía al igual que este ¡¿Es que era un laberinto?! No lo podía creer, seguramente esa era la razón por la cual muchos solían darse por vencidos en la misma prueba ¿Sería posible? No tenía todo el tiempo, ni los recursos para mantenerse allí por mucho, debía darse prisa.
Dejó la puerta abierta para no perderse, revisando las que le seguían de forma rápida. Se podía escuchar un eco de puertas siendo cerradas, como si de un ritmo fuese. Al parecer aquello estaba colmando la paciencia de la muchacha, la cual no sabía hacia dónde ir.
—Por qué te escondes — habló al aire, como si fueses la líder — Deberías estar esperándome… ¡Maldición! Primero está el rubio que me hace ver fantasmas y ahora tengo que buscar a alguien en un montón de cuartos ¡¿Todos los líderes estarán locos?!
Estaba perdiendo la paciencia y con ello su quicio, seguramente se volvería loca si seguía así por un buen rato.Por un momento pensó que la líder simplemente estaba jugando con su mente ¿Y si todo no era más que una ilusión? No, no podía ser eso ¡No tenía sentido alguno. Sacó una libreta que traía consigo y comenzó a dibujar el mapa, seguramente debía haber un centro y en ese centro se encontraba la líder, porque si ésta se movía no la encontraría nunca.
Edea Oblige- Entrenador
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Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Edea Oblige' ha efectuado la acción siguiente: Dados
'Moneda' :
'Moneda' :
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
Fijó su vista en aquel mapa que había pensado, si su idea estaba acertada entonces no tardaría mucho en llegar, seguramente el lugar se configuraría en un cuadrado y ordenando toda la estructura se hallaría un centro, el lugar más privado en donde la líder se escondía, obviamente no eran nada más que especulaciones, no podía decir mucho del tema, aun así la pequeña pista del camino en forma de ele le daba muchas ideas posibles, toda estructura tenía un patrón, a pesar que a simple vista no lo parecía.
Anotó vagamente en donde estaba y su recorrido, si era lineal seguramente en el final encontraría una puerta que la llevaría hacia donde creía que la líder la encontraría. Se acomodó aquel bolso mientras guardaba la libreta, tendría que nuevamente abrir una puerta junto a la otra observando interiores, que no hubiese puertas a simple vista para luego repetir el proceso.
Tardó bastante debido a que muchas de las puertas no parecían abrir con facilidad, el tiempo parecía haber dejado huellas en algunas, obviamente debía revisarla porque podía ser que la misma líder las habría dejado así para engañarla, a esta altura se sentía algo paranoica, pero ¿Qué podía hacer? El líder anterior no le había pagado el psicólogo y algo dentro de ella debía estar desquiciada luego de pasar tal prueba, tenía sentido para ella.
—Bien, supongo que no será tan difícil encontrarla después de todo — se dijo a sí misma dándose fuerzas, porque sabía que si llegaba a flaquear aun que sea un segundo su mente colapsaría y querría rendirse ¡Estando tan cerca!Pensó en su hermana y en lo mucho que la regañaría si sabía que desertaba la prueba después de la pelea en contra del chiquillo ¡Además que había montado un fiero dragón! Seguramente un día le contaría a sus hijos todas las aventuras y la gran odisea que había vivido para convertirse en campeona, porque estaba segura que lo lograría.
Anotó vagamente en donde estaba y su recorrido, si era lineal seguramente en el final encontraría una puerta que la llevaría hacia donde creía que la líder la encontraría. Se acomodó aquel bolso mientras guardaba la libreta, tendría que nuevamente abrir una puerta junto a la otra observando interiores, que no hubiese puertas a simple vista para luego repetir el proceso.
Tardó bastante debido a que muchas de las puertas no parecían abrir con facilidad, el tiempo parecía haber dejado huellas en algunas, obviamente debía revisarla porque podía ser que la misma líder las habría dejado así para engañarla, a esta altura se sentía algo paranoica, pero ¿Qué podía hacer? El líder anterior no le había pagado el psicólogo y algo dentro de ella debía estar desquiciada luego de pasar tal prueba, tenía sentido para ella.
—Bien, supongo que no será tan difícil encontrarla después de todo — se dijo a sí misma dándose fuerzas, porque sabía que si llegaba a flaquear aun que sea un segundo su mente colapsaría y querría rendirse ¡Estando tan cerca!Pensó en su hermana y en lo mucho que la regañaría si sabía que desertaba la prueba después de la pelea en contra del chiquillo ¡Además que había montado un fiero dragón! Seguramente un día le contaría a sus hijos todas las aventuras y la gran odisea que había vivido para convertirse en campeona, porque estaba segura que lo lograría.
Edea Oblige- Entrenador
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Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Edea Oblige' ha efectuado la acción siguiente: Dados
'Moneda' :
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Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
Sus ojos miran a la joven de cabellos blancos con delicados toques lilas en él, sus ojos púrpuras demuestran valor y decisión, demostrándole que no es una entrenadora cualquiera que pasea por su castillo. Aunque si fuera así, ni siquiera hubiera podido dar un pie en él, ya que ella misma se había encargado de domar a todos los dragones de aquella ciudad, diciéndoles que nadie que no estuviera preparado podía volar hasta su morada. Todos ellos estuvieron de acuerdo, su nueva líder tenía una fuerza de voluntad que no les dejaba otra opción más que rendirse.
Pero aquella chiquilla había pasado la prueba de su dragón, ¿quién había sido el que la había llevado? Tenía que hablar con alguien. Muy, muy seriamente.
Sin embargo, ahora debía quedarse en su papel de líder buena, pelear contra ella y destrozar todas sus esperanzas de ganar su gimnasio, porque nadie era tan poderosa como ella. Nunca había conocido a los otros líderes, pero estaba segura que podría ganarles con sus ojos cerrados. Ella se había encargado de no tener piedad con nadie, y de que sus dragones tampoco la tuvieran a menos que ella lo pidiera para guardar apariencias.
Se levantó de su asiento, yendo hacia la joven mientras le tomaba su mano con la propia, ignorando cualquier cosa que pudiera decir abrió la única puerta que se encontraba de la habitación además de por la que había entrado su retadora.
Un espacio llenó el lugar, podía oírse un poco de los engranajes que se encontraban detrás del trono, el cual se visualizaba a lo lejos. Los pasos de las chicas resonaban en la sala mientras caminaban por la alfombra roja, y por las ventanas varios dragones se asomaban a ver para después volver a sus asuntos.
―Bienvenida a mi gimnasio, joven retadora ―habló suavemente, mientras le dirigía una mirada con una sonrisa encantadora―. Estoy sorprendida de que hayas llegado hasta aquí, viendo tu rostro, creo que sabes que eres la primera que pisa este castillo con la intención de retarme. Mis pruebas fueron diseñadas especialmente para poder evitar invitados no deseados y que sólo lo mejor de lo mejor pudiera pasarlas.
En algún momento de la conversación había soltado la mano de la chica, dirigiéndose hasta el trono que se elevaba en lo alto mientras subía cada escalón y finalmente se sentó en él.
―Seguramente estás agotada de los dos últimos retos a los que te enfrentaste, ¿me equivoco? ―preguntó viéndole desde el trono, mientras movía una mano y un Sliggo apareció acarreando una silla hasta dejarla detrás de la chica y después irse―. Sé a qué vienes, joven retadora. Y creo que ambas estamos ansiosas.
Realmente ella no lo estaba, esperaba una vida tranquila como líder, pero al parecer sí había quienes querían realmente su medalla. Levantándose de su asiento levantó los brazos, haciendo que las ventanas se abrieran y varios dragones entraran por ella.
―Mi nombre es Marin Le’Blanc ―dijo con voz clara y alta, resonando por las paredes del salón―, soy la líder dragón y acepto tu reto. ¡Que empiece la retadora!
Pero aquella chiquilla había pasado la prueba de su dragón, ¿quién había sido el que la había llevado? Tenía que hablar con alguien. Muy, muy seriamente.
Sin embargo, ahora debía quedarse en su papel de líder buena, pelear contra ella y destrozar todas sus esperanzas de ganar su gimnasio, porque nadie era tan poderosa como ella. Nunca había conocido a los otros líderes, pero estaba segura que podría ganarles con sus ojos cerrados. Ella se había encargado de no tener piedad con nadie, y de que sus dragones tampoco la tuvieran a menos que ella lo pidiera para guardar apariencias.
Se levantó de su asiento, yendo hacia la joven mientras le tomaba su mano con la propia, ignorando cualquier cosa que pudiera decir abrió la única puerta que se encontraba de la habitación además de por la que había entrado su retadora.
Un espacio llenó el lugar, podía oírse un poco de los engranajes que se encontraban detrás del trono, el cual se visualizaba a lo lejos. Los pasos de las chicas resonaban en la sala mientras caminaban por la alfombra roja, y por las ventanas varios dragones se asomaban a ver para después volver a sus asuntos.
―Bienvenida a mi gimnasio, joven retadora ―habló suavemente, mientras le dirigía una mirada con una sonrisa encantadora―. Estoy sorprendida de que hayas llegado hasta aquí, viendo tu rostro, creo que sabes que eres la primera que pisa este castillo con la intención de retarme. Mis pruebas fueron diseñadas especialmente para poder evitar invitados no deseados y que sólo lo mejor de lo mejor pudiera pasarlas.
En algún momento de la conversación había soltado la mano de la chica, dirigiéndose hasta el trono que se elevaba en lo alto mientras subía cada escalón y finalmente se sentó en él.
―Seguramente estás agotada de los dos últimos retos a los que te enfrentaste, ¿me equivoco? ―preguntó viéndole desde el trono, mientras movía una mano y un Sliggo apareció acarreando una silla hasta dejarla detrás de la chica y después irse―. Sé a qué vienes, joven retadora. Y creo que ambas estamos ansiosas.
Realmente ella no lo estaba, esperaba una vida tranquila como líder, pero al parecer sí había quienes querían realmente su medalla. Levantándose de su asiento levantó los brazos, haciendo que las ventanas se abrieran y varios dragones entraran por ella.
―Mi nombre es Marin Le’Blanc ―dijo con voz clara y alta, resonando por las paredes del salón―, soy la líder dragón y acepto tu reto. ¡Que empiece la retadora!
Marin Le'Blanc- Líder de Gimnasio
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Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
Abrió con fuerza una puerta, encontrándose con que la había encontrado, realmente sus sospechas eran realidad. Sonrió complacida mientras veía con atención a la líder, una muchacha con apariencia delicada la miraba con atención. Sintió los pasos resonar por el gran salón, para luego tomarle la mano mostrándole una sonrisa ¿Aquella niña con apariencia inocente era la líder? No lo creía posible, parecía una locura.
Movió suavemente su cabeza en un intento de sacar aquellos pensamientos de su mente, mientras medio escuchaba lo que la chica quería decirle, sabía que todos los líderes tenían un pequeño discurso, después de todo el líder fantasma también lo había hecho.
Marin (como se había presentado) levantó sus brazos mientras la ventanas se abrían, dejando a entrar a unos cuantos Dragones, se sintió algo intimidada por la chica y sus pokémon, pero sin embargo no debía temer, ya lo había hecho una vez, no perdería nuevamente.
―Bien ― comentó para sí misma, pensando cual sería su primer pokémon en salir, obviamente debía pensarlo bien ― ¡Demostraremos por qué estamos aquí!
Sonrió segura de sí misma, mientras tomaba la pokéball que contenía a su primer compañero. Iría el que con gran habilidad se enfrentó al primer pokémon de del líder fantasma. Lanzó la esfera, llamando al bicho color rojo, el cual movió sus patitas y soltó un chillido suave.
―Shuckle ¡Comienza con Disparo Demora! ― le ordenó al pokémon el cual lanzó una red viscosa que detendría la movilidad del pokémon enemigo ― ¡Avalancha!
Un montón de rocas se dirigieron hacia el enemigo, realmente lo daría todo hasta el final, sin dudarlo ni un segundo. Sabía que sólo necesitaba un poco de suerte y hasta ahora ésta parecía estar de su lado.
Movió suavemente su cabeza en un intento de sacar aquellos pensamientos de su mente, mientras medio escuchaba lo que la chica quería decirle, sabía que todos los líderes tenían un pequeño discurso, después de todo el líder fantasma también lo había hecho.
Marin (como se había presentado) levantó sus brazos mientras la ventanas se abrían, dejando a entrar a unos cuantos Dragones, se sintió algo intimidada por la chica y sus pokémon, pero sin embargo no debía temer, ya lo había hecho una vez, no perdería nuevamente.
―Bien ― comentó para sí misma, pensando cual sería su primer pokémon en salir, obviamente debía pensarlo bien ― ¡Demostraremos por qué estamos aquí!
Sonrió segura de sí misma, mientras tomaba la pokéball que contenía a su primer compañero. Iría el que con gran habilidad se enfrentó al primer pokémon de del líder fantasma. Lanzó la esfera, llamando al bicho color rojo, el cual movió sus patitas y soltó un chillido suave.
―Shuckle ¡Comienza con Disparo Demora! ― le ordenó al pokémon el cual lanzó una red viscosa que detendría la movilidad del pokémon enemigo ― ¡Avalancha!
Un montón de rocas se dirigieron hacia el enemigo, realmente lo daría todo hasta el final, sin dudarlo ni un segundo. Sabía que sólo necesitaba un poco de suerte y hasta ahora ésta parecía estar de su lado.
(40/40)
Edea Oblige- Entrenador
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Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Edea Oblige' ha efectuado la acción siguiente: Dados
'Batalla' :
'Batalla' :
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
PV: 25/40
Las palabras de la joven le demostraron que ella venía decidida a ganar, sonriendo con una gran confianza mientras lanzaba la pokéball de su primer compañero en la batalla, un Shuckle quien movía con bastante gracia sus patas, haciendo que casi soltase una suave risa por el movimiento. Siempre se había preguntado qué clase de personas lo tenían, aunque la retadora no daba la imagen de portarlo. Vaya sorpresa.
Viéndolo de forma seria, podía sacar a su Tyrunt quien tendría una ventaja sobre su pokémon, pero el rostro de la joven le demostraba sus ganas de ganar… Y destruirlas sin tener algún tipo de ventaja le llamaba demasiado. Una suave sonrisa se dibujó en sus labios, mientras dando un suave silbido uno de los dragones alrededor se adentró en la batalla.
―Dratini, ¡yo te elijo! ―exclamó, mientras que la orden de la rival llegó a los oídos de su Shuckle, lanzado redes hacia el pequeño―. Tú puedes… ―murmuró para sí misma mientras las rocas iban dirigidas hacia su pequeño dragón.
El pokémon trató de esquivarlas, sin embargo, por culpa de la red no logró moverse mucho, haciendo que varias chocaran contra su delicada piel, soltando un chillido suave.
―¡Dratini! Deshazte de esa red y usa Ciclón, ¡no te contengas! Que nuestra invitada se merece todo de nosotros.
El aire empezó a moverse con intensidad, haciendo que los dragones tuvieran que pegarse más a la pared mientras éste tomaba una forma circular moviéndose sin parar, hasta irse dirigiendo al pokémon rival.
Marin Le'Blanc- Líder de Gimnasio
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Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Marin Le'Blanc' ha efectuado la acción siguiente: Dados
'Batalla' :
'Batalla' :
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
Vio como su ataque impactaba de lleno con el Dragón de la Líder, una pequeña serpiente que parecía ser el Dragón más… tierno de todos, era gracioso que él fuese el primer rival. Obviamente no podía dar por ganada la pelea aun quedaba mucho por delante, todos sus pokémon de hecho. Notó como Marin hacía un ademán de regresarle el ataque, después de todo el momento debía llegar en algún segundo, era inevitable.
—Shuckle, prepárate — le habló, mientras veía como el torbellino se dirigía hacia su pokémon, confiaba en que el bicho soportaría el ataque, después de todo su defensa era inigualable, por lo que le tenía mucha fe
El pequeño sintió una arremetida, sin embargo el mismo pegamento que traía en un momento lo dejó quieto, debía aprovechar la abertura que se había creado para ella. Necesitaba un plan y rápido ¿Qué ataques tenía su pequeño? Una gran variedad, sin embargo sin pensarlo mucho más le dio la primera orden.
—¡Destello! — notó como una brillante ráfaga la obligaba a cubrirse los ojos, dándole tiempo para su siguiente movimiento — ¡Excavar!
Cuando el haz de luz se detuvo sólo parecía haber un hoyo en el suelo ¿En dónde estaba? Realmente haciendo un cálculo más los entrenamientos podía deducir aproximadamente su posición.
—Ahora ¡Ataca! — ordenó apuntando al pokémon rival, mientras salía del suelo dispuesto a golpearlo con todas sus fuerzas
—Shuckle, prepárate — le habló, mientras veía como el torbellino se dirigía hacia su pokémon, confiaba en que el bicho soportaría el ataque, después de todo su defensa era inigualable, por lo que le tenía mucha fe
El pequeño sintió una arremetida, sin embargo el mismo pegamento que traía en un momento lo dejó quieto, debía aprovechar la abertura que se había creado para ella. Necesitaba un plan y rápido ¿Qué ataques tenía su pequeño? Una gran variedad, sin embargo sin pensarlo mucho más le dio la primera orden.
—¡Destello! — notó como una brillante ráfaga la obligaba a cubrirse los ojos, dándole tiempo para su siguiente movimiento — ¡Excavar!
Cuando el haz de luz se detuvo sólo parecía haber un hoyo en el suelo ¿En dónde estaba? Realmente haciendo un cálculo más los entrenamientos podía deducir aproximadamente su posición.
—Ahora ¡Ataca! — ordenó apuntando al pokémon rival, mientras salía del suelo dispuesto a golpearlo con todas sus fuerzas
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Edea Oblige- Entrenador
- Mensajes : 273
Fecha de inscripción : 24/02/2014
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Edea Oblige' ha efectuado la acción siguiente: Dados
'Batalla' :
'Batalla' :
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
PV: 20/40
El torbellino de Dratini dio en el rival, pero no se había movido mucho por su gran defensa, cosa de la que Marin estaba bastante enterada pero había pensado que quizás su pokémon podría moverlo. Debía pensar en algo mejor, una estrategia suave pero ganadora, aunque seguramente la muchacha tendría una ya en mente con lo preparada que se veía.
Un destello rápido les sacudió, haciendo que se cubriera los ojos al igual que Dratini, cuando la luz finalmente se retiró, el pokémon rival ya no estaba, pero sí un hueco debajo de él, dándole a entender que había excavado, buscando el atacarle en cualquier momento.
—¡Dratini, muévete! ¡No te quedes en un solo lugar! —le exclamó.
Poniéndole atención decidió moverse con rapidez, y en ese mismo momento, Shuckle salió a la superficie, atacándola en la parte inferior de su cuerpo mientras Dratini dio una vuelta en el aire debido al impacto, cayendo en el suelo.
—¡Lo estás haciendo bien, Dratini! —le dijo la joven a su pokémon—. ¡Aprovechemos este clima, usa Ventisca!
El frío del exterior empezó a colarse en el interior del salón, los dragones se aseguraron de quitarse de las ventanas, para poder dejar que el pequeño dragón usara aquella habilidad, mientras el viento congelado se dirigía con velocidad hacia Shuckle.
Marin Le'Blanc- Líder de Gimnasio
- Mensajes : 345
Fecha de inscripción : 19/04/2014
Edad : 28
Localización : En donde tú no estás ( ☌ω☌)ジ
Re: My princess is in another castle? (Reto Gimnasio)
El miembro 'Marin Le'Blanc' ha efectuado la acción siguiente: Dados
'Batalla' :
'Batalla' :
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