Reto en las Alturas (Batalla de Gimnasio)

Recuerdo del primer mensaje :

Equipo del Tema:

Para David, había llegado la hora de desafiar su siguiente Gimnasio, y se decidió por el Gimnasio Volador de Tempest City. A diferencia de cuando retó el Gimnasio Bicho de Cherry Town, esta vez el chico decidió que no dejaría que pasara el tiempo como entonces, en parte porque ahora se sentía totalmente seguro y confiado de que lograría salir victorioso de este nuevo reto. Tal como en la ocasión anterior, tendría que sortear diversos obstáculos antes de poder desafiar directamente a la Líder, por lo que se dirigió a un valle cercano a cumplir su primer objetivo. No estaba seguro de qué se trataba, pero sabía que tenía que ver con un Pidove. El problema radicaría en encontrar a un Pidove en un enorme valle repleto de Pokémon voladores con un gran espacio para que éste volara.
Pero el chico no se desanimó, así que se encaminó lo más rápido que pudo hasta el Valle para empezar su desafío lo más pronto posible. Una vez que llegó se quedó impactado al contemplar el lugar: era un enorme claro rodeado por montañas y repleto de flores de todos los colores posibles y grandes y ancianos árboles que seguramente eran el hogar de diferentes clases diferentes de Pokémon voladores. El cielo estaba casi completamente despejado, por lo que la luz del Sol inundaba todo el lugar y le daba un aspecto casi mágico a aquel lugar. Sobre su cabeza pasaban parvadas compuestas de Pidgeys, Pidgeottos y Pidgeots, mientras que más a lo lejos podía ver a un grupo similar solo que compuesto por diferentes miembros de la familia de los Starly. Al mirarlos sintió una gran nostalgia al recordar a su propio Staraptor, el primer Pokémon que consiguió capturar al inicio de su viaje como entrenador y que ahora aguardaba por él en algún Laboratorio Pokémon donde lo cuidaban.

-Tan pronto como haya obtenido la Medalla iré a verlo… a él y a mis otros Pokémon. No estará mal convivir un poco más de tiempo con ellos después de todo -se dijo a sí mismo mientras continuaba caminando por el Valle.

Solo entonces, el chico se dio cuenta de lo verdaderamente complicado que resultaría hallar a un Pidove en aquel lugar. Si bien estaba seguro de que podría haber decenas de esos Pokémon, nada le garantizaba que lograría encontrar al Pidove en específico que tenía que hallar. ¿Cómo lo reconocería? No lo sabía, pero le habían dicho que lo sabría en cuanto lo viera. ¿Cómo iba a saberlo? Tampoco estaba seguro. En resumen, se encontraba buscando una aguja en un pajar de agujas, y era consciente de qué seguramente le estarían contando el tiempo que se tardaba en aquella empresa por lo que su misión era aún más desesperada. David decidió que el mejor lugar para empezar sería en los árboles, por lo que se dirigió a uno para comprobar si había algún Pidove. La respuesta fue negativa.
No había tenido suerte, por lo que solo le quedaba intentar en otro árbol. El chico se acercó a otro para probar suerte, obteniendo solo las miradas de varios Pokémon voladores diferentes que acababan de interrumpir sus actividades previas al verlo y que ahora se limitaban a permanecer allí en silencio, sin emitir un solo ruido y varios sin atreverse siquiera a parpadear. El recibir tantas miradas acabó siendo demasiado incómodo, por lo que David se alejó del árbol a buscar en otra parte.
La cuestión era que no tenía ni la más mínima idea de dónde podría encontrar a un Pidove en aquel lugar, por lo que recurrió a hacer memoria de qué era lo que sabía de aquellos Pokémon. Sabía que normalmente acostumbraban viajar en parvadas comandadas por Unfezant, su evolució final, pero ya que no podía seguirles la pista en el cielo y no estaba seguro de si podría contar con la ayuda de Charizard (el único Pokémon volador con el cual contaba en ese momento) no le quedaba más remedio que continuar su recorrido a pie y esperar que fuera de alguna utilidad y pudiera encontrar a algún Pidove que fuera especial (¿acaso sería un shiny?) en aquel gran y vasto Valle.
Tras lo que le parecieron horas de búsqueda, David decidió que ya había hecho suficiente y decidió tomar un descanso junto al lago central, en el que varios Pokémon nadaban o simplemente tomaban una ducha rápida. Ese reto estaba probando ser mucho más difícil de lo que había esperado en un inicio, y para ese punto se encontraba cansado e inseguro sobre qué debía hacer a continuación. En eso se encontraba cuando vio descender a un Pidove del cielo, que aterrizó justo enfrente de él. El Pokémon empezó a dar varios brincos en su sitio y a dar pequeños aletazos, por lo que David supuso que se encontraba muy nervioso. Su actitud, así como el hecho de que era el primer Pokémon volador que se le acercaba voluntariamente, le indicaron a David que ése era el Pidove al cuál había estado buscando todo ese tiempo. Rápidamente se levantó del suelo y el Pidove emprendió el vuelo mientras se acercaba a intervalos a él, indicando que quería que lo siguiera. David empezó a caminar, preguntándose a dónde se dirigían.
Tras mucho tiempo durante el cual se alejaron del lago y todo lo demás que se encontraba en el Valle, ambos acabaron al pie de un acantilado, que era dónde aparentemente el Pidove quería llevarlo. David se preguntó si llegar ahí era el desafío, pero el Pokémon le indicó que tenía que subir, seguramente hasta la cima.

-Este día mejora a cada momento… -murmuró David mientras llegaba al pie de la roca y se preparaba para empezar a escalar.

La roca no era difícil de agarrar, pero estaba filosa en varios puntos y el chico acabó con varias pequeñas cortadas y magulladuras en las manos en poco tiempo. El Pidove volaba hasta la cima y volvía hasta él cada cierto tiempo, lo que indicaba que en verdad quería que llegara a la cima. El por qué le era desconocido, pero sabía que tenía que continuar con el ascenso o jamás podría pasar la prueba y desafiar a la Líder para obtener la Medalla, por lo que se ahorró las quejas y continuó escalando.
Rápidamente llegó un nuevo obstáculo: el viento. Conforme más subía, más viento había, lo que dificultaba cada vez más que pudiera llegar a la cima sin caer antes al abismo y hacia una muerte segura. Por suerte, había una pendiente de tamaño considerable en la pared de la pendiente en la que cabría sin problemas, por lo que tan pronto como llegó David se sentó a recuperar el aliento. Para ese momento estaba exhausto, sediento y el viento lo golpeaba tan fuerte que apenas podía abrir los ojos. Para colmo, tenía los brazos y piernas entumecidos por el esfuerzo, y sus manos ahora tenían tantos cortes que estaban sangrando, aunque no considerablemente. Molesto, David buscó entre sus cosas unos binoculares para poder qué había en la cima que hacía que el Pidove quisiera que llegara tan desesperadamente. Tan pronto como los encontró los enfocó en la cima del acantilado y descubrió la clave del agitamiento del Pokémon: ahí en la cima se encontraba un solitario huevo que se mecía violentamente por el fuerte viento, con el riesgo de caer del acantilado y estrellarse en el suelo.
David se apresuró a guardar los binoculares de nuevo en su mochila y empezó a escalar lo más rápido que pudo, ignorando el dolor y el cansancio. Necesitaba llegar a la cima antes de que el huevo cayera, pues no sabía durante cuánto tiempo más podría aguantar, pero sabía que el tiempo se le agotaba. Una vez que llegó a la altura suficiente como para ver el huevo parcialmente, se alarmó al ver que éste se encontraba ya en el borde de la roca y que no lograría llegar a tiempo. Justo en ese momento, el huevo se movió una vez más y cayó.

-¡No! -gritó David fuertemente al ver al pequeño huevo caer sin que pudiera hacer nada por detenerlo… o tal vez sí. Sujetándose con una sola mano, tomó una de las Pokéball de su cinturón y la arrojó al vacío al mismo tiempo que gritaba:- ¡Charizard, adelante! ¡Atrapa el huevo antes de que caiga!

La Pokéball se abrió en el aire y Charizard apareció volando, apresurándose lo más rápido que pudo para detener el huevo. Justo cuando David creía que el Pokémon de fuego no lo iba a lograr, Charizard consiguió atrapar el huevo apenas unos metros del suelo, y emprendió el vuelo hacia la cima para regocijo de David. No pasó mucho para que viera al Pokémon pasar a su lado para aterrizar en la cima (¿Por qué no se le ocurrió eso desde el inicio? Podría haberse ahorrado completamente la escalada), donde depositó el huevo cuidadosamente y procurando que estuviera lo suficientemente lejos del suelo.

-¡Buen trabajo, Charizard! ¡Ahora ayúdame a subir, amigo! –le gritó David. Charizard se asomó desde la cima simplemente para dirigirle una mirada divertida-. …¿Amigo? Oh vamos, no estás esperando que suba todo yo solo, ¿verdad? –Charizard asintió y desapareció para volver a ocuparse del huevo-. ¡Charizard! Oh, por el amor de… ¡Charizard! ¡Regresa! ¡No estoy jugando!

Pero Charizard no volvió a asomarse, por lo que David, totalmente enfurruñado, no tuvo más opciones que continuar escalando, esperando tener la fuerza suficiente para llegar a la cima sin caer antes. No tenía idea de por qué había traído a ese Pokémon escupe fuego con él…

Altaria se abalanzó contra Feraligatr con una velocidad y potencia que no lo había visto antes en ella. El impacto contra Feraligatr fue tan fuerte que éste cayó al suelo fuera de combate. -¡Bien hecho Altaria! Por fin había conseguido derrotar aquel Feraligatr tan fuerte que tanto trabajo me había costado. Ahora debía concentrarme aun mas si quería derrotar a los demás pokemon de aquel entrenador. Altaria regresó a mi lado esperando que apareciera en el campo de batalla un nuevo contrincante.

El entrenador hizo volver a Feraligatr a su pokeball mientras le susurraba unas palabras de animo; estaba segura de que era un buen entrenador. Estaba a punto de lanzar una nueva pokeball cuando, decidió escoger otra distinta. Pensé porqué había hecho eso y supuse que el pokemon que iba a enviar antes tenía desventaja contra mi Altaria, y no querría arriesgarse a perder un combate contra mi. Finalmente, cogió una pokeball y la lanzó a la vez que esta se abría y un Porygon2 aparecía en el campo de batalla.

-Umm...Porygon2-murmuré. Nunca me había enfrentado a uno y tenía mis dudas sobre que ataques podía realizar y demás. Pero sí sabía que lo daría todo en el combate. Aquel Porygon lanzó un psicorrayo que se dirigía directamente contra Altaria. -Altaria, esquiva el ataque. Altaria intentó protegerse pero igualmente el ataque le golpeó fuertemente, haciendo que perdiera el equilibrio. -Altaria, recupérate y usa picotazo. Altaria se lanzó de nuevo contra Porygon2, apuntandole con su pico.

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El psicorrayo de Porygon2 se dirigió a toda velocidad contra Altaria, que no pudo huir a tiempo y recibió un fuerte golpe del Pokémon artificial. David observó que el dragón volador pareció perder el equilibrio por poco tiempo, tras lo cual procedió a arrojarse sobre Porygon2 con Picotazo. Porygon2 intentó evitar el golpe moviéndose hacia un lado, pero Altaria pudo modificar su trayectoria a cambio y le propinó un colosal golpe que le causó una cantidad impresionante de daño. Porygon2 retrocedió herido a lado de David para esperar su siguiente orden.

-¿Estás bien? -le preguntó David, a lo que el Pokémon asintió. Claramente David había subestimado a Altaria, el Pokémon estaba probando ser extremadamente peligroso y David supo que tendría problemas para derrotarlo si no actuaba rápidamente-. Esa Altaria está muy bien entrenada... tendremos que recurrir a otros métodos si queremos que ganes. ¡Porygon2, usa Triataque ahora!

Porygon2 se posicionó en medio del campo y arrojó tres grandes rayos contra altaria con toda la fuerza de la que fue capaz. El fuego seguramente no lograría causarle un daño de consideración, pero el hielo y la electricidad podrían resultar más útiles al tratarse de un dragón volador. Si el ataque conseguía golpear a Altaria con la fuerza suficiente, David confiaba en que sería suficiente para hacer que el pokémon cayera derrotado...

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Altaria ya se había lanzado contra Porygon2, que intentó esquivar el ataque saltando a un lado, pero Altaria ya había previsto eso, y cambió de trayectoria justo cuando Porygon2 creía que ya no le golpearía, golpeandolo muy fuerte y haciendo que retrocediera hacia su entrenador, además de provocarle un gran daño. -Buen trabajo Altaria. Altaria también volvió a acercarse a mi para esperar el ataque de su rival. Me había sorprendido mucho la fuerza del ataque de Altaria, ya que normalmente sus ataques no destacaban tanto por su fuerza si no por su precisión.

Porygon2 ya estaba preparado para atacar y esta vez eligió un ataque que ponía en apuros a Altaria. Porygon2 había usado triataque y tres rayos muy potentes se dirigían contra Altaria. Cada rayo era de un tipo, fuego, eléctrico y hielo. Esperaba que Altaria consiguiese esquivar al menos dos de ellos. -¡Altaria, esquiva ese ataque! Altaria se movió rápidamente esquivando el rayo de fuego y el rayo eléctrico, pero el rayo de hielo la golpeó duramente haciendole un daño considerable.

Era de nuevo nuestro turno. Sabía que Altaria estaba muy débil y que difícilmente aguantaría otro ataque del Porygon2, pero tenía que darlo todo para infligirle el máximo daño a nuestro enemigo. -Aun podemos ganar...-susurré a Altaria para que el otro entrenador no me escuchara. Altaria lanzó un grito, indicándome que estaba lista para atacar a su rival con todo su poder. -Altaria usa fuerza lunar. Altaria creó un agujero rosa que lanzó un brillo contra Porygon2.

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Porygon2 lanzó los tres rayos directamente hacia Altaria con el objetivo de golpearla y causarle un daño que fuera crítico. Sin embargo, haciendo uso de sus buenas habilidades aéreas la Pokémon consiguió esquivar dos de los rayos antes de que el de hielo le diera un potente golpe; que pese a todo no bastó para debilitarla y darle la victoria al Pokémon artificial.
David no pudo evitar sentirse algo frustrado al ver cómo su estrategia se destruía totalmente a causa de la velocidad y habilidad aéreas de Altaria; y justo para empeorar las cosas el Pokémon usó un poderoso Fuerza lunar que Porygon2 no tuvo forma de esquivar, causándole nuevamente un daño de consideración.

-Tenemos que acabar con esto ahora -dijo David levemente. Altaria le estaba causando demasiados problemas, y era consciente de que si no lograba derrotarla con su siguiente ataque entonces Porygon2 estaría en grave peligro de perder la batalla-. Ya no tenemos opción, hay que atacar con todo lo que tengamos sin contenerse... ¡Usa Hiperrayo!

Porygon2 empezó a acumular una gran cantidad de energía a su alrededor, que finalmente disparó con toda la fuerza que pudo reunir directamente hacia Altaria. Necesitaban derrotarla de una vez por todas...

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El potente brillo producto del fuerza lunar lanzado por Altaria se dirigía hacia el Porygon2 enemigo. Si era sincera, era la primera vez que usaba ese ataque y tenía mis dudas acerca de si funcionaría o no, pero en cuanto el brillo golpeó al pokemon contrario sin  ni siquiera darle oportunidad de esquivar el ataque, empecé a plantearme usarlo mas a menudo. Era raro que un pokemon volador usara un ataque de tipo hada y eso me daría una ventaja. -Bien hecho Altaria-dije animándola-Ese ha sido un buen golpe.

A pesar del potente ataque que Altaria había lanzado, aquel Porygon2 seguía teniendo fuerzas para seguir combatiendo, mientras que mi Altaria estaba muy débil. Había combatido contra dos pokemon y recibido los ataques de estos, era normal que estuviera en ese estado. Por eso, cuando Porygon2 lanzó un potente hiperrayo que golpeó fuertemente a Altaria, esta cayó hasta el suelo fuera de combate. -¡Oh no! Altaria...-dije un poco triste. Hice regresar a Altaria a su pokeball y saqué mi última pokeball en este combate. -Espero que podamos derrotarlo juntos-susurré.

-Estas siendo un rival muy duro, tengo que reconocerlo-dije en mi papel de dura- Pero no podrás derrotar a mi último pokemon. Lancé la pokeball al aire y esta se abrió, haciendo que mi Zubat apareciese en mitad del campo de batalla. -Zubat no podemos dejar ganarle sin luchar. Zubat aleteó fuertemente las alas en señal de valentía, mientras yo pensaba que ataque lanzar para derrotar al Porygon2 de David. -¡Usa colmillo veneno! Zubat se dirigió velozmente para atacar a su rival.

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David notó rápidamente que el Hiperrayo de Porygon2 no parecía tener tanto poder como le pareció en un primer momento, y dedujo que era debido a que el Pokémon artificial no tenía mucha experiencia en batallas Pokémon. Justo cuando el chico empezaba a pensar que Altaria lograría resistir el ataque y acabaría con Porygon2, el Hiperrayo la golpeó directamente con la fuerza suficiente para derrotarla. David le dio una palmada amistosa a Porygon2 mientras daba un suspiro de alivio, el Pokémon dragón en verdad lo había puesto en apuros.
Alexandra entonces reveló a su último Pokémon: un Zubat. David no tenía idea de qué era capaz de hacer así que se mantuvo preparado para lo que sea que fuera a hacer. Zubat usó Colmillo veneno para arrojarse contra Porygon2 a continuación, inyectándole una cantidad de veneno tan grande que el Pokémon artificial no lo pudo soportar y cayó derrotado.

-Regresa, Porygon2. Diste lo mejor de ti, no podría estar más orgulloso -le dijo David tras lo cual guardó la Pokéball. Ya solo le quedaba un Pokémon que derrotar, pero a la vez solo le quedaba uno por utilizar. Necesitaba vencer a Zubat a cualquier precio si quería salir vencedor y obtener la Medalla-. Todo depende de ti. ¡Adelante, Pichu!

David arrojó la Pokéball de la pequeña roedora eléctrica, que estaba más que preparada para luchar y terminar lo que habían empezado Feraligatr y Porygon2. Pequeñas chispas salían de sus mejillas, y Pichu se posicionó firmemente en el suelo para efectuar su primer ataque.

-Independientemente de cómo termine esto, fue una buena batalla. Eres una líder muy fuerte, y has entrenado bien a tu equipo -le dijo David a su rival mientras sonreía levemente. Miró a Zubat, que revoloteaba en las alturas e inmediatamente supo qué hacer-. ¡Pichu. usa Impactrueno! ¡Con fuerza y precisión!

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Zubat volaba tan rápido que casi no se le veía por el campo de batalla. Lo que mas me impresionaba de aquel Zubat que había atrapado era su velocidad. Era uno de mis pokemon más veloces y eso sería una ventaja en este último combate. Zubat llegó al lugar donde se encontraba Porygon2 y le mordió, clavándole sus colmillos e inyectandole un potente veneno que acabó con el Porygon2 del rival. -Eso se llama velocidad y fuerza-dije con una sonrisa. Zubat se acercó de nuevo a mi para esperar el nuevo pokemon de nuestro rival, que aun no perdía la esperanza.

David hizo regresar a su Porygon 2 a la pokeball y sacó a su nuevo pokemon: un Pichu. Eso me ponía en un gran aprieto ya que Zubat era débil ante los ataques de tipo eléctrico que aquel pokemon le lanzase. Pero confiaba en Zubat y en su velocidad para esquivar los ataques. -Podemos con ese pokemon, Zubat.-dije intentando animarle. Pichu parecía tener mucha energía por las chispas que salían de sus mejillas.

Aquel entrenador, antes de ordenar a su pokemon su siguiente movimiento, comenzó a felicitarme por mi trabajo como líder y, lo que mas me gusto, por como había entrenado a mi equipo. -Muchas gracias. Tu equipo también es muy fuerte y eso se debe a que tienen un buen entrenador-dije con una sonrisa. Tras este intercambio de halagos, Pichu lanzó unas chispas que se dirigieron contra Zubat, que le fue imposible esquivar el ataque. -Zubat, ¿estas bien? Aquel ataque le había dañado mucho y no estaba segura de si conseguiría derrotar a Pichu. -Zubat, usa ataque ala. Zubat movió rápidamente sus alas y se dirigió contra Pichu.

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El ataque de Pichu recorrió el campo con rapidez y golpeó con gran potencia a Zubat, causándole una enorme cantidad de daño. El ser de tipo eléctrico sin duda alguna le iba a dar a David una buena ventaja que debía explotar al máximo o se arriesgaría a que el Pokémon de veneno le diera una sorpresa no muy agradable. Justo hablando de eso, Zubat usó Ataque ala y se arrojó contra Pichu, propinándole un contundente golpe que le cortó la respiración y la hizo caer.

-¡Levántate, Pichu! -le dijo David. Pichu estaba adolorida por el golpe, pero consiguió levantarse nuevamente. David le sonrió y entonces alzó la vista para enfocarse en Zubat. El Pokémon estaba demasiado lejos como para intentar un golpe directo... ¿o no lo estaba? David miró entonces los rombos voladores y tuvo una idea-. ¡Pichu salta e impúlsate hasta uno de los rombos!

Pichu saltó, ayudándose de su cola para tomar impulso y se elevó a una gran altura en el aire, lo suficiente como para acercarse a uno de los rombos y aferrarse a él. Una vez que Pichu se paró firmemente en él. David decidió darle su siguiente orden.

-¿Estás lista, Pichu? ¡Placaje eléctrico ahora!

Todo el cuerpo de Pichu entonces brilló de un color dorado al llenarse de electricidad. Luego, saltando de un rombo a otro Pichu corrió cada vez más rápido para llegar hasta donde estaba Zubat dejando un rastro de electricidad tras de sí...

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Zubat se movía tan veloz como la vez anterior, lo que le impedía a Pichu saber su posición exacta. Siempre me había asombrado la velocidad de Zubat y que, aun así, acertara en el blanco la mayoría de las veces. Zubat ya estaba lo suficientemente cerca como para atacar a Pichu con su ala, provocando que Pichu cayera al suelo tras recibir un fortísimo impacto. -Lo has vuelto a hacer Zubat-dije-¡Felicidades! Zubat voló de nuevo hacia mi mientras miraba su cara de felicidad por haber conseguido golpear a su enemigo.

Me estaba asombrando la fuerza de Zubat, que tras recibir un golpe eléctrico seguía estando en perfectas condiciones. En ese momento, fue cuando aquel Pichu hizo algo que no supe saber que era hasta que no paso unos segundos. Pichu se había impulsado con su cola para llegar a unos de los rombos que había sobre mi cabeza. Una vez allí, Pichu comenzó a brillar, ya que se estaba cargando de electricidad para después lanzarse de rombo en rombo hasta intentar llegar al lugar en el que estaba Zubat. -Zubat, tienes que esquivar el ataque.

Zubat no perdía ni un segundo la vista de Pichu pero este se movía igual de rápido que el. Zubat se movía intranquilo de un lado a otro, sin poder contener los nervios. -¡Cuidado!-grité. Pero fue tarde, ya que Pichu aparecía por encima de Zubat y le golpeó con aquel ataque eléctrico. Zubat estaba ya muy débil pero debíamos terminar el combate si queríamos ganar o perecer luchando. Pensé que ataque usar pero lo tenía bastante claro. Si era el final iba a terminar con un ataque volador. -Zubat, alza el vuelo y usa tornado. Zubat voló muy alto y comenzó a preparar su ataque.

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Pese a la gran velocidad de Zubat; que no paraba de aletear de un lado a otro, Pichu finalmente se acercó lo suficiente como para golpearlo con el Placaje eléctrico, aunque David notó que el golpe no había conseguido golpear al Zubat enemigo con tanta fuerza como había querido. Sin embargo, la electricidad había hecho su trabajo y David observó que el Pokémon ahora se encontraba notablemente más débil... un solo y fuerte ataque debería de ser suficiente para derrotarlo si nada salía mal...
Zubat entonces empezó a volar muy alto, más allá de donde Pichu podía alcanzarlo, y usó un fuerte Tornado hacia la roedora eléctrica. Pichu se asió fuertemente en la base del rombo para no caer ante la potente ráfaga, pero David vio que su Pokémon empezaba a flaquear al no tener la fuerza suficiente para resistir el asalto. Finalmente, la presión fue demasiado y Pichu se soltó, con lo que empezó a caer.

-¡Pichu! -le gritó David, preocupado. Sin embargo, en ese momento notó que Zubat tenía que mantenerse inmóvil para efectuar el ataque, y aquello le presentaba una última oportunidad-. ¡Deprisa! ¡Un último esfuerzo! ¡Impactrueno, ahora!

Pichu se enfocó en apuntar hacia Zubat, y, con un gran esfuerzo, lanzó un poderoso Impactrueno directamente hacia su rival. Quizá el Pokémon veneno era rápido, pero David dudaba que su velocidad pudiera superar a la de la electricidad que ahora se dirigía a él...

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'Batalla' :

Una vez en la posición correcta, Zubat comenzó a mover rápidamente sus alas, creando poco a poco un tornado de aire que se dirigía contra Pichu, que se sujetaba a uno de los rombos. Por mi experiencia en combates aéreos sabía que, al no ser un pokemon de tipo volador, no aguantaría el fuerte viento que se iba a desatar. El tornado ya era lo suficientemente grande como para lanzarlo, y eso fue lo que hizo Zubat. El tornado golpeó a Pichu que comenzó a caer hacia el campo de batalla. -¡Eso es potencia Zubat! El golpe contra el suelo sería duro.

Pero, de repente, a David se le ocurrió una estrategia que podría acabar con Zubat. Pichu comenzó a cargar energía mientras caía, para después, lanzarle a Zubat unos rápidos rayos que se dirigían contra mi pokemon. -Zubat, debes esquivar ese ataque. Pero incluso para Zubat era demasiado y los rayos golpearon su pequeño cuerpo que comenzó a caer hacia el suelo. Como ya sabía que estaba fuera de combate y no quería que se chocara con el suelo, le hice regresar a su pokeball. -Has estado fantástico Zubat-dije con cariño-Ahora tomate un merecido descanso.

A pesar de mis esfuerzos, aquel entrenador había conseguido pasar todas las pruebas y ganarme en un combate. A pesar de eso, no estaba triste. Me alegraba que un entrenador consiguiese mi medalla ya que ello significaba que mi equipo pokemon aun podía mejorar, y que para ello debía entrenar. Me acerqué a aquel entrenador que parecía muy feliz por haber ganado; y le comprendía. -Aquí tienes la medalla Brisa-dije- Quien posea esta medalla, demuestra que es un entrenador que trata con cariño a sus pokemon y que en el combate es como un huracán.

Saqué el estuche donde guardaba la medalla y se la entregué a su nuevo dueño. -Personalmente, ha sido un placer haber combatido contigo-dije sonriendo- Me has demostrado que aun tengo que mejorar. Espero que te vaya bien. En ese momento, el público que había observando el combate comenzó a aplaudir. David me dio las gracias mientras se dirigía aun asombrado hacia la salida. Yo me giré también para irme del gimnasio, y descansar hasta mi próximo reto de gimnasio.

#Medalla Brisa#: